Foto copiada de la edición digital de El País.
Esta mañana tenía una cita con los amigos del foro de ElAtleta.com en San Agustín del Guadalix, pero viendo las previsiones meteorológicas de los últimos días decidí, muy a mí pesar, no asistir. He hecho bien, pues la A-6 y la A-1, precisamente a la altura de San Agustín, por donde debía circular de camino a Ca Lander han permanecido cortadas varias horas durante la mañana.
"Así además aprovecho para hacer una tirada larga en condiciones de cara al maratón", me autoconvencía, a pesar de que de haber ido a San Agustín, tanto Lander como Malagueta se habían ofrecido a acompañarme en el empeño. No obstante, aunque hubiera pensado distinto, esta mañana tendría que haber cambiado de opinón: en Avila ha amanecido un día de ventisca y nieve que me hubiera hecho desistir igualmente. De hecho a la temprana hora de las ocho de la mañana en que quería haber salido a por mis dos horitas largas de trote lo único que he podido hacer ha sido asomarme a la ventana y volver rápidamente al calentito y acogedor lecho conyugal.
No obstante, viendo que la semana me iba a quedar ridículamente escasa en kilómetros, a mediodía he decidido siquiera hacer unos pocos de ellos, aprovechando que mis hijos y yo hoy comíamos "a mesa puesta" en casa de mis padres y podía desentenderme algo de su cuidado sin excesivo cargo de conciencia. Dicho y hecho, me he calzado mis Trabuco y he decidido coger el camino del Vivero ya que con el viento que hacía, correr por el parque de El Soto era ciertamente peligroso por la caída de ramas. La ventisca había amainado algo, aún así la nieve golpeaba inmisericorde mis ojos, (parece mentira lo que puede llegar a doler un "blando" copo de nieve cuando impacta en tus ojos empujado por el viento). El camino está completamente blanco y la nieve cruje bajo mis pies. En algunos trozos un crujido especialmente fuerte anuncia que he pisado una placa de hielo, y donde no, mis zapatillas se hunden en el barro, en algunos sitios literalmente hasta el tobillo.
Mis sensaciones son buenas. A pesar de lo extremadamente blando del terreno, que no facilita la impulsión, con el consiguiente gasto extra para avanzar, las pulsaciones son bastante contenidas, lo que interpreto como señal de que estoy recuperado de la media del pasado domingo, por lo que decido correr hasta donde me pida el cuerpo pero intentar hacer esas dos horas que tenía previstas, así que entro en "modo desconexión" y troto, sólo troto, sin mirar pulsómetro ni reloj. Es en ese "modo" en el que mi mente se libera, en el que mis ojos recorren con especial atención el mundo que me rodea, en el que las palabras, las ideas, brotan con facilidad en mi mente, (lástima de grabador interno, pues se me ocurren docenas de ideas para el blog), y las sensaciones se hacen más intensas, aportando un plus de vida a encuentros o situaciones que de otra forma pasarían casi desapercibidas. Hoy rescato tres "fotos" de ese rodaje:
Foto 1.-
El camino por el que corro es recto como un tiro y solía estar siempre en buenas condiciones. Desde el boom de los quads y 4x4 su estado es deplorable. Hay tramos en que el antaño duro suelo es un verdadero arenal. En parte eso se debe al tránsito de esos vehículos..., como los dos que me he encontrado de frente esta mañana. No le voy a hacer propaganda a la empresa dueña del todoterreno, ni publicaré su matrícula, aunque sí lo haría, de conocerlo, con el nombre del capullo que lo conducía. Se conoce que le hacía gracia conducir por nieve, y durante unos cientos de metros le ví hacer derrapes sobre ella, jodiendo de paso aún más el firme subyacente. La velocidad no era excesiva, pero lo suficiente como para haber volcado si una de sus ruedas se hubiera topado con un bache o una piedra encastrada en el suelo. Y me hubiera alegrado.
Foto 2.-
Como decía, el día era ventoso y frío. Al salir de casa el termómetro de la Plaza del Descubrimiento marcaba justo 0º. Pero lo peor era el viento, que convertía esa temperatura, no excesivamente baja y perfectamente soportable para los que estamos acostumbrados, en algo especialmente duro. Para combatir el frío llevaba gorro, guantes y un bluff, pero mi cuerpo sólo iba protegido por una fina malla larga, (nunca siento frío en las piernas), una camiseta normalita de manga larga y un cortavientos. Mi error ha sido no guardar la capucha de éste, por lo que en una racha de viento especialmente fuerte la tanca al final del cordón me ha golpedado con fuerza en un ojo. Pero uno no va a parar por eso. Hoy es una salida con un pelín de épica, así que sin dejar de correr me he despojado de guantes y cortavientos, dejando a merced de los elementos mi cuerpo, protegido tan sólo por la camiseta. No ha sido fácil, ya que Eolo parecía cabreado con este paquetillo, y he tardado al menos un par de minutos en doblar convenientemente la capucha para que el cierre de velcro de la solapa pudiera encontrar su media naranja y cobijarla. Al empezar a ponerme de nuevo el cortavientos apenas sentía las manos. Justo entonces a la caída de una pequeña cuesta que marcaba el hipotético paso del maratón en el desgraciadamente efímero Trail Castillos de Avila me encuentro con un corredor al que adivino con malla corta y sin gorro. Hace unos días en el foro de ElAtleta.com se hablaba de cómo y cuando se saludaban los corredores. Yo lo tengo claro: a un tipo que hoy corre así no sólo hay que saludarlo, sino que debo presentarle mis respetos y profesarle mi más rendida admiración. Pronto reconozco su forma de correr, es Chuchi, un amiguete del Club Puente Romanillos, al que no le arredran las dificultades. Chuchi no es de los que se para a hablar, pues es un tipo comprometido con su entrenamiento, así que cruzamos unas palabras y seguimos cada uno por su lado.
Foto 3.-
Tengo la intención de beber agua en una fuente de El Fresno, un pueblo cercano a Avila. El camino por el que voy cruza la carretera que lleva a él y debo girar para llegar al pueblo, pero al poco de encararla dos perrazos me ladran desde una finca. Alguna vez los he visto en la carretera, por lo que he preferido dar una vuelta y rodear la finca antes de arriesgarme. Mis pasos me han llevado, sin pretenderlo, a un lugar anclado en lo más profundo de mi niñez, un puente de losas de piedra, ahora derruído, donde iba con mi padre de pesca más treinta años atrás. Docenas de recuerdos se han agolpado de repente en mi cabeza: excursiones en el 15100, (la matrícula del Seat 124, primer coche de la familia), sillas plegables y mesa llena de tarteras. Tortilla de patata con pimientitos fritos. Siesta al sol y dos horas de digestión antes de bañarnos en el río, las bermejuelas y cachos pescados por la mañana enharinados y fritos para cenar...
Un par de kilómetros más adelante, por un sendero apenas insinuado que sigue la ribera del río he dado la vuelta. El tiempo ha mejorado. El viento cede en su furia y parte de la nieve se va derritiendo..., y se convierte en aún más barro... Al final sí, han caído las dos horas previstas, y a mejor ritmo del que a priori pensé viendo las condiciones meteorológicas, de hecho incluso he tenido fuerzas para acabar en progresión, pero sobre todo, me traigo fotos.
9 comentarios:
Creo que es la primera vez que te dejo un comentario, aunque te leo hace tiempo.
Felicidades. Tus descripciones son casi tan buenas como tus fotos.
Saludos desde Málaga.
Sabes Carlos?
los niños tenían ayer un curso de sky en Sierra Nevada y lo anularon por ventiscas y temperaturas inferiores a los 14 grados.
Lo digo para que te consueles o condueles , según lo veas.
jeje
besos
Bonita salida a correr, la verdad es que el frio a veces nos regalan esas vistas de postal. Un abrazo.
Bonitas "fotos" Carlos. Nos acordamos mucho de vos, pero creo que acertaste en tu decisión. Como has visto en San AGus, nevo pero bien.
Además hiciste tu tirada larga en condiciones, que de ca ra a tu maratón te viene de lujo.
Un abrazo.
KAL, muchas gracias. Me gusta que los que os pasais por aquí dejeis comentario. En Avila muchos amiguetes me paran y me dicen eso de "te sigo en el blog", y a todos les contesto lo mismo: "jodío, pues déjame un comentario..."
MONTSE, ¿14º?, supongo que serán bajo cero... Los corredores somos muy raros, al menos algunos, y disfrutamos con días como estos.
GRIMO, y afortunadamente este año más de lo habitual.
LANDER, ¡cómo os eché de menos paquetillos!.
Gracias a tod@s. ;-)
Tus post son como pequeñas novelas, me gustan mucho. Brrr que frío...!!!
Hiciste bien en quedarte...que allí parao en el coche en la A6, no te hubiesen llevado la comida "a mesa puesta"!!!!!...
Como siempre, un placer acompañarte por esas rectas corredoras...Me encanta siempre como lo disfrutas.
Besitos.
Con las descripciones que haces no necesitas máquina de fotos, nos las imaginamos perfectamente.
Buena salida bajo el frío y la nieve, en Sevilla espero que encuentres mejor tiempo aunque cuando se pone a llover...
Ten cuidado con los ojos que entre la capucha y los copos de nieve te vas a quedar tuerto. Yo en días de mucho viento llevo unas gafas con cristales preparados. No las aguanto más de una hora pero al menos no se me congelan los ojos.
Saludos, Germán.
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