Veintiocho, veintinueve, treinta... Pulso el botón del lap de mi pulsómetro. He terminado. Esos treinta segundos eran el último cambio de ritmo de la sesión de ayer. Salvo los minutos restantes de trote suave hasta casa, mi entrenamiento para el MAM ha finalizado. El domingo bregaré de nuevo con el autoproclamado "Posiblemente Maratón Más Duro del Mundo". Afirmación con la que no estoy de acuerdo sencillamente porque no es cierta: el MAM es más largo que un maratón...
Tengo muchas, muchísimas ganas de correr el MAM de este año. Estoy más motivado de lo que nunca he estado en ninguna otra carrera. He comprometido mi palabra con todo aquel que ha tenido la paciencia de escucharme estos días en dar hasta la última gota de mi sudor, hasta el último aliento que puedan exhalar mis pulmones, para llegar a esa meta de Cercedilla. Y no importa tanto la marca que consiga como el modo de hacerlo. Mi compromiso no es con el cronómetro sino con el sufrimiento, con el agotamiento extremo. Con los dolores de cuádriceps y las ampollas en los pies. Con el instinto de supervivencia que me exigirá parar innumerables veces... Tengo mis motivos para que así sea aunque solo a un puñado de amigos he confesado qué significa el MAM de este año para mí. Entre esas razones se encuentra el dar carpetazo, de un modo simbólico, a los dos peores años de mi vida. Fue el MAM de dos mil nueve la última carrera que corrí, y será el MAM de dos mil once el de mi regreso a la competición. Mi participación en esta edición tiene por tanto un fuerte significado simbólico que no puedo dejar pasar por alto y que quiero aprovechar en una suerte de catarsis personal que en vez de un final de etapa signifique un nuevo comienzo.
¿Estoy preparado?. Pregunta trampa... ¿preparado para qué? Mi andadura comenzó en septiembre, y por aquel entonces una sesión de entrenamiento típica podía consistir en alternar tramos de un minuto trotando y otro andando durante veinte o treinta minutos. Ni mi lamentable estado de forma después de año y medio parado y un considerable aumento de peso, ni mi estado anímico permitían más, hasta el punto de que, incluso con tanto tiempo por delante, terminar el MAM dentro de control se me antojaba difícil. Es posible que hubiera podido entrenar algo más (siempre se puede entrenar algo más, o algo mejor...) pero partiendo de donde lo hacía estoy razonablemente satisfecho de lo que he conseguido. El domingo no temo entrar fuera de tiempo, y eso es más de lo que sentía hace dos años en los días previos a la carrera: miedo a no superar el reto. En este camino he tenido una ayuda inestimable: la de Iván, guía entusiasta e impagable motivador en los momentos difíciles que han sobrevenido durante estos meses, y también la de un puñado de amiguetes que se fueron cobijando al calor de la misma lumbre que a mí se me ofreció y con los que he compartido dudas, pesares, entrenos y alegrías.
El domingo a las ocho varios de ellos tomaremos el Camino del Calvario (nunca la salida de una carrera tuvo tan apropiado nombre) en dirección al Puerto de Navacerrada. Esos primeros kilómetros estarán sembrados de risas y bromas. Luego estas se acabarán: Bola del Mundo, Peñalara y Cabezas de Hierro pondrán en tensión nuestros músculos, y las vertiginosas bajadas por la Loma del Noruego, Dos Hermanas y Bola, nuestros nervios; y durante unas (muchas) horas ese recorrido exigirá todo lo mejor que nuestro cuerpo y mente le puedan ofrecer, toda nuestra energía, motivación y concentración.
He entrenado "in situ" todo lo posible. En las últimas semanas he completado al menos un par de MAMes amén de otros recorridos por la zona. He dado prioridad a la montaña antes que a la carrera en el convencimiento de que para corredores de mi nivel una prueba así se prepara mejor pensando en horas de monte que en kilómetros recorridos. No tengo una idea clara de qué registro puedo hacer, no es mi objetivo marcar tal o cual tiempo en meta, y de hecho tengo pensado no llevar apuntados los pasos intermedios como sí hice en dos mil nueve. Creo conocer lo suficiente tanto el recorrido como a mí mismo como para poder correr por sensaciones, apretar el paso donde pueda exprimir un poco más mis fuerzas y caminar donde intuya que deba ahorrarlas a la espera de terreno más favorable. Porque al final lo que cuenta es cruzar la meta de Cercedilla con saldo cero. Haberlo dado TODO en esas horas y haber dejado por el camino, con cada gota de sudor y cada crujir de rodilla parte de los fantasmas que todos llevamos dentro.
Tengo muchas, muchas ganas de correr este MAM, y sé que aunque mis fuerzas son limitadas no será mi mente la que se rinda ante el dolor y el cansancio. Sí, estoy preparado. De hecho estoy ansioso por empezar...
9 comentarios:
Pues que se haga realidad la catarsis y caiga el telón sobre estos dos años, mientras intentaremos ser testigos de la afrenta: mam vs Carlos.
un fuerte abrazo
Te deseo de corazón, y lo sabes, LO MEJOR. Qué se cumplan todas tus espectativas.
Espero la crónica, que sé que la habrá.
Un abrazo cargado de energía positiva.
;)
Mucha suerte, sin duda será una experiencia inolvidable.
Carlos,te deseo toda la fuerza y animo del mundo, para que disfrutes a tope del MAM,y por supuesto esperamos una cronica de las tuyas...
Un fuerte abrazo....
Loken-
Tus expectativas son muy buenas y estás muy fuerte... Sólo tienes que aplicar tu sentido común durante el trayecto y seguro que consigues elobjetivo...!!! Saludos..!!
Siguiendo los entrenamientos se ve que vas con los deberes hechos, así que no hay problema, seguro.
Un saludo
Iván, no seré yo quien ose ir en contra del MAM. Me intentaré amoldar a él, a sus cuestacos, a sus pedrolos... manteniéndole siempre el respeto para que, simplemente, me considere digno de él. Muchas gracias por todo.
Montse, lo sé.
Miguel, bienvenido por aquí, y sí: será inolvidable. Especialmente los primeros días de la semana que viene...
Loken, muchas gracias amigo.
Carles, me gusta pensar que tengo ese sentido común para hacer las cosas. Tiraré de él. Buen consejo.
Charli, lo he intentado, a Lara pongo por testigo...
Gracias a tod@s. ;-)
A disfrutarlo. Que vaya todo fenomenal y que sea el final de esos dos años que mencionas. Esperamos tu crónica.
Respecto a la carrera, como siempre lo importante está hecho: haber llegado a la salida.
Creo que para mí el Mapoma de este año, significaba algo parecido a tu MAM.
Muchos ánimos, para seguir en lo que es verdaderamente esencial. ¡Que no son estas tontás del correr!
Y para quitarte nervios y trascendencia recuerda lo de siempre: "A nuestros años ya no hay nada que demostrar: uno y a dormir".
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