lunes, 29 de noviembre de 2010

Objetivo: Maratón de Sevilla. Séptima semana.

Foto de Naim Ozturk, descargada de Photo.net.

¿Llueve menos?, quiero pensar que sí. Esta semana era de prueba, de transición entre el parón y la vuelta a los entrenos, de testeo de la rodilla y de aguantarse las ganas de salir a correr por más que con el frío me apetece más hacerlo, en un arrebato de sensatez de esos que con la edad cada vez son más frecuentes. Esa es una de las pocas cosas buenas que tiene hacerse mayor…

Aunque como dice el míster: “todo suma”, los números semanales, expresados tanto en kilómetros totales como en minutos por kilómetro han sido paupérrimos. Y lo peor: ayer domingo la rodilla dio de nuevo señales de vida. Rodaje de una hora diez minutos. Todo perfecto hasta el cincuenta. A partir de ahí un runrún que ya no me abandonó hasta llegar a casa. Cierto que al menos me dejó seguir, no fue el pinchazo brusco e incapacitante de las otras veces, pero sí un aviso de que ese puñetero tendón aún no está del todo recuperado.

Al final han sido cinco sesiones. Dos muy leves de treinta minutos, dos un poco más atrevidas de unos cuarenta y la mentada dominical de setenta. Al menos tengo la sensación de no haber perdido la semana.

¿La que entra?, pues de nuevo ”de prueba, de transición entre el parón y la vuelta a los entrenos, de testeo de la rodilla y de aguantarse las ganas de salir a correr por más que con el frío me apetece más hacerlo…”

lunes, 22 de noviembre de 2010

Objetivo: Maratón de Sevilla. ¿Sexta semana?.

Count Six and Die (¡toma dramatismo!). Foto de Jonh Williams, descargada de Photo.net.

Otra semana para olvidar. El martes, a modo de prueba, salí tan sólo veinte minutos suaves sin ningún problema. Animado por el resultado del paseíllo (a pesar de lo cual descansé el miércoles por pecar de cauto antes que de arriesgado) volví a salir el jueves con la intención de trotar entre cuarenta y cuarenta y cinco minutos. El día era perfecto para correr: noche cerrada, con el frontal deslumbrando a todo quisqui con el que me cruzaba (buena compra hice, pardiez), temperatura fría, brisa ligera y bastante humedad. Ideal. Las sensaciones fueron muy buenas teniendo en cuenta los días adicionales de parón, y salvo el lógico aumento de pulsaciones según pasaban los minutos, no tuve ninguna sensación extraña. Pero ya en "recta de meta", apenas a doscientos metros de casa, la rodilla me dio un aviso. No llegó a ser dolor, simplemente un "aquí estoy, y si sigues dos minutos más, te arreo", que cambió bruscamente mi estado de ánimo. Y eso ha sido todo. Apenas una hora de trote en toda la semana y dos de paseo con mi esposa, y lo que es peor: más y más dudas acerca de la situación real de esa rodilla, que no muestra ningún síntoma de estar dañada hasta "dejarme seco" en dos pasos. Mi trainer, que de momento está ejerciendo más de psicólogo que de entrenador, me dice que hay tiempo. Me habla de supercompensación, de planes de doce semanas, de que los paseosconparadasparaverelpaisaje también suman... En su sabiduría confié mis escasas fuerzas y diligentemente asiento a sus afirmaciones con la esperanza de que tenga razón, pero con cada día de parón el fino y el pescaíto frito van ganando la partida al objetivo de las cuatro horas y pico, haciendo ese pico más y más largo. Veremos.

PD. Que no, que a mí estas cosas no me deprimen lo más mínimo. Primero porque Sevilla no es Objetivo con mayúsculas, sino sólo un objetivo intermedio al que otorgo menos importancia que al hecho de poder pasar un fin de semana en familia con los amiguetes del foro. El Objetivo es el MAM, y ahí sí tengo tiempo de sobra. Segundo, porque carreras hay muchas, y sean objetivos u Objetivos, si hay que cambiarlos, se cambian, que uno ya tiene edad para discernir qué es de verdad Importante, y las carreras son importantes, y sólo a veces. Rediós que rebuscado soy...

jueves, 18 de noviembre de 2010

Gato, gato…

Que Canillas es genial nadie lo dudaba. Que además fuera adivino, eso, ¡ay amigos!, no lo sabíamos aún…

Ayer miércoles se despachó en el foro con un servidor y uno de sus acostumbrados y sabrosones montajes fotográficos. Sabido es que a mí me gusta la fotografía, hasta ahí bien, pero que ayer me levantara tal y como el mago Canillas me retrata, doblado por los medios, era cosa que creí quedaba en la intimidad... Buena intuición tuviste amigo.

Pues sí, desde ayer a base de Voltarén por una contractura en la zona lumbar que ya padecí hace un par de meses, que por lo que se ve no ha curado del todo, y que se suma a las molestias en la rodilla, a la reacción de la vacuna… Empiezo a pensar que hay algún hado empeñado en que yo no corra en Sevilla. Ya el año pasado me ocurrió algo parecido con la enfermedad de mi esposa y la consiguiente cancelación del viaje justo el día antes de salir hacia el maratón que mejor había preparado hasta la fecha y en el que tenía unas expectativas aún mejores de las aquí confesadas.

Hace unos días le comentaba a una Amig@ Mí@ en su blog que no creo en el destino, pero es cierto que a veces le he “cogido gato” a algo o a alguien por un cúmulo de circunstancias entre las que, admito, la razón no se encuentra, y el maratón de Sevilla está a un paso de conseguirlo. Ya lo hizo el año pasado el GTP (y bien que me pesa, que ya sabíais las ganas que le tenía, pero ahora mismo no tengo la más mínima ilusión por correrlo), y a poco que Sevilla se empeñe me borro de su maratón y me quedo con el pescaíto frito y el fino, ¡será por carreras!.

PD. Una oportunidad más le doy, sólo una más…

martes, 16 de noviembre de 2010

Objetivo: Maratón de Sevilla. Quinta semana.

Foto de Adam Welber, descargada de Photo.net.

Esta quinta semana ha quedado como el culo. Tenía un par de rodajes fáciles sobre la hora y cuarto, un día de cuestas, uno de rodaje “alegre” de una hora y el rodaje dominical debiera haberse ido ya a una hora cuarenta minutos (tranquilitos). Y la cierro con apenas dos rodajes de cuarenta y de cuarenta y cinco minutos. Deprimente…

Después de las molestias de rodilla el míster y yo decidimos no arriesgar y perder los días que fuesen necesarios en el convencimiento de que forzar un día ahora equivaldría, con toda probabilidad, a varios días parado más adelante, pero me encorajina que justo cuando aparecían las buenas sensaciones haga “el cangrejo”. Aunque para mitigar parte de mi profunda mala leche, quizá tampoco hubiera conseguido terminar la semana como estaba planeada: el pasado martes me vacuné contra la gripe. Nunca me había producido reacción, pero el jueves y el viernes me encontré flojísimo, sin fiebre pero con el cuerpo dolorido y un enorme cansancio. Haré una lectura positiva del hecho de que los dos contratiempos han sido simultáneos y de que los días perdidos han sido menos al coincidir ambos, y pasaré página.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Un poquito de motivación…

Que no, que a pesar de lo que pudiera parecer por el tono de mi anterior entrada yo soy un optimista impenitente, y corra en Sevilla o vaya sólo a tomar fino y pescaíto frito, una lesión no me va a hacer venir abajo, faltaría más. Eso sí, nunca viene mal un poco de ayuda extra, y el caso es que en el blog de Slowpepe ví este vídeo acerca de la Gore-Tex Transalpine Run, inalcanzable (aún) para mí: ocho etapas a través de los Alpes Austríacos, cruzando el Tirol hasta bien entrada Italia. En este enlace podéis ver su recorrido. Una burrada.

Con todo, a pesar del subidón de adrenalina, el vídeo no dejaría de ser tan sólo un hermoso y sugerente vídeo como tantos otros rodados en paisajes de cuento si no fuera por las palabras con que se inicia, que, esas sí, me cautivaron profundamente golpeando dentro, muy dentro:

"Life is like a coin. You can spend it anywhere you like... but you can only spend it once. This is a great way to spend life..."

(La vida es como una moneda. Puedes gastarla donde quieras... pero sólo puedes gastarla una vez. Esta es una gran forma de gastar la vida...)

Y claro, uno se ablanda cuando algo así le llega tan hondo…

En mi ya larga vida me he ido desprendiendo de falsos mitos, absurdos tabúes y prejuicios varios. Paradójicamente en vez de limitarme eso ha contribuido a abrir mi mente y hacerme creer que cualquier cosa es posible. Incluso que un día, algún día, yo pueda estar ahí…

Minuto tres, segundo veintiséis. Minuto tres, segundo treinta y ocho… Se me abren las carnes…

jueves, 11 de noviembre de 2010

Un pasito p’alante María, uno (o dos) pasitos p’atraaaasss… Yeeepaaa…

Imagen tomada del magnífico blog de Carles Aguilar.

Tomémoslo con humor. Apenas tres semanas de entrenamiento y ya estoy lesionado, jajaja… Lo siento, no me sale…

De nuevo la rodilla quiere ser protagonista. Hace ya dos años que padecí aquella tendinitis de pata de ganso, que tanta guerra me dio y que, parece, ha vuelto de nuevo.

El pasado sábado, casi al final del rodaje prescrito por el míster, sentí un pinchazo en la zona identificada en la imagen como “bursa inflamada” de mi rodilla izquierda. Inmediatamente identifiqué el familiar dolor que creí olvidado. Era tarde, noche cerrada, estaba sudado después de casi una hora de trote, hacía frío para ponerme a caminar y estaba apenas a un par de kilómetros de casa y decidí seguir trotando suave hasta la reparadora ducha.

Decidí junto con el míster olvidarme del entrenamiento del domingo y unir ese día de descanso con el del lunes, previsto de antemano. El martes la sesión me la cambió por un rodaje “de prueba”, a ritmo muy suave con el doble condicionante de salir sólo si no tenía ninguna molesta y de parar si esta aparecía. Y no lo hizo. Rodé durante cuarenta minutos sin ningún tipo de problema y ayer miércoles no aprecié secuela alguna. Bien, pues sigamos con el plan… Y el plan preveía un rodaje de hora veinte, de los cuales los primeros cuarenta y cinco minutos fueron deliciosos: las buenas sensaciones van apareciendo, los ritmos, aún lentos, no son tan lastimeros como los primeros días y en todo momento troté con una cierta soltura, pero en ese fatídico minuto el pinchazo volvió, y cumpliendo fielmente su ley, Murphy hizo que fuera PRECISAMENTE en el punto más alejado del circuito. Inmediatamente me dí cuenta de que lo iba a pasar mal: no llevo encima más que una sudadera fina (servidor es muy caluroso, incluso comparado con sus recios vecinos esteparios y ha corrido el maratón de San Sebastián con dos grados en la salida en manga corta) que poco o nada me protege de los estertores de Becky, la simpática Ciclogénesis Explosiva que nos ha visitado estos días y que tan mal ha tratado la costa Cantábrica. Aquí el temporal llega con las fuerzas mermadas, pero aún así el viento es fuerte y frío, muy frío... Durante unos segundos pienso en volver trotando, pero por una vez decido hacer lo correcto y echo a andar. "Una camiseta Carlos, ¿no te podías haber puesto siquiera una camiseta de manga corta debajo de la sudadera?". El viento levanta los faldones de la sudadera y recorre inclemente mi piel, erizándome el vello. El calor se va a borbotones por mi cabeza, con el pelo mojado. Mis manos se amoratan y pierden sensibilidad, y sólo la mala leche por tener que parar unos días de nuevo me hace olvidarme de ello.

Al llegar a casa apenas puedo coger la llave para abrir la puerta. No estiro, sólo pienso en una ducha caliente. Me quito las zapatillas y al pasar por delante de la cocina pongo a calentar a fuego lento las patatas revolconas, bien picantes y con sus torreznillos, como a mí me gustan, que me ha dejado preparadas mi esposa. Mmm... Me relamo por anticipado. Llego al baño y mientras me quito la ropa dejo correr el agua caliente. En vez de ducha me voy a dar un baño, siquiera cortito... ¡Qué gusto, por Dios! Dejo correr el agua por mi cabeza, sumerjo las manos en el agua, muy caliente, al límite de lo que puedo soportar y empiezo a pensar que de nuevo el míster tiene que rehacer el plan... Recuerdo que tengo un correo suyo en el que, quizá excediéndose en sus atribuciones, me pregunta por cómo va el peso... Ayyysss... ¡el peso!, origen de casi todos mis problemas deportivos y uno de los pocos factores relacionados con el entrenamiento que soy incapaz de controlar. ¿Qué le contesto yo a este hombre? La calidez del agua me envuelve y relaja, mis manos recuperan sensibilidad, ¿qué le contestas al míster, Carlos?, el peso, puñetero peso... Primera posibilidad: salida por la tangente ¿el peso?, bien, gracias. Segunda posibilidad: respuesta "graciosilla" ¿el peso?, ¿se le pregunta la edad a una señorita?, pues eso... Tercera posibilidad: respuesta airada ¡eh!, que ya sabías dónde te metías. Que el que no me cobres un duro no te da derecho a según qué cosas, que ya sabías que yo no estoy dispuesto a no disfrutar de una buena mesa y a renunciar a tomarme una cervecita con los amigos o a comerme esos torreznillos con las patatas revolconas que me ha dejado mi santa...¡Las patatas!, ¡esas patatas que dejaste hace más de veinte minutos al fuego!. Y casi saltas de la bañera, derramando el agua, mal te secas y corres, a riesgo de resbalar y partirte la crisma, y notas el olor a quemado que te había pasado desapercibido, ensimismado y atontado por el agua caliente... Pero ya no hay remedio: ¡joder, Carlos!, hoy toca comer de bocata...

lunes, 8 de noviembre de 2010

Objetivo: Maratón de Sevilla. Cuarta semana.


Foto del portfolio de Jeffery Simpsom. Descargada de Photo.net.

Esta semana ha sido de claroscuros. Tenía previstos seis días de entrenamiento, con rodajes largos y suaves y tres días de calidad. Una semana, en palabras del míster, de "carga, carguísima", que he dejado coja ayer domingo. El sábado tocaba un rodaje suave de hora y cuarto. La ventana de entrenamiento de ese día se desplazó a la noche, y al no llevar el frontal me vi forzado a elegir entre dar vueltas como un hámster a un pequeño circuito de tierra cercano a mi casa de menos de un kilómetro o hacer asfalto. Elegí esto último y quizá por no haber corrido hasta ahora apenas nada por una superficie dura, en los últimos minutos apareció el familiar dolor de la tendinitis de pata de ganso que ya me acosó hace un par de años. Resultado: ayer domingo cojeaba ligeramente, por lo que decidí no hacer nada y aprovechar que hoy lunes tenía descanso para unir dos días e intentar recuperar ese puñetero tendón.

Como lectura positiva tengo que ese rodaje nocturno del sábado me devolvió las primeras "buenas sensaciones" de estas semanas. Aunque los ritmos son muy lentos, y no es cuestión de afirmar que voy sobrado, hasta ahora no había tenido la sensación de correr cómodo y tener esa "reserva" que tanto se agradece.

Así que a pesar de fumarme la última sesión (ya veremos cómo se venga de mí el míster por ello) la semana no ha quedado mal: dos rodajes largos, uno medio y dos días con pinceladas de calidad. Acumulando.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Obejtivo: Maratón de Sevilla. Tercera semana.


Foto del Portfolio de Fernando Cartagena. Descargada de Photo.net.

Esta semana ha quedado algo coja. Tan sólo tres días de atletismo y uno de montaña (detallado en mi anterior entrada), si bien es cierto que el jueves la sesión fue dura ya que se incluyeron unas progresiones que al día siguiente me provocaron agujetas. También se han eliminado los "corriandares". Ya sólo se corre, y ayer domingo una hora diez, que ya es un "tiempo" a tener en consideración. El salto creo que es importante. El viernes además tocó sesión de fisio, y qué queréis que os diga, casi prefiero otra sesión de velocidad...

Aún no tengo el plan de esta cuarta semana. Ya veremos qué nos depara la maquiavélica mente del míster.