lunes, 31 de marzo de 2008

100/50 Kilómetros Villa de Madrid, o de cómo un ultra se convirtió en un maratón (y pico)

Son las cinco y cuarto de la mañana. Noche cerrada. La autopista es solitaria a esas horas. La salida del túnel muestra ante mis ojos la espectacular vista nocturna de la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama: miles de pequeñas luciérnagas blancas, rojas y naranjas derramadas por valles y laderas donde otrora gobernaran el oso y el lobo entre antiguos y tupidos robledales y hayedos. Hoy las urbanizaciones han arrasado con todo, y la agridulce sensación que me produce el costo de la hemosa vista que ahora aparece ante mí me acompaña siempre que me acerco a Madrid por la noche.

La jornada comenzó muy pronto, demasiado. Apenas he dormido una hora u hora y media. Catorce horas después, ya de vuelta, tendré que parar en el área de descanso de la otra entrada del túnel, en tierra castellano leonesa y a poco más de media hora de casa, a dormitar unos minutos estacionado por el miedo a hacerlo durante un segundo mientras conduzco. Con el asiento reclinado, en los breves momentos en que tardo en sumirme en un sopor que poco tiene que ver con el verdadero sueño pero que me restablece lo suficiente como para permitirme terminar mi viaje, pienso: estoy tremendamente cansado pero satisfecho del día de hoy. Como siempre, hay luces y sombras. Nunca hay días perfectos ni totalmente para olvidar, hoy quizá haya habido algún problema inesperado, pero el balance del día es muy positivo. Bueno sólo bueno en lo atlético pero sobresaliente en lo personal.

Tenía muy poco miedo a la cita de ayer, mi segunda incursión más allá del maratón. De los tres, (posiblemente cuatro), objetivos que barajo de aquí a junio este era el menos ambicioso: 50 kilómetros suaves, de rodaje tranquilo salpicado de avituallamientos de membrillo, pasas y orejones. En hora y media exacta desde que salí de mi garaje tengo el coche aparcado justo al lado de la salida de la carrera. Mi dorsal lo recogió Silvestre ayer, así que no tengo nada que hacer. Pocos corredores pululan aún a esas horas por las cercanías. Uno de ellos es mi paisano, José María González, campeón de Europa de 100K con el que hablo durante unos minutos. También aparece Spanjaard, magullado por la caída de su excursión serrana y que va a hacer su particular test globero sub-3.30 para el próximo Mapoma. Los que sí trabajan, mucho y rápido son los chicos de la organización. Veo los carteles kilométricos por colocar, las cajas de agua, furgonetas que van y vienen... Es ese trabajo escondido y poco agradecido en el que el corredor no repara salvo que falle pero que es imprescindible. En los 100/50 Villa de Madrid ese trabajo está bien hecho. Poco a poco la salida se va animando. Este año se dobla la inscripción del pasado noviembre, que fue tan sólo unos setenta corredores, y se nota. Hay un detalle que me llama la atención: casi todos se conocen entre ellos. Creo que esto del ultrafondo es una especie de secta en la que recalan los incomprendidos por el resto del mundo del atletismo. Sólo ellos entienden que 50 kilómetros suaves son menos agresivos que una media maratón a tope, afirmación que hecha por mí en la entrega de dorsales del circuito de carreras que organiza mi club arranca sonrisas entre mis compañeros, algunos de los cuales estarían en estos momentos levántandose de la cama para competir en las medias de Segovia y Toledo y que seguro que hoy tienen más molestias que yo mientras escribo, no les culpo: yo tampoco lo creía...

La primera alegría de la mañana me la proporciona Paco, Efejota en el foro de ElAtleta.com, que haciendo honor al sobrenombre "descerebrado" con que a menudo cariñosamente nos hemos referido a él, ha decidido en el último minuto apuntarse a falta de mejor plan para su tirada larga. Poco después aparecen Carlos "Señor Oscuro" Darth Vader, a una semana de triunfar en los mismísimos Campos Elíseos en París, y Silvestre, que por fin parece olvidar el "vacío existencial" que le dejó el Maratón de San Sebastián. Ninguno de los dos tiene intención de correr entera la carrera. Aún así se han inscrito, pagado su dorsal y madrugado, (una hora más por el cambio de horario), para acompañarme. Juzgad vosotros qué clase de personas son.

Salida. Hace frío, pero es agradable. La primera vuelta no tiene ninguna historia que contar salvo la bucólica sensación de correr de noche y ver cómo las primeras luces del amanecer van lamiendo los tejados de la ciudad. Nos vamos ajustando al plan de trotar suave y parar en los avituallamientos a comer, beber y estirar. En el comienzo de la segunda vuelta noto unos pinchazos en el adductor izquierdo, los mismos que al inicio de la pasada carrera de Aranjuez, pasan pronto y al igual que entonces lo achaco al frío. Al respecto se ha levantado un fuerte viento que pega la camiseta sudada al cuerpo y nos deja helados. Las nubes apenas dejarán pasar el sol en lo que queda de carrera y no conseguiré entrar en calor en toda ella. Si yo me quejo del frío y el viento no quiero ni pensar cómo lo habrán pasado otros...

Los pinchazos desaparecen aunque no del todo. Vuelven inesperadamente de vez en cuando, sobre todo en las cuestas arriba y después de las paradas en los avituallamientos. Es algo a lo que tengo que prestar atención en el futuro y buscar sus orígenes. Llevo más de un año sin perder días de entrenamiento por lesión y la última fue precisamente un problema de adductores.

Al comienzo de la tercera vuelta Darth nos deja. Los pinchazos vuelven con mucha más fuerza en la larga cuesta del inicio obligándome incluso a parar en algún momento, incluso me planteo si no será mejor volverme y conformarme con los veintipocos kilómetros que llevo. Les doy de plazo un kilómetro más y al acabar la cuesta casi desaparecen de nuevo. De todas formas no me encuentro bien. Las pulsaciones siguen bajas, mi estado de forma es similar al de noviembre del año pasado y muscularmente, salvo los pinchazos, me encuentro incluso mejor, pero la falta de sueño y el frío hacen que las sensaciones no sean buenas. De nuevo, con la cercanía de los treinta kilómetros, estoy tentado a abandonar, cosa que por supuesto, al final no hago. Aquí nos deja Nacho, y Paco y yo nos quedamos solos con veinte kilómetros por delante. Quedamos en tomarnos esas dos vueltas que quedan con algo más de calma, no por él, que está en un excelente estado de forma después de apostar fuertemente por preparar Mapoma siguiendo el método Galloway, sino por mí y mi adductor. Damos en llamar a cada parada o tramo andando un "Galloway", de los que hacemos uno en cada cuesta. Es precisamente al final de una de ellas donde nos encontramos, corriendo de frente hacia nosotros, a un exultante Zerolito Correpoco, que no haciendo honor a su sobrenombre nos comenta contentísimo cómo ha batido su marca de 10K. Su presencia nos anima bastante y corremos hacia los cuarenta kilómetros y el inicio de la última vuelta. Antes de llegar comento a mis compañeros que me doy el plazo del primer kilómetro para intentar acabar la carrera. No quiero que el adductor castigue mi osadía a medio camino y me tenga que volver cinco kilómetros andando con el frío que hace. Hago todo lo posible por modificar y controlar mi zancada, protegiéndo mi maltrecho adductor de cualquier movimiento "extraño", y parece que funciona.

Nada más de empezar esa última vuelta aparece Eva2r, a buen seguro la chica más popular de Madrid, y su inseparable cámara con la que nos hace unas cuantas fotos, de entre las que pirateo la que encabeza esta entrada. El año pasado corrió con nosotros los 50K en plan campeón, (tiene acreditadas cinco horas en maratón y lo suyo tuvo verdadero mérito), y que este, como Zerolito acababa de hacer MMP en 10K unas horas antes. Juntos nos encaminamos cuesta arriba con mucha precaución, y el adductor parece darme tregua. Si es así, pienso, el segundo ultra de este súper paquete, (entendiendo el súper como superlativo del calificativo de paquete), está al caer. Desgraciadamente el momento malo del día, de hecho la única sombra de una maravillosa jornada, está al caer. Poco después de pasar la imaginaria línea del maratón, aproximadamente a los 42,5 kilómetros oficiales, (43,2 kilómetros según mi Polar), y al intentar arrancar después de un "Galloway", mi rodilla derecha dice basta. Con una mezcla de preocupación por el dolor, situado en y por encima de mi rótula, y sorpresa por lo repentino de la molestia que apareció sin avisar, paro de nuevo y hago unos estiramientos de cuádriceps. Vano intento. Quiero volver a correr pero el dolor es fuerte y se presenta la disyuntiva: por delante siete kilómetros en los que presuntamente no pueda correr, pero terminar los 50 o, por detrás, vuelta a la zona de salida, habiando completado algo más que un maratón pero sin arriesgarme a empeorar la situación y sobre todo, llegando antes a una anhelada ducha caliente que me saque el frío del cuerpo. Después de un par de minutos de dudas la cordura se impone y deseándole lo mejor a Paco enfilo cuesta abajo. No tengo dudas de que con tan buena compañía como lleva y la facilidad conque le he visto durante toda la mañana su carrera sea un éxito.

Así que heme ahí, perplejo por una molestia inesperada que me golpea sin aviso y después de que toda la carrera hubiera sido otra la que me había tenido preocupado. Habiendo corrido más de un maratón pero sin terminar la carrera, (esto me pareció realmente gracioso en ese momento), helado de frío, cojeando ostensiblemente y con casi tres kilómetros por delante hasta mi deseada ducha caliente. No más de doscientos metros de vuelta parece que el riego sanguíneo vuelve a mi maltratado cerebro y mi propia visión, como si de un viaje astral se tratara, me viene a la mente: un tipo como yo, con poco aspecto de atleta "de verdad" pero con toda la pinta de haber corrido un maratón, o sea, macilento, desgreñado, todito arrugado y cojo tiene que dar una lástima del copón. Estoy bajando la avenida por la parte por la que suben los corredores, animándoles cuando me cruzo con ellos. Lo siento chicos pero os dejo solos. Me cruzo de acera a la parte de la calzada por la que los coches enfilan hacia mi ducha caliente con el firme propósito de hacer parar, a las malas si es necesario, al primero que pase para que al menos me acerque hacia la salida. Semáforo verde: el resto de los peatones pasan, yo espero paciente, cual depredador al acecho de su presa. Un desvencijado coche gris gira en el cercano cruce, es mi oportunidad, pierna izquierda al frente, derecha a la rastra, exagerando hasta lo histriónico la cojera y una mirada de perro apaleado mientras levanto levemente mi mano en lo que debiera parecer a ojos del conductor un esfuerzo casi insuperable. Una ventanilla que baja y el rostro de un joven gitano que asoma por ella:

- Oye, por favor, ¿podría...?

Y sin dejarme acabar oigo:

- Claro, sube...

Puerta de copiloto abierta y yo p'adentro antes de que el joven cambiara de opinión. Coche, como decía, desvencijado, CDs. llenos de polvo, parabrisas agrietado y dudoso paso de la última ITV, pero un conductor de lo más amable y simpático, cabeceando de incredulidad cuando le dije lo que estábamos haciendo por las calles de su VallleKas y que callejeó y me llevó justo hasta la meta. Muchísimas gracias desconocido y amable conductor.

Y esa es la historia de la carrera. No procede aquí hablar de las cañitas de después, con sus boqueroncitos fritos y sus patatas bravas mientras abusivamente mi pierna estirada y con hielo en su rodilla ocupaba una silla a la vez que el resto de mi cuerpo asentaba sus reales en otra. O de cómo pasé una deliciosa comida y sobremesa con mis amigos del foro de ElAtleta.com, llena de chascarrillos, piques y anécdotas mientras descrubría, entre otras cosas, lo delicioso de las Fresas al Mascardone...

Hoy la rodilla duele menos, reafirmando mi creencia de que las molestias son simplemente fruto del frío y el sueño, pero por precaución descansaré totalmente un par de días y si todo va bien el miércoles haré un rodaje suave para probarla. La primera joya de mi todavía no se si triple o cuádruple corona queda un poco deslucida, sin el brillo y la pátina que hubiera deseado, pero sin dejar de apreciar que en el peor de los casos al menos he corrido un maratón "y pico", y ese, afortunadamente, es el mayor de mis problemas ahora: ¿cómo leches me cuento lo de ayer?, técnicamente corrí unos cientos de metros más que en un maratón, pero tan pocos que me resisto a denominarlo ultra, así que, ¿como lo contabilizo?, ¿como maratón?, ¿como ultra?, ¿como lo que realmente fue, un rodaje largo con los amiguetes...?. Se admiten todo tipo de sugerencias.

lunes, 24 de marzo de 2008

Allá voy...

varias (08-03-08) 067 Al igual que en noviembre, me ha vuelto a ocurrir que me llegan las carreras señaladas en rojo en el calendario casi sin previo aviso. (Es lo que tiene el no tomarse las cosas demasiado en serio...)

Este domingo es la primera de las Citas, (así, con mayúsculas), de la presente temporada: los 50/100K Villa de Madrid, a los que llego con una total ausencia de presión. Podría pensarse que es la lógica seguridad que dan unos entrenamientos bien hechos, pero nada más lejos de la realidad. Salvo las últimas semanas estos han sido de lo más relajados, limitándose las más de las veces a rodajes más o menos, (casi siempre menos), fuertes.

Sí influye mucho en mi tranquilidad la filosofía con la que tomo esta mi segunda incursión más allá de los 42,195 metros, que no es ni más ni menos que con la que me enfrenté a mi primer ultramaratón: acabarlo despacito. La estrategia no puede ser más parecida a la de entonces: trotar los 50K muy suave, con paradas incluídas en los avituallamientos, lo que en noviembre me permitió recuperarme en cuestión de días, y forzar algo más en el maratón, tres semanas después de los 50K entonces, cuatro ahora. Sólo que en esta ocasión hay un matiz nuevo que me hace estar si cabe más tranquilo: si bien en San Sebastián salí con unas ciertas reservas pero muy cerca de mi ritmo de competición, en este Mapoma voy a acompañar a Lander en su debut, (y posiblemente a Sylvie en el que creo que sería su sexto maratón), y la intención es salir por encima incluso de 6' por kilómetro de tal forma que terminaríamos entre las cuatro horas y cuarto y las cuatro horas y media. Modestamente creo que es un ritmo fácil para mí del que tampoco tardaría mucho en recuperarme.

En el horizonte, aún lejano, (aunque fijo que también me pilla de improviso), quedan los 100k/24 de Aire Libre/Corricolari, a primeros de junio, lo que configuraría la tercera perla de mi particular "Triple Corona" para este año. El problema, que ya he comentado aquí en alguna otra ocasión, es que siento los cantos de sirena que me llaman desde la Challenge Nacional Ñ Ultrafondo, en forma de circuito de 1000 metros al que puedo dar durante todo un día las vueltas que quiera. Os recomiendo encarecidamente que entréis en el enlace para haceros una idea de la prueba.

La idea ya me sedujo cuando el liante de Spanjaard nos la dió a conocer en el foro de ElAtleta.com. Encuentro excitante enfrentarme contra mí mismo y la "tortura" psicológica del paso una y otra vez por los mismos lugares, imponiendo mi voluntad a una especie de "Síndrome del Hámster" como algún forero acertadamente lo definió por el hecho de tener que dar vuelta tras vuelta al mismo recorrido cada pocos minutos sin sensación de ir a ningún lado. Esta prueba es tan sólo dos semanas después del Mapoma, y sólo un resto de cordura hace que aún no me haya apuntado, pero cada día que pasa estoy más convencido para hacerlo. La presencia de Yoku y Efejota como compañeros de fatigas no sería ni mucho menos irrelevante a la hora de tomar mi decisión aún siendo su presumible ritmo superior al mío.

Total, que en un espacio de diez u once semanas podría correr un maratón y tres ultras, cosa que dicho así, en frío y a bote pronto, le hace llevarse las manos a la cabeza a todo aquel al que se lo comento..., y sin embargo a mí me parece posible, y a veces, sólo a veces, hasta razonable.

¿Será eso normal o definitivamente mis escasas neuronas han perdido el juicio?, ¿realmente importa si un pelín de locura anida en mi escasamente amueblada cabeza?. Hoy por hoy la única certeza que tengo es que pensar en la mera posibilidad de conseguir esa "Cuádruple Corona" me resulta tremendamente excitante.

sábado, 22 de marzo de 2008

Un poco de perspectiva.

castillo_manqueospese (20-03-08) 010

Blus, al igual que yo mismo, es uno de los autodenominados paquetes del foro de ElAtleta.com. No lo conozco más que por sus intervenciones en dicho foro, siempre llenas de sencilla y llana sabiduría y de sentido común, y por un efímero saludo en la salida de la carrera de Aranjuez del pasado año. Antiguo guitarrero, (presumo que más de rock que clásico, y no tanto de blues como su nick podría indicar), me gusta leerle por su forma de sentir y de contar sus experiencias en el mundo del atletismo a nivel popular, destilando una total ausencia de presiones y sufrimiento por el hecho de apuntarse a una carrera. Blus corre simplemente por correr, porque le gusta. El es el inventor, o al menos a la primera persona a la que oí hablar de los "arreones". Una manera de trabajar la calidad casi "sin sentir", sin planificaciones, sin presiones de reloj y casi sin dejar de hacer lo que a él y a mí nos gusta: trotar. El otro día en el foro escribió esta perla que incluso a un corredor como yo, poco dado a marcarse objetivos ambiciosos que pudieran interferir en su manera de entender el atletismo, le hizo reflexionar:

pues no se, pero no es para tanto ésto del correr, te pones las zapas y te vas a la calle, cada día llegas un poco más lejos (o no...) y yastá..., y así un día y otro y otro, un día apareces en mallas por casa, otro día con gafas de colores, y te conviertes en lo que viene siendo un paquete. Aro si te da por pensar en que lo que hace el gebreselasie, el roncero y toda esa peña y lo que haces tú se parece... pues claro, ahí se lía todo, por pensar

Sencillo, fácil. Corres lo que te apetece, cuando te apetece y al ritmo que te pida el cuerpo. Y llegas a casa satisfecho y feliz, habiendo dejado por el camino tensiones y problemas.

Cada cual es muy dueño de darle a esas palabras el valor que quiera, y vaya por delante mi respeto al que quiera hacer de sus mejoras atléticas, (o a veces incomprensiblemente para mí, al simple hecho de llegar por delante de sus compañeros en el entreno de los domingos), un objetivo primordial de sus vidas, pero las palabras de Blus para mí encierran toda un filosofía, no sólo del correr, sino, apurando un poco, de plantearse la vida misma, perdida muchas veces en absurdas comparaciones con vecinos, rivales deportivos, compañeros de trabajo o de entrenamiento... En cualquier orden de la vida vamos a encontrar quien nos supere, por condiciones, suerte o sacrificio, y la eterna comparación con ellos nos va a impedir no sólo disfrutar de aquello que con nuestro propio esfuerzo hemos conseguido, sino en el caso del atletismo, nos impedirá disfrutar de lo que yo creo que es mucho más importante que esos logros: del propio camino, de ese poner un pie delante del otro en un bonito día de primavera simplemente porque te gusta, por que te hace sentir bien...

Por cierto, mientras acabo de escribir, y mientras sopla un fuerte viento en Avila, comienza a nevar. Eso significa que alguno estará preocupado porque se le joderán las series y se le descabalará "El Plan", pero para mí es la promesa de un rodaje maravilloso.

lunes, 10 de marzo de 2008

VI Circuito de Carreras Populares "Ecosport"

tríptico-2

Por sexto año consecutivo mi club, Ecosport Avila, organiza su Circuito de Carreras populares Ecosport, que como todos los años consta de cuatro pruebas, de las que para optar a los premios de la clasificación general habrá que correr al menos tres de ellas, siendo la inscripción para el circuito completo de 12€ y gratuita para carreras individuales.

Complementariamente se correrán la II Carrera Hacia Atrás y la IV Carrera Infantil "San Segundo".

Para los que estéis interesados, aquí os pego la imagen del tríptico promocional y los enlaces a los mapas y la altimetría de las cuatro carreras:

VIII Carrera Popular del "Resucitado", sábado, 29 de marzo de 2008.

VI Carrera Popular "Navas Center", domingo, 6 de abril de 2008. Previamente se realizará la II Carrera Hacia Atrás en el mismo circuito y con un recorrido de 300m.

VI Vueltas Pedestres a las Murallas, domingo, 20 de abril de 2008.

XI Subida al Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles, jueves, 1 de mayo de 2008.

domingo, 9 de marzo de 2008

Una mala semana

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Esta mañana he hecho la tirada larga dominical. Unos escasos 15,3 kilómetros en algo más de hora y media, con algo de viento, amenaza de lluvia, frío y las malas sensaciones que me vienen acompañando desde la Media Maratón de Villalba del domingo pasado.

Cierro la semana con apenas 45 kilómetros. Muy pocos para las aspiraciones que tengo, pero según me he encontrado en los últimos días es lo que hay... No le doy demasiadas vueltas a este tema: no es la primera vez que paso un bache de este tipo, preludio a veces de una enfermedad, fruto de un aumento brusco del volumen de entrenamiento, (evidentemente ahora no es el caso), o cambios estacionales, (me pasa siempre con el calor). Por otro lado, aún teniendo mejor disposición, tampoco encontraría mucho más hueco para entrenar. Compaginar trabajo, dos hijos, estudios y estar casado con una esposa que trabaja en hostelería hace que encontrar una hora para entrenar, a la que casi siempre llego ya agotado, sea un verdadero encaje de bolillos. También es lo que hay, y quizá sea esta la limitación más importante que encuentro.

Total, que me quedan tres semanas para los 50K Villa de Madrid y siete para el Mapoma. En el aire queda la participación, en nueve semanas, en el Challengue Nacional Ultrafondo 24 horas de Torrejón de Ardoz y está decidido ir a los 100k/24 de Aire Libre/Corricolari, presumiblemente a primeros de junio...

Cada vez que veo los registros de mis entrenamientos y pienso en ello me da la risa...

Aquí tenéis el enlace al mapa del rodaje, por animar un poco la entrada, que queda un poco sosa. Aumentadlo, moveos por él, cambiad la vista de mapa a satélite, buscad vuestro pueblo...

viernes, 7 de marzo de 2008

Hoy iba a ser un gran día...

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Hoy tenía pensada una bonita entrada. Hoy he visto amanecer mientras llegaba apresurado a mi trabajo. Unos minutos después, en la Sala de Juntas, en el segundo piso del edificio, mis ojos se desviaban involuntariamente del lugar donde ellos y mi mente debieran de estar concentrados para posarse en el maravilloso espectáculo de la caricia de los primeros rayos de sol en la Sierra del Zapatero.

He visto deslizarse ladera abajo esos primeros rayos de sol desde la lejana cumbre y he sido testigo de como se derramaban poco a poco hacia el valle, diluyendo a su paso las sombras de la moribunda noche, para restallar por último, súbitamente, en los picos de las almenas de la cercana muralla. Casi podía sentir como estirando mis dedos a través de la ventana hubiera sentido su roce suave que a esas horas apenas serviría para evitar el intenso frío que aún perduraba. Era un día para disfrutar, para pasear, para vivir...

Pero un salvaje se ha empeñado en estropearlo todo.

No voy a caer en la tentación de escribir lo que siento. Voy a tragarme mi rabia, mis ganas de llorar de impotencia frente a una barbarie que sólo entiende de imponer unas ideas por la fuerza de las armas. No voy a hacerlo porque sería compararme con ellos y ese es su objetivo.

Sólo quiero mandar un fuerte abrazo a la familia de Isaías Carrasco. A su esposa y a esa hija, testigos ambas del cruel y cobarde asesinato de su esposo y padre. Quiero que sepan que no están solas, que la inmensa mayoría del país están con ellas y su familia. Quiero que sepan que no sólo será su familia la que llore por Isaías, un hombre humilde, con un trabajo humilde, en lo mejor de su vida y con una familia que ha quedado destruída por quien sabe qué ideales, quizá respetables, pero que pierden toda su credibilidad cuando se intentan imponer por la fuerza de las pistolas y el miedo al tiro en la nuca.

Estoy esperando ansioso la reacción de nuestros ¿políticos?. Por favor, por una vez, estad a la altura del drama humano de esta familia.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Mi primer entrenamiento en pista

  

¿Perdón...?

Pues sí. aunque suene raro, hoy ha sido la primera vez en mi vida que he entrenado en una pista de atletismo, pero no os asustéis, que no voy a traicionar mis arraigados principios de trotador de caminos y veredas. No.

El caso es que después de dos domingos seguidos de medias maratones, si bien estas han sido a un ritmo cómodo, en esta semana quería descansar, y el entrenamiento de hoy quedaba entre el rodaje de ayer y el previsto para mañana. ¿Qué hacer?.

Ya en el portal de mi casa me he visto obligado a tomar la decisión, pospuesta durante toda la mañana, de decidir qué iba a correr. Sólo tenía un par de cosas claras: no correr demasiados kilómetros y darle un pequeño toque de calidad, tantas veces escamoteado, a mis entrenos. Por un momento he estado tentado de correr por la ribera del Río Chico hasta las cuestas del Puente Adaja, y subir y bajar unas cuantas veces sin forzar, pero de repente, la iluminación: ¿y por qué no vas a la pista Carlos?. Dicho y hecho, giro de 180º río arriba dejando su desembocadura a mi espalda y en unos minutos entrada en la pista.

Evidentemente a tomar la decisión ha ayudado la esperanza, (felizmente cumplida), de que a esa hora no hubiera nadie, porque no me veía yo dando vueltas al óvalo a mi ritmo entre lebreles de 3 y poco el kilómetro...

Una vez allí, y como mandan los cánones, unos progresivos y unos arreones, (que sí, que ya explicaré qué son los arreones), de ochocientos metros con doscientos de trote para recuperar.

Como experiencia, bien. Parece que estás haciendo un entrenamiento "serio" y te das ínfulas de atleta "de verdad", pero que queréis que os diga. Los que entrenáis habitualmente en pista tenéis mi más rendida admiración, porque ¡mira que es aburrido dar vuelta tras vuelta...!

Al acabar, y pese al frío y el viento, unos buenos estiramientos allí mismo y vuelta a casa.

¿Los tiempos y el número de repeticiones...? ¡Ni de coña!, que uno tiene su corazoncito...

domingo, 2 de marzo de 2008

Tocó la de arena...

 

DCAM0124

Son las dos de la tarde. En apenas una hora desde que abandoné Villalba estoy entrando en la bañera de casa, llena a medias de agua caliente. Es un truco de Merak, el cual sostiene que aunque el frío hace bajar la inflamación muscular después de un esfuerzo intenso, el calor ayuda a eliminar los productos de desecho que se acumulan en nuestras piernas. Funciona. Tengo la intención de estar como una media hora sumergido en ese agua, relajándome, escuchando música y analizando la carrera de hoy: la Media Maratón de Collado Villalba "La Tragamillas".

Me cuesta entrar en el agua. Esta muy caliente, pero de eso se trata. Con cuidado de no mojarme las manos prácticamente me tumbo en la bañera y me coloco los auriculares de mi MP3. En él tengo una carpeta con canciones que cumplen dos requisitos: son en inglés, y son especiales para mí.

No suelo hacer valoraciones en caliente. No me gusta juzgar sin frialdad, y tengo tiempo por delante, así que cierro los ojos y escucho, esperando la calma que me proporcionará el ambiente tranquilo, (en casa sólo está mi hija), la música y el baño.

Knocking' on Heaven's Door, perpetrada por Guns 'n Roses.

Mama put my guns in the ground
I can't shoot them anymore
That cold black cloud is comin' down
Feels like I'm knockin' on heaven's door

Esta tengo que borrarla, al menos en la versión de los Guns, pero más tarde, ahora relájate Carlos...

No ha sido un buen día. Mis piernas están hinchadas y no sólo por la hora de vuelta sentado al volante. Las sensaciones fueron fantásticas en la Media Maratón de Torrevieja, donde no sufrí lo más mínimo para hacer una marca que, por otra parte, está lejos de mi MMP. ¿Porqué hoy he tenido un hundimiento en una distancia en la que nunca me había ocurrido antes?, ¿porqué esas malas sensaciones en un tiempo tres minutos superior al del domingo pasado y con 500 metros de menos según el GPS de mi Polar?.

Better Sweet Symphony, de The Verve..., esto es otra cosa y no los berridos de Axel Roses. ¡Cómo me gusta esta canción!

You know the one that takes you to the places
No change, I cant change, I cant change, I cant change,
Where all the veins meet yeah,
But Im here in my mould , I am here in my mould.

También me ha gustado, y mucho la Media Maratón de Villalba. Más aún que el año pasado. La organización, con buen criterio, y supongo que consciente de que su media nunca será una media para hacer marca, ha incluído más kilómetros de campo para deleite del corredor, al menos de los que nos acercamos a las estribaciones de la Sierra de Guadarrama sin mayores pretensiones. Además ha plantado la llegada en la pista de atletismo, donde los corredores como yo podemos sentirnos por unos momentos atletas de verdad. He disfrutado mucho con la compañía de mis amigos del foro de ElAtleta.com, con alguno de los cuales cada vez me siento más unido.

Personal Jesus, de Depeche Mode, recuerdos de juventud...

Your own personal jesus
Someone to hear your prayers
Someone who cares
Your own personal jesus
Someone to hear your prayers
Someone whos there

Hacía calor. No mucho, pero al menos diez grados más de la temperatura a la que suelo entrenar habitualmente. ¿Hiciste otra media el domingo pasado?, ¿ha influído en esta?. Pensar cuesta y el agua está caliente. Mis ojos cerrados hacen que un delicioso sopor invada mi mente... Ritmo de maratón, 5'40'' por kilómetro, no debería haber problemas en una media a ese ritmo...

Under the Bridge, de Red Hot Chilli Peppers.

Sometimes I feel
Like I dont have a partner
Sometimes I feel
Like my only friend

¿Pesó hoy en mí la Media Maratón de Torrevieja?. No. Rotundamente no. Torrevieja fué un rodaje, largo y algo rápido quizás, pero sólo un rodaje.

He dormido bien. He desayunado bien y me he hidratado, pero en el kilómetro dieciocho las piernas han dicho basta. ¿Porqué entonces?

El viernes hice unos arreones. Es difícil explicar qué son los arreones. No son series, no son cambios de ritmo, son..., arreones. Lo dejaré para otro día.

Beds are Burning, de Midnigth Oil.

How can we dance when our earth is turning
How do we sleep when our beds are burning

Le tengo un cariño muy especial a esta canción, pero explicarlo llevaría su tiempo. También lo dejaré para otro día...

No encuentro un motivo concreto a porqué hoy he hecho dos horas largas en una media maratón. No es un tiempo en el que debiera moverme, al menos con sufrimiento. Es mi ritmo de maratón, y llevado a una media es un rodaje sin más, pero hoy lo ha habido. No intenso. No ha dolido. No he disputado a tope, pero he sufrido. Quizá sólo haya sido un mal día o quizá haya una razón, pero no la encuentro, el agua está caliente y pensar es cansado, lo dejaré para otro día...

Wicekd Game, de Chris Isaak.

No, I want to fall in love (This world is only gonna break your heart)
No, I want to fall in love (This world is only gonna break your heart)
With you (This world is only gonna break your heart)

Nunca he encontrado nada tan sutil y complejo como la mente de una mujer, pero estoy seguro de que esta canción llega al corazón de todas ellas y más de una juraría amor eterno a quien se la susurrara al oído.

Un mal día Carlos, sólo un mal día, pero ahora descansa. Vendrán otros.

En este enlace podréis ver las fotos de Eva2r, a la que he pirateado la que encabeza esta entrada, y las cuales os servirán para haceros una idea del circuito.