Mapa interactivo. Puedes descargar la ruta de este enlace.
IMPORTANTE. La ruta está trazada sobre el mapa pues ese día se me olvidó el GPS. No obstante es exacta ya que los caminos y senderos son fácilmente distinguibles en las ortofotos excepto, quizás, en la bajada desde el Cerro del Castillo (saliendo del castro de Ulaca) hacia el valle del Río Picuezo, entre los kilómetros 2,5 y 4. No obstante ese tramo está marcado con hitos fáciles de seguir y la direccionalidad está muy clara por lo que no deberíamos tener mayor problema.
Ruta cortita pero sabrosona la que hice con mi esposa el pasado martes 26 de octubre. Comienza en el pueblo de Villaviciosa, un anejo de Solosancho, a unos veinte kilómetros de Avila, para subir al castro Vetton de Ulaca, bajar de allí al valle del Río Picuezo y volver a cruzar la cuerda por el collado de La Hoya en dirección al camino que nos lleva de vuelta a Villaviciosa. En esta otra entrada ya detalle una visita anterior al castro Vetton de Ulaca que os recomiendo leáis si estáis interesados en la parte cultureta de la ruta ya que en ella detallo el castro con mucho más detalle de lo que lo haré hoy. El martes mi esposa y yo fuimos más con la intención de hacer algo de montaña sencilla y volver relativamente pronto a casa que de visitar el castro, aunque al final, como siempre, y debido a un “error de navegación” del que suscribe, la salida se alargó algo más de la cuenta, cosa que se está convirtiendo en peligrosamente habitual. Si la hacéis os recomendaría que “perdierais” media horita en visitar la totalidad del castro para volver después al track, del que de todas formas no os desviaríais más que un par de cientos de metros.
Lo dicho, tempranito dejábamos el coche estacionado a los pies del castillo de Villaviciosa reconvertido en el Hotel Sancho de Estrada (que lleva mucho tiempo en obras), con un día luminoso por delante en el que apetecía andar con calma y disfrutar del paisaje, que es lo que hicimos.
El sendero que sube al castro sale a unos quinientos metros del pueblo, y su entrada está perfectamente indicada con un cartel explicativo (de nuevo recomiendo visitar mi anterior entrada sobre el castro para tener más detalles) y encaramos la primera subida de las dos que vamos a hacer hoy, en la que salvaremos unos trescientos metros de desnivel en algo menos de tres kilómetros. Teniendo en cuenta las múltiples paradas para ver el castro, el esfuerzo no es excesivo.
Vista de Villaviciosa desde el sendero de subida al castro.
Habitantes de la zona.
Vista de Solosancho desde las inmediaciones del castro de Ulaca.
Como dije antes, el objetivo del día no era principalmente la visita al castro, aunque no dejamos de acercarnos a sus puntos más importantes. Entre ellos, las imponentes murallas, el altar de los sacrificios, la sauna ritual y las reconstrucciones de viviendas.
Una de las entrada al castro por sus murallas.
¿Altar de los sacrificios o templo solar?
Sauna ritual.
Reconstrucciones de viviendas.
La mañana transcurre sin sobresaltos y al poco llegamos al collado existente al pie del Cerro del Castillo por el que debemos cruzar para bajar al valle del Río Picuezo. De esa zona es la siguiente foto. Fijaos en el pico de la izquierda, es El Gavilán (Montse, me acordé de tí, jejeje…). Mi idea era bordearlo por la izquierda según miramos la foto, y bajar por el pequeño collado que se aprecia a su derecha, lo que nos hubiera ahorrado varios kilómetros de ruta… Con esas intenciones bajamos por un estrecho sendero, a veces casi imperceptible a pesar de estar marcado con hitos, hacia el valle del Río Picuezo y giramos a la derecha por el camino, este sí perfectamente visible y transitable, que bordea El Gavilán y los resaltes rocosos que veis detrás de él. Una vez llegados a la altura del collado deberemos girar a la derecha para cruzarlo. Por referencias sé que no hay sendero marcado.
Vista de El Gavilán desde los pies del Cerro del Castillo.
Valle del Río Picuezo.
Pero nos encontramos con un problema que provocó mi “error de navegación”: la traicionera perspectiva que nos hace ver el mismo accidente geográfico de forma completamente distinta según el ángulo de visión, y si no, decidme si en la foto de abajo el pico que se ve no es “clavadito” a El Gavilán que habéis visto arriba…
El “falso Gavilán”
Y no, no lo es. El verdadero Gavilán es el de la foto de abajo, que visto desde el sur no parece más que un pequeño resalte rocoso, mucho menos imponente que su vista desde el norte, todo lo contrario que ocurre con el otro pico, del que desconozco el nombre, con una vista más humilde desde el norte que la que apreciáis en la foto de arriba. En mi contra además, que ya hace tiempo que colgué un mapa de la zona, por lo que no tengo excusa por haber incumplido uno de los principales consejos que se nos da a los que nos iniciamos en montaña, que es no salir nunca sin mapa por mucho que creamos conocer el camino.
El verdadero Gavilán. Desde aquí un gorrioncillo…
No obstante el error nos “salió” bien. Tanto la subida como la bajada en un principio previstas eran rocosas y escabrosas, mientras que la ruta que tomamos se reveló como deliciosa, entre suaves y mullidos prados en los que vimos pastar caballos que aún apartándose de nuestro camino no dejaban de sentir curiosidad por nosotros. El momento más hermoso de la mañana lo tuvimos cuando por algún movimiento nuestro algo más brusco de lo normal esos caballos que veis en la foto de abajo (aún había alguno más de los que aparecen) salieron al galope por la ladera. El sonido de sus cascos rompiendo el casi absoluto silencio, reverberando en las rocas, rebotando y volviendo a nuestros oídos, la plasticidad de la escena, con la belleza de los animales recortándose en el verde de los piornos y el gris granito... fue un momento mágico.
El collado de la Hoya no es duro, y al coronarlo decidimos comer el bocata. Durante unos minutos, y a la vista ya del camino que nos llevará de vuelta a Villaviciosa, nos demoramos en disfrutar del sol, la brisa, las vistas hacia la Sierra del Zapatero (foto de abajo), y en la visita a las ruinas de una majada cercana. Al poco, bajamos hacia el arroyo de los Portillos, paralelo al camino. Su cruce, con un pequeño salto, es la última dificultad del día. Ya en el camino sólo nos quedó volver a Villaviciosa, pasando por delante del Gavilán y alegrándonos de haber errado el camino.
Majada de pastores abandonada. Al fondo, el Pico Zapatero.
Presentación de fotos, de este álbum Picasa:
¡¡¡IMPORTANTE!!! Las descripciones de rutas de montaña que hago en este blog son tan sólo expresión de mis impresiones y sensaciones de ese día concreto, y por tanto totalmente subjetivas. No tienen porqué coincidir con las de cualquier otra persona, incluso realizándolas en las mismas condiciones. Tampoco son guías exhaustivas. A pesar de que procuro que todos los datos que ofrezco sean correctos, sería recomendable que antes de hacer alguna de ellas te informaras sobre las mismas en publicaciones especializadas. No obstante, si crees que te puedo servir de ayuda, o necesitas alguna aclaración, ponte en contacto conmigo. Por último, tienes que tener en cuenta que la montaña es un entorno potencialmente peligroso. Usa el sentido común y no afrontes recorridos para los que no estés absolutamente seguro de estar suficientemente preparado y equipado. Y ten siempre en cuenta las posibles complicaciones meteorológicas, muchas veces imprevisibles. |