martes, 17 de febrero de 2009

Prudencia.

Foto copiada de El País.com.

Corremos para sentirnos bien, para dar salida a nuestra vena competitiva, para descargar endorfinas, por adelgazar, por snobismo, porque lo hace la vecina del cuarto a la que queremos tirar los tejos... Cada uno tendrá sus razones para ello, pero todos coincidimos en que correr cansa, y si corres rápido, un huevo. Y lo hace porque con independencia de que consigamos o no nuestros objetivos o nos satisfaga el ejercicio, mientras corremos sometemos a nuestro organismo a un duro esfuerzo: las pulsaciones se aceleran, la tensión arterial sube, las articulaciones soportan un constante golpeteo contra el suelo, la musculatura sufre microroturas... Pasamos frío, o calor, o nos llueve... En la mayoría de los casos este sufrimiento nos compensa de sobra con réditos en forma de salud y bienestar, pero seamos sensatos: correr puede ser peligroso.

Con demasiada frecuencia leemos en las noticias la desgraciada muerte de algún corredor. Recuerdo a bote pronto un fallecimiento en la Media Maratón de Madrid de dos mil siete, la de Najat Tijani en el Mapoma dos mil ocho o la más reciente de Luisja Colmenarejo entre otras. Desconozco las causas de estas muertes y si se pudieron evitar. Quizá incluso sólo sea pura estadística el que entre tantos participantes alguno tenga la desgracia de tener un percance mortal del que ninguno estamos completamente libres, pero sí creo que tenemos la obligación, no ya sólo por nosotros mismos, sino por la gente que nos quiere, de minimizar los riesgos de nuestra práctica deportiva. En muchas carreras especialmente duras y generalmente en el extranjero, (maratones, carreras de montaña...), se exige un certificado médico de aptitud, norma que creo se debería regular y hacer obligatoria para ciertas pruebas. Un simple chequeo puede descartar patologías graves que desaconsejen la práctica deportiva, y un mínimo de sentido común debería hacernos pasar uno periódicamente, y más si somos recién llegados a este mundillo del deporte, pasamos de jóvenes ya hace unos añitos o padecemos de hipertensión o cualquier otro problema.

Pero si podemos, (y realmente SÍ podemos), deberíamos hacer algo más. A través de clubs, federaciones, o si no hay más remedio pagándolo de nuestro bolsillo, en mi opinión deberíamos hacer una prueba de esfuerzo deportiva con análisis de gases y monitorización de la tensión arterial durante la misma que descarte patologías que pudieran permanecer ocultas en un chequeo rutinario o incluso una prueba de esfuerzo "normal".

Para los no iniciados aclaro que estas pruebas a las que me refiero se realizan con el cuerpo lleno de electrodos que monitorizan el funcionamiento del corazón y una máscara que analiza el consumo de oxígeno realizado y los gases expirados. El protocolo de la prueba consiste en comenzar a andar sobre la cinta a un ritmos que paulatinamente va subiendo hasta que el corredor llega a su consumo máximo de oxígeno, (visible en las gráficas pues en ese momento la curva se aplana y se convierte en meseta. Muchos no llegan), momento en el que se deberían alcanzar las pulsaciones máximas a las que puede latir nuestro corazón. En dos palabras: se trata de llevar nuestro sistema cardiovascular y respiratorio literalmente al límite de su capacidad y observar como se comporta en esos procelosos reinos del ácido láctico y el sabor a sangre en la boca que tan pocas veces exploraremos en nuestros entrenamientos los aficionados, si acaso en competición. Es una prueba que hasta hace pocos años estaba reservada a profesionales por su alto costo y la falta de personal especializado pero que afortunadamente se va generalizando a niveles más populares.

Esta mañana, gracias a las gestiones de mi club que lleva varios años organizando las citas, he tenido una de estas pruebas en el Centro de Medicina Deportiva de Valladolid. Ha sido la tercera allí al margen de alguna otra hecha de forma privada en el Centro Oberón de Madrid, (unos cien euros la última). Además de la prueba de esfuerzo con análisis de gases, me han realizado análisis de sangre y de orina específicos para deportistas. Mediciones antropométricas para fijar el peso idóneo, valoración de la elasticidad… Aunque los resultados me los enviarán por correo, el médico me ha anticipado que lo importante, la respuesta de mi corazón a un esfuerzo máximo, es óptima. Ahora puedo entrenar y competir con la tranquilidad de saber que un posible accidente será eso: un accidente. Imprevisible e inevitable, no imprudencia por mi parte. Se lo debo a mi gente.

14 comentarios:

Rafa González dijo...

Yo tengo en mente hacerme la prueba. Pero.... ¿y sale mal?.
¿entonces qué?¿dejar el deporte?. No sé, tal vez permanezca con la duda algún tiempo....y confiar en que todo esté como tiene que estar.

Amig@mi@ dijo...

Debería ser obligatorio. La verdad es que riesgos correis, pero si encima la forma no es la adecuada más papeletas teneis para la tómbola.
Me alegro de que tú lo hayas hecho, por tu tranquilidad, la de tu mujer y la mía... jeje
Me suscribo a tu canal youtube. Lo acabo de ver :)
Besosssss

Amig@mi@ dijo...

Ya me he suscrito, te he puesto en mis favoritos y te he comentado... jeje
Besos

Carlos dijo...

RAFAEL, lo siento pero no puedo estar de acuerdo contigo en esto. Hablamos de salud amigo mío. Para mí eso es innegociable.

MONTSE, idem guapa. Ksss...

Gracias a los dos. ;-)

Grimo runner dijo...

Yo estoy a la espera de encontrar un sitio de confianza por aquí para pedir cita y hacermelo, la verdad es que tendría que ser obligatorio para ir a las carreras. Un abrazo.

Anónimo dijo...

En caso que no se esperen grandes cifras o temamos que salga mal... pues aflojamos el pistón y fuera.
Sí que se debería hacer, pero como una cosa normal, no un examen de reválida premaratón ante el que tememos perder nuestra carrera profesional runner.
Enhorabuena por los cuidados y recuerdos por casa.
SPJ

Zerolito dijo...

Para empezar decirte que estoy de acuerdo con que hay que cuidarse, ser prudente y todo eso, pero...

¿Y si la palmas en la prueba de esfuerzo? Estás llevando el cuerpo a su límite...

Este pensamiento de perogrullo es una chorrada... o no. Hacerse unos análisis, ver que todo va bien, no hacer el berza compitiendo día sí y día también... eso también es cuidarse. Claro, una prueba de esfuerzo es mucho más completa, hasta diría recomendable. Ufff ... me lío y esto necesita aclararse con unas cervecitas delante.

Venga, te doy casi toda la razón ;-)

mayayo dijo...

buena idea recordarlo justo ahora, carlos, antes q se nos vengan encima las grandes aventuras primavera-verano de cada uno.

Hice mi 1ª prueba en Oberon en enero 2007 al empezar a correr en serio. Repetiré en un par de meses, como chequeo, previo a los ultras de verano

Syl dijo...

Pues yo ahora tengo la suerte de que me entra dentro de mis planes de entrenamiento (por lo que valen, lo digo) y me hacen 2 al año...pero no tengo claro yo si eso evita siempre esas muertes súbitas y haría falta indagar más...

Besitos.

Carlos dijo...

GRIMO, de hecho en muchas carreras lo es, aunque generalment estas carreras son en el extranjero.

SPANJAARD, el ir ahora ha sido casualidad. No pedimos cita en una fecha concreta, simplemente hacemos la solicitud y te avisan de cuando te toca. Hace dos año fue justo después del Mapoma.

ZEROLITO, no salgo de mi asombro cuando te leo: ¿te recuerdo el último rodaje correpoquil en el que tú mismo admites que acabaste reventado?. Al menos yo tengo una monitorización, un médico, enfermeras, equipos de reanimación..., de tal forma que de ocurrir algo estoy atendido. ¿Y si me ocurre en medio del campo? Vamos con esas cervezas.

MAYAYO, un tío sensato, sí señor.

SYLVIE, no ganrantiza nada, pero sí descarta patologías graves que de otra forma pasarían desapercibidas hasta el colapso en medio de una carrera, (o de la Casa de Campo, ¿oído Zerolito?)

Gracias a tod@s. ;-)

Zerolito dijo...

Vaaaaale, oído y reculo. Simplemente quería desdramatizar un poco, oye. Cuanto más vigilemos nuestra salud, mejor.

Pero una, dos, y mil pruebas de esfuerzo no te garantizan nada, querido Carlos. Descartan muchos problemas y tranquilizan, qué duda cabe. Pero bastantes patologías graves, las que te dejan seco, vaya, pasan desapercibidas. A los casos de deportistas de élite tristemente fallecidos me remito.

En serio, haceros cuantas pruebas podáis. Y vengan esas cervecitas ;-) y un rodaballo para compensar :)

German Alonso dijo...

Cuánta razón tienes. Yo me sometí a esa prueba por mi familia más que por mí, para que se quedaran tranquilos. Pero en el fondo también me tranquilizó saber que ellos se quedan en casa sin darle vueltas a la cabeza. Saludos.

Anónimo dijo...

Ya llevaba tiempo dándole vueltas a esto, pero la lucecita se me encendió definitivamente a raiz de lo de Colmenarejo.

De este año no pasa que me la haga; los míos y yo estaremos más tranquilos.

PD: Mucha suerte en Sevilla; no te digo ná ;-)

Alfonso dijo...

Estoy de acuerdo. Hay que hacerse pruebas y tomar precauciones sensatas. Pero también es verdad por estadística, que alguna muerte súbita ocurrirá mientras se corre. Globalmente, los que han estudiado el tema, aseguran que hay menos posibilidades de que te pase si haces deporte regularmente que si no. Así que también parece más prudente correr un poquito que quedarse en el sillón.