martes, 29 de enero de 2008

Un rodaje suave


Ayer salí a correr a una hora en la que no lo hacía quizá desde años atrás: a la caída del anochecher. Mi esposa está de vacaciones, y paradójicamente tengo menos tiempo: una de las ventanas de horario que tengo para entrenar, de tres y media a cinco, se cierra. Pocas veces podemos comer juntos, así que aprovechamos sus días de descanso para hacerlo. Por otro lado aún es pronto para entrenar antes del trabajo: oscuridad que obliga a correr por asfalto o acera, (algunas peligrosas por el hielo), frío intenso, (hoy -5º a las ocho de la mañana)...Por más que mi tocayo y amigo Darth Vader consiga hacerlo habitualmente a las 5:30 y sobrevivir, mi pobre cuerpo no responde bien en esa situación, asumiendo no obstante que a lo largo de este mes me veré obligado a sacudirme la pereza y estirar mis agarrotados músculos a esas horas intempestivas si quiero ir sumando kilómetros de cara a la "Triple Corona" que tengo pendiente para este año, y que en pocas semanas ese sea mi horario habitual de entrenamiento.

Así pues, decía, ayer salí justo cuando el sol acariciaba el horizonte, allá por Serrota, y la temperatura comienza a caer bruscamente al faltar su calor. La idea era hacer un rodaje suave, "desengrasante" de músculos y articulaciones, (de cintura pasaría por disfrutar menos de la buena mesa, sacrificio al que no estoy dispuesto), y a eso me apliqué. Las sesiones de gimnasio-pretemporada, el descanso larguísimo después del Maratón de San Sebastián, la temperatura ideal para correr, el ambiente entre melancólico y onírico de las penumbras subiendo desde la ribera del río, y la deliberada y lenta cadencia de mis pasos consiguieron que disfrutara de una ¿sesión de entrenamiento? increíblemente placentera.

Esos ritmos tienen además un efecto secundario de lo más agradable: tienes tiempo para pensar, para ver, para obervar paisajes, sensaciones... Para percibir situaciones que en otras circunstancias pasarían inadvertidas. Un detalle: a medida que corría siguiendo la ribera del río y de este comenzaba a subir "la marea", esta se mezclaba con el aire más caliente de las praderías que la circundan. Por momentos me veía envuelto en retazos de aire seco y relativamente cálido arrebujados sin mezclar con turbulencias de aire más frío y húmedo, aliento de la noche recién nacida a la luz de la luna menguante. Durante unos (pocos) kilómetros corrí hacia el oeste sintiendo el gratificante contraste, girando de cuando en cuando la cabeza en busca de la sucesión de amarillos y rojo fuego tornándose oros y púrpuras, en azules profundos y delicados violetas del fin del día. Otro detalle: la ribera del río en ese paraje discurre en una amplia vaguada cuyas pendientes llevan, por un lado a las primeras estribaciones de la Sierra de la Paramera, y por otro al cerro en que Avila está encaramado. No hacía viento, y durante unos minutos, el choque de las dos masas de aire produjo, unos metros por encima del suelo, una delgada y tenue capa de neblina, casi impercetbible salvo por el reflejo en ella de los restos de luz del reciente ocaso, y que envolvió las copas de los árboles más bajos.

Hubo más detalles dignos de reflejar, como la vuelta de una bandada de cigüeñas que aparecieron por el oeste y me sobrevolaron, majestuosas, en dirección de sus nidos, allá lejos, en los altos chopos de La Pelmaza, o en los campanarios de las Iglesias de El Fresno o Niharra. O los recuerdos de treinta años atrás, en los que donde ahora hay un bosque de grúas, pilares y edificios a medio construir mi mente situaba estrechas veredas y caminos, aún lejos de la ciudad. O las tardes de baño y pesca con los amigos en una parte del río ahora canalizada.

Aire frío en los pulmones, pasos quedos en la oscuridad, recuerdos de niñez, reflexiones íntimas, bienestar, conciencia y consciencia, sentidos alerta, melancolía, belleza, tranquilidad... ¿Y todavía me preguntas porqué corro?

sábado, 26 de enero de 2008

Acariciando el alma

Confieso que no conocía a Dido. You know?, preguntaba mi profesora de inglés el pasado jueves en clase. Varios Yes, (especialmente entre los más jóvenes), y algún No, (preferentemente entre los menos jóvenes, entre ellos yo). Como ejercicio teníamos que traducir la letra de White Flag, una deliciosa canción publicada en septiembre de 2003 y que hasta el jueves pasado no había escuchado nunca. No obstante me faltó tiempo para buscarla en ese enorme cajón de vídeos que es Youtube para pegarla en este blog.

Al igual que el leve escalofrío que produce el roce de la hierba mojada en los piés desnudos, o la caricia de un rayo de sol en el rostro en una fresca mañana de primavera, esta canción tocó la fibra más sensible de mi corazón con su sencillez y ternura, con la inmensa sensación de tristeza y melancolía de su letra, interpretada por una voz delicada y clara como el cristal.

Me emocionó cuando la oí, a pesar de no comprender totalmente la letra, y más aún cuando la traduje por completo. Aquí está esa traducción. Como decía mi profesora, "very sad":

Sé que piensas que no debería seguir queriéndote,
Te diré eso.
Pero si no lo dijera, bien, todavía lo sentiría
¿Cual es el sentido de eso?
Te prometo que no intento hacer tu vida
más difícil
O de volver a donde estábamos

Bueno, me hundiré con este barco
Y no levantaré las manos y me rendiré
No habrá una bandera blanca sobre mi puerta
Estoy enamorada y siempre lo estaré

Sé que dejo demasiado desorden y
Destrucción para regresar otra vez
Y no he causado nada más que problemas
Entiendo si no puedes hablar conmigo otra vez
Y si vives con la idea de “esto terminó”
Entonces estoy segura de que eso tiene sentido

Bueno, me hundiré con este barco
Y no levantaré las manos y me rendiré
No habrá una bandera blanca sobre mi puerta
Estoy enamorada y siempre lo estaré

Y cuando nos encontremos
Que estoy segura de que lo haremos
Todo lo que fue entonces
Aun estará aquí
Lo dejaré pasar
Y me callaré
Y tu pensarás
Que ya te he olvidado

Bueno, me hundiré con este barco
Y no levantaré las manos y me rendiré
No habrá una bandera blanca sobre mi puerta
Estoy enamorada y siempre lo estaré

Bueno, me hundiré con este barco
Y no levantaré las manos y me rendiré
No habrá una bandera blanca sobre mi puerta
Estoy enamorada y siempre lo estaré

Bueno, me hundiré con este barco
Y no levantaré las manos y me rendiré
No habrá una bandera blanca sobre mi puerta
Estoy enamorada y siempre lo estaré

viernes, 25 de enero de 2008

Donde una puerta se cierra, otra se abre...

(16-08-04)Imagen-07 (2)

Como ya sabréis el casco antiguo de Avila está rodeado de una imponente muralla, perfectamente conservada a pesar de la presión urbanística que acabó con la mayoría de las murallas de este país, y que es el mayor reclamo turístico de la ciudad. Esta muralla tiene un total de 9 puertas, comúnmente conocidas como "arcos", y adosadas a ellas solía haber una gran casa o palacio perteneciente a alguna familia noble, la cual se encargaba de la defensa de dicha puerta y la parte contígua de muralla en caso de asedio. Uno de estos palacios, quizá el mejor conservado de la ciudad, es el Palacio de los Dávila, aún habitado.

Cuenta una de las muchas leyendas de la ciudad, que Pedro Dávila se enfrentó al Concejo de Ávila, al abrir en su propiedad una puerta particular de acceso a la muralla. Esta puerta aún se puede ver en el lienzo sur de la muralla, en el Paseo del Rastro. El Concejo, en buena lógica, no podía permitir que un acceso al interior de la ciudad quedara en manos de un particular y tras un pleito Don Pedro se vió obligado a tapiarla. Tocado en su orgullo Don Pedro abrió una nueva puerta, esta vez intramuros y contígua a la puerta principal de su palacio, con la leyenda: "Donde una puerta se cierra otra se abre", y que podéis ver en la parte de abajo de la foto.

Viene a cuento porque casi coincidentes en el tiempo un blog amigo, el de Santi Palillo, se ha tomado un respiro, espero que temporal, y del que echaré de menos el optimismo que rezumaba y la claridad de su exposición, pero casi simultáneamente otro blog amigo ha visto la luz: Yoku se ha decidido a contarnos parte de lo mucho que tiene dentro y los comienzos no pueden ser más esperanzadores: Yoku nos cuenta sus cosas con un estilo mezcla de ironía y cinismo, pesimista pero con grandes dosis de humor, con verbo fácil que se puede tornar pura psicodelia en la siguiente entrada, con buen gusto estético y regusto amargo.

Haceos un favor y visitadlos. Santi ha tenido a bien dejarnos sus muchos y muy buenos mensajes entre los que merece la pena bucear, y Yoku publica a velocidad de vértigo: mucho y además bueno.

lunes, 21 de enero de 2008

Y recordé que tenía un blog...

 

cigüeña

Realmente tampoco es eso, sólo que el título me pareció bueno... Lo cierto es que hace ya, ¡coño, un mes justo!, que no publicaba nada y ya es hora.

Tengo que aclarar para los que os habéis preocupado, (gracias amig@s), que la ausencia no se ha debido a ningún motivo concreto, sino a una "desconexión" no premeditada y casi total del mundo virtual, del que necesitaba descansar, y que comenzó con las fiestas navideñas, con la purrela de hijos y sobrinos en casa, con las cenas de empresa, el jamón de la cesta de Navidad de mi esposa, (con el que al final he podido), y con algún que otro cubata con los amigos.

Casi sin darme cuenta me encontré sin encender el ordenador durante unos días, sin correr ni la cuarta parte de lo que debiera, abandonándome a los placeres de la buena mesa, totalmente ajeno a los hábitos y rutina "normales". Y la pereza hizo sitio en mí.

De resultas ha habido poco que contar: muchas cenas, varios kilos de más, nulo entrenamiento, y el descuelgue de la Media de Getafe a la vista de mi deplorable estado físico. Para colmo de males unas molestias en el tobillo han provocado que haya estado parado la semana pasada, en que ya quería haber empezado a trotar.

Mi única carrera en este tiempo ha sido el II Cross Ecosport,  el pasado día 13, unos 8,2 K por El Soto, haciendo grupo "bidón" con algun@s compañer@s de club, (y en el que a falta de competitividad sí tuve suerte, ya que en el sorteo me tocaron unas zapas Saucony).

Y nada más. Mis disculpas a tod@s los blogeros que he dejado de visitar en este tiempo. Intentaré ponerme al corriente de vuestras andanzas, aunque ya he leído por ahí que hay quien vende calendarios con fotos suyas desnudo..., que un amigo ha abierto un excelente blog, (aún estando enpañales se le ven las hechuras), que hablando de pañales, hay quien ha sido padre aunque aún no lo haya escrito... ¡Ah, y que he abierto otro blog para ir colgando mis fotos! La que encabeza esta entrada es de ayer mismo.