sábado, 23 de abril de 2016

Destino Ironman. Arrancando.

 

triathlon

Va siendo hora, creo yo, de que de cuenta de los ¿progresos? de cara a mi participación e un ironman de aquí a dos años y medio, sobrada que lancé ya hace meses y de la que no he vuelto a reportar a pesar del insaciable afán de información de los innumerables seguidores de este blog que me acosan sin parar en busca de la más mínima novedad. Pues que sepáis que ahí sigo.

Aunque los comienzos han sido, como era de esperar, bastante duros debido al parón de años. Recapitulo…

Mi intención es participar (a ser posible terminándolo, jejeje…) en un ironman antes de cumplir los cincuenta y cinco años, hecho que ocurrirá en agosto de 2018. El punto de partida no podía ser menos propicio: casi veinte kilos de más, parado deportivamente durante casi dos años, con una rotura longitudinal de aquiles de la que quiero evitar la operación y que mi fisio no acaba de poder cerrar a pesar de las innumerables sesiones de EPI e infiltraciones de factores de crecimiento y que me impide correr. Sin haber montando nunca en bici de carretera (de hecho ni siquiera tengo una) y sin saber nadar. En estos meses desde entonces, lo que sí he podido es hacer callo en el trasero con la bicicleta de montaña y tomar clases de natación. Y ponerme a dieta. De hecho creo que esto último era lo más difícil de la preparación, pero en estos meses he perdido una buena cantidad de kilos lo que me deja casi a tiro de un peso si no óptimo, sí suficiente para arrastrar mi cuerpo durante más de doce horas en pos de meta.

Como digo, aún no puedo correr, así que detallo mi desempeño en las otras secciones… La bicicleta va. Despacio pero va. Las primeras salidas fueron de apenas veinte minutos y no sólo por el dolor en las vergüenzas. Apenas podía salir de casa, dar un par de vueltas por las cercanías y volver agotado, derrotado, dolorido y abatido después de un ejercicio que fácilmente podría hacer mi nieta a poco que se pusiera. Tampoco podía esperar otra cosa ciertamente. Como digo, no tengo aún una de carretera. Estoy esperando a ver si definitivamente puedo correr pues es absurdo gastarme la pasta teniendo la BTT y sin saber si voy a poder hacerlo. Además sobre dos ruedas me llama más la atención el sendero y la montaña que el asfalto. No obstante estoy eligiendo circuitos llanos e incluso salidas por carretera para que el ejercicio se parezca lo más posible al que me encontraría en la prueba. Voy acumulando entrenamientos de dos o tres horas “a ritmo” a fin de ir haciendo fondo, pero queda mucho, muchísimo para acercarme a esos ciento ochenta kilómetros que me esperan…

 

PICT1468

 

La natación… ¡Ay la natación! En octubre me apunté a Triávila, un club local de triatlón a través de cual se organizan clases/entrenamientos dirigidos en los que coincido con gente con mucha más experiencia (y juventud) a los que me empeño, con notable éxito, en estorbar, si bien es cierto que al no tener previamente ni idea de técnica la mejoría ha sido enorme y aunque aún no creo que pudiera entrar en tiempo de corte (generalmente dos horas para los 3,8k. a cubrir) creo que ese tramo del ironman no será un problema de aquí a entonces. Físicamente me resulta más dura de lo que pensaba al ser un ejercicio que nunca había practicado y porque además estoy haciendo lo que nunca hice en mis tiempos de corredor: entrenamientos fraccionados, series, intervalos…

La de arena… Como la bicicleta y la natación son deportes sin impacto y “no lesionan”, y hacía tanto tiempo que no me sentía deportista se desató la euforia, y a finales del año pasado la realidad me golpeó como suele hacerlo, con dureza, en forma de tendinitis de supra espinoso en el hombro derecho y de tendinitis de pata de ganso en la rodilla derecha. Ahora bien. por una vez tuve la sensatez de parar con las primeras molestias y de ambas me he recuperado en pocas semanas, pero ha sido un toque de atención. Para prevenir problemas y echar algo de músculo de cara a la natación he decidido renovar mi suscripción al gimnasio, lo que me permite además diversificar aún más el ejercicio, por lo que ahora dispongo de tres actividades distintas con las que poco a poco me quiero ir acercando a ese mínimo, mínimo de doce o catorce horas semanales de entrenamiento que estimo necesarias para concurrir con garantías.

Seguiremos informando.