martes, 20 de noviembre de 2007

Recuerdos del maratón. (y 1...)



Ayer en el foro de ElAtleta.com escribí como al recolocar los muchos recuerdos de las carreras que he corrido tuve que hacer sitio y darles un lugar preferente a aquellos que más estimo: mis nueve maratones. Fue un momento bonito, con un toque nostálgico en el que se mezclaban recuerdos de dolor, alegrías y dudas, aderezadas con alguna que otra lágrima. Algunos de los amigos de La Paquetería me instan a que describa al menos parte de esas vivencias, y este blog se creó precisamente para eso, así que iré desgranando, sin periodicidad definida ni orden preestablecido, ni siquiera con la certeza de la continuidad, algunos de los más relevantes.

Sin ninguna duda el más hermoso, por encima de la alegría del debut, fué la llegada del Mapoma 2002, maratón que como hoy escribía en el foro, nunca debí correr pues no había entrenado absolutamente nada y sufrí muchísimo por el calor con un hundimiento espectacular de media hora en la segunda mitad. Pero paso a relatar:

Mi madre tiene una hermana melliza. Ambas se casaron con escasa diferencia de tiempo y ambas tuvieron a sus primogénitos con nueve días de diferencia: mi primo Jesús, con el que siempre he tenido una excelente relación, y yo. Como ya conté en este blog, yo siempre he coqueteado con más o menos éxito con varios deportes: carrera, bici de montaña, kárate... Mientras que Jesús siempre tuvo una vida más sedentaria. Con 35 años tenía muchos kilos de más, fumaba en exceso y no se le pasaba por la cabeza ponerse unas zapatillas de cualquier deporte y hacer algo de ejercicio. Por aquel entonces vivía en un tercero sin ascensor y era incapaz de subir la compra a casa sin parar por el camino.

Un rapto de lucidez, (y el consejo de los médicos), le convencieron que ese no era el camino a seguir y decidió perder unos kilos. Con fuerza de voluntad y perseverancia lo consiguió, de una forma fácil al principio, aunque después de los primeros la pérdida se ralentizó mucho. Fue entonces cuando hablando un día con él le propuse que empezara a trotar. Dicho y hecho. Para mi sorpresa se comprometió con el atletismo, y después de unos meses de trote recuerdo su primera salida larga: 15K suaves, Avila-El Fresno y vuelta, que le costaron mucho pero que se empeñó en terminar aún con el pulsómetro en alerta roja. Poco después la primera media, en Talavera de la Reina en 2001. Conservo una foto en la que se le ve feliz, todavía con algún kilo de más, su aspecto de paquetillo, con su gorra y su ropa "de andar por casa". Pero el gusanillo del atletismo había entrado en su vida.

Al año siguiente, (2002), con la escasísima experiencia de esa media se atrevió a correr su primer Mapoma. Otro día contaré mi experiencia en ese maratón, el único en que he sentido miedo por mi salud. Lo importante, el recuerdo más bonito que tengo de él es que cuando llegué a meta, diez minutos después de Jesús, allí estaba, esperándome, fino cual keniata, con su colesterol y triglicéridos estabilizados y la autoestima por las nubes. Yo llegaba deshidratado y renqueante, literalmente roto, y nada más cruzar la meta se acercó a mí, me abrazó y me besó en la mejilla:

-"Gracias".

Fue todo lo que dijo. Y no necesité más. Desde el principio entendí todo lo que esa palabra encerraba: el cambio radical de modo de vida que hubiera hecho de él un viejo a los cincuenta a uno más saludable, que posiblemente le permita seguir corriendo maratón hasta los sesenta, el empujón de la propia autoestima que supone mirarse en un espejo y gustarte lo que ves después de años de que eso no fuera así, la sensación de autosuperación por parte de alguien que nunca soñó ni siquiera que algún día podría llamarse atleta y acaba de correr una distancia con la que muchos de esos atletas no se atreven. Esa comprensión de lo que significaba ese lacónico "gracias" y la sensación de que al menos en parte lo que la escueta palabra albergaba se debía mí, me hizo subir un nudo a la garganta que aún siento cuando lo recuerdo. Ayer fue la última vez.

Ese ha sido hasta ahora, y de largo, el momento más emotivo que he vivido en un maratón.

(En el enlace a las clasificaciones que he puesto arriba somos los puestos 7538 y 7949).

13 comentarios:

ATLENTO dijo...

Yo creia que lo habías olvidado. Mi buena salud, quizás, te la deba a ti. Para mi eres un ejemplo a seguir, y cada vez que hago una carrera, interiormente te sigo dando las gracias. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

Carlos dijo...

WILD, sobre todo él, jajajaja... La pierna perfectamente. Esta mañana he estado en le fisio y todo fenomenal. Creo que se ha quedado en un susto.

¿ATLENTO?, jajajaja... ¿Pero cómo se me va a olvidar Jesús? No es esta la primera vez ni el único sitio donde he comentado esta anécdota.

(¡Eh!, tampoco se me ha olvidado que me debes un café, aunque esa es otra historia...)

Gracias a los dos. ;-)

equis dijo...

Muy emotivo Carlos. Yo intento lo mismo con mi hermano y poco a poco lo voy consiguiendo.
Nos vemos en Donosti, para celebrar tu décimo maratocumpleaños

Zerolito dijo...

Realmente es una bonita historia. Además me permite estar identificado con mi tocayo (aunque a mi el deporte siempre me ha gustado dejé de practicarlo) en su periplo de degeneración física, empezar a correr (que no me gustaba) y encontrar y recuperar tantas cosas positivas. Como mi autoestima, que se nota que no tengo abuelas y está por las nubes, jajaja.

A ver si completamos estas historias con nuestro emocionado paso por la meta del Retiro en 2008, en unas fulgurantes 3h55m (¿ves como está mi autoestima? jajaja)

Syl dijo...

Joder, qué putada!...ya había escrito y a mitad, se nos ha ido la luz!!!...

bueno, que te decía, que es un recuerdo muy bonito el que tienes de los inicios de Jesús.
No lo olvidaréis nunca ninguno de los dos, estoy segura.

A mi me pasó algo similar con un amigo al que operaron del corazón a vida o muerte...ahora ya corre medias...y estoy segura que un año de estos, debutará también en la distancia mítica. El caso es que en cada carrera que corre, me vuelve a dar las gracias...es un pesaoooooooooooo...

Besitos y mucha energía para SS, que ya lo tienes ahí!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Atlento, que sepas que compartes nombre y apellido con un amigo de Muñogalindo de caché artístico.

http://www.stylusart.com/entrevista/elestudio/jesusv/jesusv.htm

Con tu hermano, compartes sólo apellido y afición tontísima de esto del correr. Andate con ojo o se te propondrá como Cicerone para tu debut ultra.

Saludos paisánidos.
Spanjaard.wordpress.com

cabesc dijo...

Bonito recuerdo Carlos y preciosa historia, sin duda le cambiaste la vida.
Ahora a por el próximo, en Donosti esperan más historias que se convertirán en recuerdos.

Iván.

Peques Silvestre dijo...

Enorme relato y enormes sensaciones.

Creo saber como se siente Jesús de agradecido, a mi me ocurre lo mismo con mi hijo (historia que ya conoces).

Espero que disfrutemos en Donosti, pase lo que pase.

Un abrazo y nos vemos el Domingo.

David Rodriguez Roures dijo...

Esto del correr es mas grande de lo que imaginamos ahora estáis unidos no solo por ser familia sino por nuestro deporte favorito, esta claro que te estará siempre agradecido as sido su mentor,sigue contando historias así hacen mas grande el mundo del atletismo, un saludo.

Anónimo dijo...

Gracias Carlos, sabes que lo pasamos guapamente, con tus anecdotas y comentarios. Bonita historia. Un abrazo....Lander.
Yo pensaba que habías debutado en el maratón antes, ya no eras ningún lechóncito ehhhhhh

Carlos dijo...

EQUIS, allí estaremos. ;-)

ZEROLITO, ¡no te lances!, que ya sabes que EL OBJETIVO para el año que viene son los 100/24...

¡Ostras SYLVIE!, también tiene "miga" tu historia. ¡Y paga la luz morosa! :-D

Jajajajaja... LUIS, te has liado. Jesús ni es mi hermano ni es Velayos, (madres hermanas). Somos primos. Al tal Jesús Velayos no lo conozco personalmente, pero sí su obra y a algún familiar. ;-) En cuanto a lo ultra, tengo un fin de semana para comerle la oreja, pero si puedo lo tienes a tu disposición en los 50/100 de marzo. ;-)

Pues sí CABESC, en este además mi intención es traer el recuerdo de haberlo pasado bien. Nada más. (Y nada menos).

SILVESTRE, ánimo para tí, que TU si que te lo mereces. Tu caso es muy parecido al de Jesús, más espectacular aún ya que llevas menos tiempo. ;-)

DAVID, gracias, aunque tanto como su mentor... Yo le dí el empujón, pero lo difícil lo hizo él.

No LANDER no, no era ningún lechoncito... jajaja...

Gracias a todos. ;-) :-)

Santi Palillo dijo...

Curiosamente me estrené en maratón en el mismo Mapoma que vosotros, creo que soy el 5298, en mi caso dí gracias al cielo por terminar porque se me hizo eterno.

Un post muy bonito, para recordar como tú has hecho.

Carlos dijo...

Gracias SANTI. Quizá sea buena idea ir escribiendo estas cosillas. Con el tiempo se difuminan y pierden. ;-)