domingo, 26 de octubre de 2008

Adiós viejo amigo.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA La grafiosis es una enfermedad que afecta al Olmo Común o Ulmus Minor. Procedente de Asia, llegó a Europa en el Siglo XX y ha mermado, hasta casi hacer desaparecer, la población de Olmos europeos, menos resistentes a la enfermedad que los asiáticos.

En Avila, siendo yo adolescente, hubo una epidemia y muchos de los enormes negrillos, (como se denomina por aquí a los olmos), tuvieron que ser talados. Aún recuerdo como algunos de los más imponentes, centenarios ellos, fueron tratados casi como personas, incluso administrándoles medicamentos mediante goteo. Este año, debido quizá a lo lluvioso de las últimas primaveras, la grafiosis ha vuelto a atacar los escasos ejemplares que quedaban, entre ellos el olmo de la Plaza de San Vicente, catalogado por la Junta de Castilla y León como árbol singular y a día de hoy totalmente deshauciado.

El de la foto, tomada en la mañana de ayer, es el que se encuentra en la Plaza de la Santa, como podéis ver también afectado y de difícil supervivencia. La enfermedad de este negrillo me duele especialmente, ya que yo viví muchos años en esa plaza, cuando prácticamente no pasaban coches por ella porque no los había, cuando apenas llegaban turistas a la ciudad y tan sólo los feligreses se acercaban al Convento de la Santa que veis a le derecha del negrillo. Yo vivía en la pequeña casa que hay detrás, entre el propio convento y el Palacio de Justicia, a la izquierda. Actualmente el edificio está ocupado por la Delegación Provincial del INE, después de una reforma total que tan sólo respetó la fachada que se adivina a la derecha del árbol. Otro día hablaré de mis recuerdos en aquel recoleto patio, con su pilón y su pozo. De los rozones en mis rodillas cada vez que dolorosamente caía encima del codón con que estaba pavimentado, pero hoy quiero despedirme del negrillo, cuyas ya amarillentas y otoñales hojas quizá sea la última vez que vea caer.

El fue testigo de mis juegos de infancia, en compañía de mi hermana o de los escasos niños que había en el barrio. Recuerdo los circuitos de chapas a su sombra, abiertos con las manos en la tierra suelta que acababa llenando nuestra cabeza y bolsillos para enfado de mi madre. Otros días eran las partidas de peón, o de rescate, o de pico, zorro, zaina...

Durante mucho tiempo, al cambiar mis padres el pedazo alquilado de aquella vetusta morada por un piso en la zona sur de la ciudad, el negrillo y yo perdimos relación. Hasta que quiso la providencia que de nuevo hace dieciséis años volviéramos a encontrarnos a diario y me dí cuenta de cuanto le había echado de menos. Mi trabajo se encuentra a escasos veinte metros de la plaza, y desde entonces he tenido múltiples ocasiones de recordar aquellos añorados tiempos de inocencia e infantil felicidad. En este tiempo he sido testigo de sus ritmos, aparentemente inmutables, que le llevaban del florecimiento de sus delicados brotes primaverales a la explosión de verdor de principios del verano: un verde oscuro e intenso, fresco, seguido en otoño de un virado a ocres y marrones. A veces se coronaba de blanca nieve en invierno. Una y otra vez. Un ciclo falsamente eterno que parecía fuera a sobrevivirme a mí, mero testigo del milagro anual de su resurrección.

Pero ahora se muere. Los políticos hablan, planean, se reúnen, valoran posibles acciones..., pero entre tanto "mi árbol" se muere. Ya lo hizo su hermano de la Plaza de San Vicente, y las pocas hojas verdes que aún ahora lo coronan quizás sean las últimas. Quizá esta vez el frío invierno le dará su acostumbrada apariencia de muerte, solo que ahora será real, y al llegar la primavera sentiré que dentro de mí algo ha muerto con él. Mudo testigo de tantos años de mi vida. Te echaré de menos leal amigo.

sábado, 25 de octubre de 2008

Las patas de ganso de las patas de un ganso.

Llevo un tiempo con unas pequeñas molestias que no me impiden la práctica de la carrera aunque tampoco acaban de desaparecer. Fundamentalmente las noto, (en ambas rodillas, aunque algo más en la izquierda), al levantarme después de estar bastante tiempo sentado o al intentar agacharme y doblar a fondo la rodilla, y se concretan en una falsa sensación de hinchazón que parece impedir el movimiento, acompañada de un ligero dolor en la parte interna de la rodilla, justo por debajo de la articulación. Apenas molestan al correr, aunque el día después de un entrenamiento están algo más "rabiosas" y desde que aparecieron no han ido a más. Mi fisioterapeuta me recomendó hielo, antiinflamatorios, estiramiento de la zona isquiotibial y reposo. Según él son debidas al Síndrome de la Pata de Ganso, oído lo cual lo primero es ir a Google a buscar más información al respecto:

Casi de inmediato encuentro el magnífico Blog de Paco Gilo, médico madrileño autor también del hilo Temas Médico Deportivos en el foro de ElAtleta.com, donde entra con el nick de Garabitas y en el que publica infinidad de artículos médicos de lo más variopinto en relación con esto del correr. En el blog analiza los mil y un achaques que nos acosan al corredor. Allí, etiquetadas por zonas, podéis encontrar una completa panoplia de desgracias atléticas con su correspondiente descripción, síntomas y tratamiento. En concreto, sobre mi particular dolencia, tiene esta magnífica entrada, (de donde he extraído también el dibujo ilustrativo), cuya atenta lectura ratifica en mi opinión el diagnóstico del fisio aportando muchísima información sobre causas y remedios.

Ambos enlaces, Temas Médico Deportivos, y el Blog de Paco Gilo, los tenéis en el lateral del blog y son de recomendable, yo diría que de obligada, visita para todos los que nos dedicamos a gastar suela.

jueves, 23 de octubre de 2008

Una de cambio...

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Para centrarnos, os recomiendo que leáis detenidamente este artículo de la Wikipedia, sobre Cambio Climático, en en el que se analizan las distintas causas que influyen en su aparición y desarrollo. Muchas de ellas son naturales y en gran medida inevitables, pero en los últimos años el "efecto antropogénico" ha cobrado una importancia hasta ahora desconocida, manifestándose principalmente en el aumento del denominado efecto invernadero, producido fundamentalmente por la emisión de gases a la atmósfera debida a la actividad humana, (deforestación, uso de combustibles fósiles...), que "atrapan" el calor solar evitando en parte su dispersión al espacio y aumentando la temperatura. Es como si le pusiéramos una manta al planeta.

El fenómeno del efecto invernadero ha sido estudiado por el Grupo Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático, conocido también por sus siglas en inglés, IPCC, (Intergovernmental Panel on Climate Change), organismo multinacional auspiciado por la ONU y formado por casi tres mil científicos de todo el mundo que ha presentado hasta la fecha cuatro Informes de Evaluación que sirvieron entre otras cosas como base para los acuerdos del archiconocido Protocolo de Kioto. En su último Informe se señala "una tendencia creciente en los eventos extremos observados en los pasados cincuenta años y considera probable que las altas temperaturas, olas de calor y fuertes precipitaciones continuarán siendo más frecuentes en el futuro, por lo cual, en los años posteriores puede ser desastroso para la humanidad" (Entrecomillado copiado directamente de Wikipedia).

No estoy hablando de las catastrofistas predicciones de algunas organizaciones ecologistas, tan reprobables y alejadas del análisis científico como las posturas de los que aún hoy niegan la evidencia. Repito que estoy hablando de informes de un organismo internacional, multinacional, e independiente formado por miles de científicos, por lo que se podría decir que existe un cierto consenso entre gente con dos dedos de frente de que el fenómeno, (empíricamente demostrado), se debe en parte a la actividad humana, admitiendo no obstante que hay multitud de parámetros poco estudiados cuya influencia está aún por dilucidar.

¿Todos de acuerdo entonces?. Pues no.

En estas viene El Inclito, a decirnos que estamos todos equivocados. Aquí tenéis el discurso completo que pronunció en la presentación del libro "Planeta Azul, (no verde)", del presidente checo, Václac Klaus. Son siete páginas de nada y no tiene desperdicio. En él, (aunque dando alguna de cal), no sólo equipara el movimiento ecologista con el comunismo aniquilador de libertad y vidas, tildándolo poco menos que de una moderna Inquisición con poder de mandar a la hoguera a quien no comulgue con sus ideas, sino que afirma que: "No sé si hay un cambio climático en el que es -o no- determinante la acción del hombre", (sic), y lo que es peor: "un problema que quizá, o quizá no, tendrán nuestros tataranietos", (más sic).

Ahí Aznar, ahí le has dao: ¿qué nos importa a nosotros si a los nietos de tus nietos Alejandro, Rodrigo y Pelayo les llega una tierra desértica, con catástrofes naturales más frecuentes y devastadores que las actuales, con hambrunas de dimensiones bíblicas?. Si total, nosotros no vamos a estar aquí, ¿verdad?, si eso llegara a ocurrir, que se jodan los que vengan detrás. ¡Qué cojones tienes!.

Hasta la portavoz de Medio Ambiente del PP en el Congreso, María Teresa de Lara, se desmarca de tales declaraciones. Pobrecilla, le quedan dos telediarios en el puesto...

domingo, 19 de octubre de 2008

El debut, (¡leches, que ya era hora!)

Romper1Póngase un recorrido duro pero no especialmente técnico en un paraje de fábula, una carrera bien organizada teniendo en cuenta que es gratuita, (lo que evita el derecho a exigir nada que no sea lo estrictamente necesario: un circuito bien marcado, agua y una mínima atención al corredor). Vaya uno con la mejor compañía posible para estos menesteres y aderécese todo con un toque de niebla para darle ambiente y una pizca de frío, viento y algo de agua. Déjese todo madurar durante dos horas y media y tendrá un perfecto debut en carreras de montaña.

Y es que sí, por fin, después de un par de fallidos amagos, de una puñetera vez, (y aunque no haya sido en el Cross de La Pedriza, como tan repetidamente me recordaron mis amigos Carlos y Jesús que sí lo hicieron allí), un servidor ha corrido una carrera de montaña... Y no ha sido para tanto...

Después del premeditado punto y aparte con la evidente intención de crear una cierta expectación y dejar a la imaginación del lector determinar si soy un prepotente engreído, un superhombre que no se arredra ante las cuestas, el frío, el viento y la niebla, o un paquete que lleva a la montaña su filosofía slow en esto del correr, me explico: el objetivo de hoy no era sino disfrutar de ese debut, de ir cogiendo experiencia y curtirme en los pisos irregulares y faltos de nivel, y de hacerlo en compañía, que además de buena ha sido abundante. No entraba en mis planes sufrir más de lo estrictamente necesario para acceder a ese punto masoca que todo corredor tiene dentro y poder llamar a la salida de ayer "carrera" con propiedad.

La Media Maratón Solidaria de Montaña de Madrid, organizada por el SEMED, es una carrera familiar, organizada con pocos medios, y como suele ser habitual en estos casos, con mucha ilusión. Tiene tintes benéficos ya que aunque es gratuita, para obtener la camiseta conmemorativa se pide un donativo que creo que pocos han negado. El recorrido, cambiado a última hora respecto del que publiqué en mi anterior entrada, discurre casi en su totalidad por caminos en buen estado, aunque también hay una preciosa subida por un sendero apenas insinuado entre los pinos y algún trozo con algo de piedra suelta. Técnicamente es fácil.

A las nueve en punto estamos mi amigo Juanjo y yo en el Puerto de Somosierra, y pronto nos encontramos con Darth Vader, Zerolito, Pardillete, Srv... Al recoger el dorsal encontramos a Yoku y poco después aparece Angel. Estamos al completo.

La salida ya es cuesta arriba y te lleva directamente por una de las rampas más empinadas del recorrido hacia un precioso y frondoso pinar tapizado de helechos y salpicado en algunos tramos por laderas pobladas de vegetación puramente alpina, jarales y piornales. Si mis conocimientos botánicos no me fallan, vi también algún roble y alerces. Escondidas entre las hojas y ramas del suelo pude divisar varias setas, que para eso estamos en la época. Reconocí alguna Amanita Muscaria, con su atrayente y brillante color rojo salpicado de perlas blancas.

El día estuvo muy nublado. Lástima, porque las vistas según ascendíamos deben ser espectaculares. Por contra esa niebla entre los pinos dejó en mi retina imágenes dignas de un cuento de hadas. Una de las más hermosas, según subíamos, la de un par de caballos en lo más espeso del pinar, parcialmente ocultos por los helechos y jirones de niebla que se desplazaban empujados por el viento, que relinchaban al paso de los corredores.


Después de un par de unos primeros kilómetros bastante duros viene un tramo de falso, (falsísimo), llano, en el que trotamos cómodamente, ¡qué duro se haría a la vuelta!. Las cuestas han puesto a cada uno en su sitio y hace tiempo que no vemos a Pardillete, Juanjo ni Angel. El resto vamos juntos, reagrupándonos de cuando en cuando, incluso parando y charlando como marujas. Reconozco a Cocoloco, que me da que se pierde pocas, y que hace unos metros con nosotros. Un placer saludarte.

En el primer avituallamiento hay varias personas aguantando estoicamente las inclemencias del tiempo. Nunca se les reconoce a los voluntarios suficientemente su labor. Nosotros corremos porque nos gusta, y allá nosotros y lo que estemos dispuestos a sufrir, pero esta gente está "perdiendo" una mañana de domingo, soportando la lluvia que cae intermitentemente, y pasando frío por darnos un poco de agua, un trozo de chocolate, y sobre todo, una palabra de ánimo. Y cuando acabe la carrera, y nosotros estemos comentándola y atiborrándonos de tapitas, ellos estarán limpiando la porquería que hayamos dejado tirada en el camino, recogiendo la impedimenta, y seguramente, preparando con ilusión la siguiente edición. Mi agradecimiento.

La carrera sigue alternando alguna cuesta y falso llano hasta llegar bruscamente a un camino cortado. Un miembro de la Benemérita gira un brazo indicándonos hacia nuestra derecha, ¿por ahí?, (preguntamos incrédulos). Sí, por ahí... Y por ahí entramos, literalmente, en el monte, atravesando el húmedo pinar. Es allí donde nos cruzamos con los primeros, que bajan como si la vida les fuera en ello, y no es fácil, pues el suelo está cubierto de hojarasca y ramas, y está húmedo, propicio para un resbalón. El clima, según cogemos altura, va empeorando, y al salir del pinar el viento sopla con una cierta fuerza, la niebla se hace aún más espesa y la fina lluvia no cesa. El terreno cambia y ahora es pedregoso y poco marcado. Algunos de los corredores que bajan nos avisan de que estamos llegando al final, donde daremos media vuelta a desandar lo subido. Es gracioso ver las caras de los que bajan, con su expresión mezcla de tensión, concentración y disfrute por el descenso. Poco después del kilómetro diez, en medio de la nada, porque la vista allí se limita a unas pocas decenas de metros, hay un nuevo avituallamiento donde paramos unos minutos, nos hacemos una foto... y poco más, porque la cosa no está para entretenerse, de hecho hay quien cree ver algo de aguanieve... He hecho toda la subida en pantalón corto, (sin problema), camiseta de manga larga y un chubasquero atado a la cintura. El descenso amenaza con dejarnos helados, así que me pongo el chubasquero para evitar el viento. También he subido un portabidones con dos bolsillitos para llaves, barrita energética... Probando material.

Darth Vader y su rodilla, maltrecha desde el Cross de La Pedriza, van a bajar a su ritmo. Srv se queda con ambos, así que Zerolito, Yoku y yo nos lanzamos (ejem), a tumba abierta. Es una verdadera gozada. Como ya he dicho, el terreno no es excesivamente técnico, pero hay traicioneras piedras sueltas y las que no lo, están húmedas, así como la hojarasca... Esa parte del descenso por los senderos, pedregales y el bosque me resulta divertidísimo..., y duro. La gráfica de pulsaciones muestra que estas apenas son más bajas que subiendo, lo que se notará más tarde al no poder disfrutar de esa recuperación que sí tienes en las bajadas por asfalto.

Llegamos de nuevo al camino, que de donde venimos se nos antoja casi una autopista, habiendo soltado una buena cantidad de adrenalina en el descenso. Ahora toca simplemente llegar a meta, y no es fácil. Los kilómetros que antes nos parecían un falso llano se han convertido en unos tremendos cuestones, y se hace dolorosamente patente la falta de recuperación en las bajadas en la que erróneamente confiábamos. En algún pequeño tramo, que en circunstancias normales no sería más que un repecho sin importancia, ahora nos vemos forzados a andar unos metros. Las bajadas en esta última parte tienen buen agarre, incluso alguna es de cemento, pero son vertiginosas por la pendiente. Los cuádriceps, las rodillas, la espalda y las plantas de los pies sufren mucho y uno no sabe si es mejor retener e intentar ir más despacio o "dejarse caer" a lo que la Ley de la Gravedad pida, (que en mi caso, debido a mi peso, es mucho), peligrosa opción esta última en caso de resbalón cuando incluso un paquete como yo llega a ponerse ¡a 3'30''!. Pero hoy el día está de cara, y sin contratiempos todos llegamos a meta sin percances y totalmente satisfechos.

Allí la organización nos tiene preparadas unas mesas con toda clase de bebidas y comida a discrección donde el que quiso se puso hasta las trancas. Con gusto cumplimos el trámite de hacer un donativo de diez euros, no obligatorio, a cambio de una camiseta de algodón de la que perfectamente podríamos haber prescindido, pero la SEMED se lo merece a cambio de su trabajo e ilusión. Aprendan carreras como la José Cano, Mapoma y similares...

En resumen, muy buena experiencia, un día perfecto en buena compañía, un buen debut en montaña y una carrera que seguro repetiré.

viernes, 17 de octubre de 2008

Dos reflexiones y un perfil

PerfilMaraton2008-definitivo

Reflexión primera: si hace frío, abrígate antes de salir a correr. No se te ocurra pasarte de listo yendo en manga corta cuando has visto que la temperatura ha caído en un par de horas cuatro grados, y las nubes, oscuras y cargadas de agua, presagian tormenta y que esa temperatura bajará aún más. Si no lo haces, Murphy sí que hará su trabajo y en cuanto hayas dado exactamente los suficientes pasos como para hacer que dé lo mismo volverte atrás que seguir, descargará sobre tí un amago de diluvio que te dejará empapado y aterido. ¡Ah!, y por supuesto, en cuanto estés lo suficientemente mojado, comenzará a soplar el viento. Un viento que curiosamente habrá rolado de un componente sur, amable y aún cálido, al amenazador y frío norte.

Reflexión segunda: si estás con la boca llena y henchido, (todavía nada más que de aire), con tus pretensiones de correr el MAM, si estás haciendo cuestas, sales a la montaña a "hacer pierna" y acostumbrarte a las bajadas, si vas a debutar, (de una puñetera vez), este fin de semana en una carrera de montaña y te has gastado una pasta en unas zapatillas ad hoc, ¡no seas membrillo y úsalas, ganso, que para eso las has comprado!, o Murphy seguirá haciendo de las suyas y además de empapado y aterido acabarás por los suelos después de un resbalón.

La imagen es el perfil del que espero de una vez sea mi debut montañero: la III Media Maratón de Montaña Solidaria de Madrid, a la que iré debidamente abrigado y calzado. Prometo...

viernes, 10 de octubre de 2008

Canciones de una vida. Y 7... La Policía

Mi hija, de, (casi), quince años tiene que hacer un trabajo para la asignatura de música sobre dos grupos musicales que le gusten especialmente. Después de que ayer charláramos unos minutos sobre cuales serían los idóneos, (estoy orgulloso de que mi hija considere que mi opinión musical puede tener alguna importancia para la mocedad actual), ha querido la casualidad que hoy, mientras comíamos, haya sonado en la radio Every Breath You Take, uno de los mayores éxitos de The Police. Inmediatamente pensé que si yo hubiera tenido que hacer ese trabajo a su edad, posiblemente The Police hubiera sido uno de los grupos elegidos.

Catorce años tenía un servidor cuando literalmente explotó, con un fulgor tan brillante como desgraciadamente efímero, el grupo The Police irrumpiendo con fuerza en el panorama musical mundial y ocupando parcialmente el enorme vacío dejado por la disolución de The Beatles, ocurrida unos años antes. Música directa y sin complicaciones. Letras sencillas, estribillos y melodías pegadizos, todo ello, también hay que decirlo, no exento de calidad.

En muy poco tiempo todos los jovenzuelos de aquella época, recién inaugurada nuestra adolescencia y recién llegada la democracia en este país, sin saber muy bien en qué consistía esta última ni a donde nos llevaría la primera, íbamos por los Disco Bares, (ya no hay), o los Pubs tarareando el De do do do, de da da da, el So Lonely o el Don't Stand so Close to Me mientras nos preguntábamos quien era esa tal Roxanne y qué había hecho para merecer una canción, (pobrecita ella), imitando la aflautada voz de Sting en ese inglés entre barriobajero y macarra del que ni siquiera sabe lo que está diciendo.

Os dejo con la que en mi opinión es la mejor canción del grupo: Every Breath You Take:

miércoles, 8 de octubre de 2008

Circuito "de las tetas"

Romper1 Igual el título de esta entrada me proporciona alguna visita extra, que hay mucho golfo por ahí, pero realmente hace relación a un parque de Vallecas, en Madrid, al que en el mundillo atlético se le denomina así por la forma de las colinas que en él hay. Al menos eso me cuentan mis amigos madrileños, pues servidor no lo conoce. Total, que al ver la gráfica de altura de mi rodaje de ayer me vino el nombre a la mente y bauticé con él un circuito al que daré bastantes vueltas de aquí al MAM. Pinchad en la imagen si queréis verla con más detalle.

Para los que sois de Avila es el clásico recorrido desde el puente Sancti Spiritu hasta el Santuario de Sonsoles yendo por el atajo, y una vez arriba, cruzando la carretera y bajando por el sendero que corre paralelo a la misma hasta el Monasterio del Císter, (jejeje..., ahí os he pillado a muchos que no sabíais que allí había un sendero, ¿eh?).

El recorrido tiene casi tres kilómetros "llanos" de camino en buen estado que sirven de calentamiento, pero luego la cosa se pone dura. Un kilómetro con una gran pendiente y piso transitable, aunque algo erosionado por la lluvia, hasta coronar. Luego se cruza la carretera en busca de un pequeño sendero, estrecho y casi totalmente oculto ahora por la vegetación, con alguna piedra traicioneramente escondida entre la hierba que me dió un pequeño disgusto en forma de torcedura y un par de pequeños saltos. Muy campero. En primavera huele a tomillo y cantueso. Media vuelta por el mismo recorrido: se sube el sendero convertidos ahora los pequeños saltos en escalones, apartando al paso la vegetación herbácea que literalmente entra en los ojos, y después de cruzar de nuevo la carretera se baja por el camino donde hasta un paquete como yo se pone a menos de cuatro minutos por kilómetro... Como añadido, que ayer salí sobre las tres y media de la tarde, y me cayó un aguacero de los de época. ¡Ahhh...!, delicioso otoño, la mejor época para el runner... El fresquito, la lluvia, los paisajes bucólicos...

¿Qué tiene de especial este recorrido?. Pues que la salida la tengo a cien metros de casa, no necesito coger el coche y no pillo asfalto en ningún momento. Es durillo físicamente, (aunque la dureza siempre es relativa), por lo que me viene al pelo para "hacer pierna", pero no es excesivamente técnico, minimizando el riesgo de una caída o torcedura, cosa a tener en cuenta por los que salimos solos a correr, (esto suena a risa después de que ayer casi me diera de bruces con el suelo después de, precisamente, una torcedura que aún hoy duele, pero en fin...).

Aunque el circuito "básico" de ayer tiene diez kilómetros casi justos, con pequeñas variantes, y sin perder sus virtudes puedo alargarlo o recortarlo sin perder su carácter "montañero" añadiendo llanos o internándome aún más en la Sierra de la Paramera en busca de más cuestas.

Total, que uno sigue con sus particulares obsesiones y buscando la manera de llevarlas a cabo. Ya os hablaré de otro circuito al que ando dándole vueltas... Veréis qué risa.

domingo, 5 de octubre de 2008

Decepción

Fotografía obtenida en Photo Net, galería de Sarah Smith.

Sábado noche. Preparo mi ropa. La elijo cuidadosamente previendo cualquier contingencia. No, no me voy de discoteca cual Travolta en Fiebre del Sábado Noche. Mañana debuto en carreras de montaña, (o por montaña, que aunque parezca lo mismo, no lo es, cuestiones de conflicto de competencias entre las federaciones de altetismo y montaña). Lo haré en el Cross de la Pedriza, participación con las que os llevo dando la matraca un tiempo. Tengo preparada ropa por si hace frío, por si no, guantes para protegerme las manos en caso de caída, calcetines adecuados, ropa de cambio para tomarme una cañita a gusto con mis amigos. Vaselina, pulsómetro... Incluso imperdibles para el dorsal en el caso de que la organización haya pasado por alto ese detalle. Todo queda perfectamente organizado para no tener que perder tiempo por la mañana. Son las once y cuarto y me voy a dormir. A las seis y media sonará el despertador y comenzará esta primera etapa del camino que nos llevará con suerte al MAM en junio.

Pero el sueño no llega. Ultimamente tengo muchas cosas en la cabeza que me roban tiempo, fuerzas..., y sueño. Pronto cae la medianoche e intuyo que hoy tardaré en dormir. Hoy es uno de esos días en que mi mente queda en standby, a la espera de que algún escondido y para mí desconocido resorte pulse definitivamente el interruptor que me desconecte de la realidad. Con el tiempo mi cuerpo se ha acostumbrado algo a esta situación, y con unas pocas horas suele responder bien. Pero hoy no. Hoy nada pulsará ese interruptor y la vigilia se convierte en una sucesión de números verdosos que se van deslizando lenta pero inexorablemente sin solución de continuidad. Soy testigo del paso de las primeras horas de la madrugada, de las que componen lo más profundo de la noche, y el sueño no llega. Hasta las cuatro de la madrugada no me preocupo en exceso. Me apañaré con un par de horas, pero a las cinco y media tomo una decisión. Me levanto de la cama, enciendo mi móvil y envío a mis amigos un SMS para que no me esperen. Recuerdo mi primera participación en los 100K/50K de Vallecas, en noviembre de 2007. Ese día, conduciendo de vuelta, a menos de media hora de casa, me vi obligado a parar el coche y descabezar un sueño por miedo a quedarme dormido al volante. Ese día sí había conseguido dormir unas horas, pero hoy el riesgo era excesivo.

Durante toda la mañana soy dolorosamente consciente del paso del tiempo: a las ocho y media mi hijo se despierta, (tiene asimilado el horario de colegio y no hay manera de hacerle dormir más en fin de semana). A esa hora mis amigos estarán tomando un café, (luego me enteré que faltaron los prometidos churros). A las nueve y media, hora en que me levanto, ellos estarán a punto de tomar la salida, y durante toda la mañana, en la que mi cuerpo se arrastra penosamente por el mundo, con unas ojeras que parecen salidas de la mejor película de vampiros, ellos estarán haciendo lo mismo entre los riscos y pedregales de La Pedriza. A veces me culpo por no estar con ellos, pero al poco, el zumbido de mis oídos, el picor de mis ojos y la sensación de calambre que recorre mis músculos me recuerda que he tomado la decisión más correcta: posiblemente hubiera podido acabar la carrera con ellos, pero en la familia ya hubo quien se durmió al volante, y le costó la vida.

A la hora en que presumo en que Zerolito, Darth y Manta habrán llegado a meta les llamo por teléfono... Ninguno me contesta. "Mamonazos, pienso, están de risas en el bar, hichándose a cervecitas fresquitas y tapas". Más tarde me llegan sus llamadas y me cuentan la realidad: la carrera ha sido muy dura, mucho más de lo que nos imaginábamos y han terminado al límite del cierre de control. No era la carrera para debutar. Me describen apasionadamente el recorrido, y a la frustración de no haber podido estar con ellos se une la de no poder describir en primera persona esa épica que adivino en su tono. Siento mucho no haberme podido desollar las manos, roperme las mallas, sentir esos cuádriceps a punto de estallar... No haberme caído en esas bajadas, no haber oído sus maldiciones y el juramento, (que seguro se quedará en agua de borrajas), de que esta era la primera y última carrera de montaña que iban a hacer. Siento que me he perdido una dura pero gratificante experiencia, que sí, seguro se repetirá, pero eso no evita que ayer echara de menos estar con ellos y que hoy me sienta entre decepcionado y frustrado.

Vamos a ver si en la III Media Maratón de Montaña Solidaria de Madrid tengo más suerte.

jueves, 2 de octubre de 2008

Canciones de una vida. Y 6... Radio Futura.

Después de poner voluntariamente en riesgo el poco prestigio que pudieran tener mis gustos musicales entre los lectores de este blog al confesar la semana pasada mi admiración por Don Camilo, y de que tan sólo Yoku se atreviera con una sinceridad que agradezco a llamarme friki a la cara, (no como ese lector tan habitual de los blogs amigos como excelente crítico de ellos que en una íntima conversación a los pies del Templo de Debod me confesó que sí, que a él también le gustaba Camilo Sesto, y que predigo que este domingo in the morning tendrá problemas con los amagostos y sus churros en el desayuno y un grave riesgo de "accidente" posterior en la montaña, totalmente fortuito por supuesto, y que esperé que se manifestara a mi favor al traer aquí a Camilín).

Decía, que me nublo. Que aunque no tenía pensado que se pasaran por aquí tan pronto, por intentar recuperar algo del aprecio que Yoku pudiera haberme tenido, le traigo a los mejores, (en dura pugna con El Ultimo de la Fila y Héroes del Silencio): Radio Futura.

Radio Futura dominó sin discusión el panorama musical de este país en la década de los 80 con una música fácilmente audible, un directo sencillo pero de calidad y sobre todo, en mi opinión, con unas letras con una musicalidad pocas veces lograda. Me ha resultado difícil escoger una canción para publicarla. Dudé entre la desgarrada Annabel Lee, A Cara o Cruz, La Negra Flor, Escuela de Calor, Semilla Negra...

Al final me decidí por la que yo creo que es la mejor letra del grupo: El Canto del Gallo. Disfrutadla.