lunes, 23 de mayo de 2011

Test ¿definitivo?

paquetes cima peñalara 22may11 mini En la cima de Peñalara. Foto gentileza de Mayayo.

Durante la mañana el sol ha calentado el asfalto de la M-614, pero a mediodía dispersos chaparrones han salpicado la zona. Justo antes de pasar por los alrededores de Cercedilla el sol vuelve a brillar con fuerza. Típico día de tormenta. Del asfalto recalentado y húmedo se desprenden tenues volutas de vapor que ascienden perezosas en un aire en calma. Mi Hyundai las hiende y aparta. No las rompe, sino que dan la sensación de deslizarse por arriba y a los lados de la carrocería, dejando estéticos remolinos como testigos de mi paso. La sensación es fuertemente onírica –demasiado, Carlos- piensas. Como media hora más tarde te fijas en la parte superior del pie derecho de tus Asics Gel Trabuco, mugrienta, a la altura de tus ojos, mientras apoyas el talón en una papelera de la primera área de descanso de la AP-6 tras cruzar el túnel de Guadarrama, mientras los conductores que pasan a tu lado se preguntan que hace un tipo macilento y con barba de dos días estirando sus músculos. Apenas a cinco minutos de casa paro de nuevo. Más estiramientos, esta vez de cara a la AP-51, mucho menos transitada que la anterior.  Mi atención se focaliza en detalles, como si la percepción del mundo me llegara a través de un embudo cuyo final se fuera haciendo cada vez más fino, signo inequívoco de cansancio… Un cansancio que me hizo entrar en la cama poco pasadas las diez de la noche de vuelta de uno de los entrenos más duros de mi vida. Sí, en el bucle central de MAM. Sí, otra vez…

Siete de la mañana en el Puerto de Navacerrada, un puñado de futuros supervivientes del MAM dispuestos a hacer un test de cara a la carrera. El día ya se preveía duro pues no había tiempo para bromas: a estas alturas uno debe conocer su verdadera medida para afinar objetivos y pretensiones, y hoy toca sufrir. Por ahorrar peso ni siquiera llevo la carga completa de agua en mi mochila (hay varios puntos de repostaje por el camino), ni cámara de fotos ni GPS (salvo niebla extrema dudo mucho que me perdiera en ese recorrido después de tantas veces) Los galgos que me acompañan son además todos más rápidos que yo y sé que las voy a pasar de a duro para seguirles. Para colmo, nada más de empezar a subir a Bola del Mundo me doy cuenta de que no estoy del todo bien. Echo de menos mi pulsómetro (en reparación), pero siento el golpeteo de mis latidos en las sienes y las sensaciones no son todo lo buenas que desearía. Aún así coronamos a buen ritmo. Rápida y vertiginosa bajada por la Loma del Noruego hacia el Puerto de Cotos y sin solución de continuidad (apenas un minuto para beber) encaramos la subida a Peñalara por el Collado Peña Citores. La temperatura, fresca en un principio, sube bastante, y en cuanto se disipa el bosque de Pino Silvestre que nos acompaña al inicio de la subida el sudor comienza a gotear por mi frente. El calor y la humedad pueden hacer estragos en mí y convertir el día en una tortura. No obstante a medida que ganamos altura la temperatura se atempera y de hecho en Peñalara ésta es de lo más agradable. De nuevo, casi sin descanso, nos lanzamos a otra vertiginosa bajada en dirección al Puerto de Cotos. Tan vertiginosa que las plantas de los pies me arden por el roce con el calcetín a pesar de llevar las zapatillas bien ajustadas.

En el Puerto de Cotos por fin hacemos una parada “de verdad”, con pincho de tortilla incluido. A estas alturas ya estoy muy cansado. Casi toda la mañana he ido a cola de pelotón salvo ocasionalmente en alguna bajada en la que la lógica de la fuerza de la gravedad se impone y me permite codearme con (algunos de) los compañeros.

Llega el coco. La subida a Cabezas de Hierro Menor por los temidos y temibles Tubos de Cabezas. El ritmo sigue siendo alto, y en el acercamiento a los tubos trotamos siempre que el terreno lo permite, de hecho, más de lo que de ir solo yo hubiera trotado. Pero cuando el terreno se pone casi en vertical ¡ay amigo!, ahí no trota ni el tato y bastante tienes con ir poniendo machaconamente un pie delante del otro, uno delante del otro concentrándote en dónde lo haces para no resbalar… o para no meter la pierna hacia algún ignoto agujero que sabe Dios donde acaba… Aún así, después de infinitos bufidos, resoplidos y maldiciones, hacemos cumbre. De nuevo han caído las tres torres…  y lo que cae ahora es granizo… Durante el último tramo de la subida a Cabezas de Hierro el cielo se ha ido nublando, y con la brusquedad con la que estas cosas ocurren en la montaña, de repente se ha puesto a granizar. La humedad hace peligroso el primer tamo de descenso de Cabezas de Hierro, pedregoso y muy técnico, por lo que extremamos las precauciones, pero una vez bajado ese primer tramo el terreno es íntegramente corrible, al menos para el que tenga piernas y pulmones para ello, así que a partir de ahí ¡tonto el último!

Tengo las piernas de chicle. Pero no de un chicle normal, no. De chicle que ha batido el récord mundial de mascado. Penosamente bajo en las estribaciones del Cerro de Valdemartín, y ando, lo más deprisa que puedo, cuando el camino se empina. Hay un momento, a los pies de Bola del Mundo, en que incluso siento un leve mareo, fruto, seguramente, de un bajón de azúcar y que pasa pronto. De hecho en la pestosa bajada desde Bola del Mundo al Puerto de Navacerrada hay algún tramo que hago andando pues no me fío de mi coordinación, y a tan pocos metros de “meta” no es cuestión de darse un raspón. No ocurre. Y una vez reunidos de nuevo en el Puerto de Navacerrada es el momento de empezar con los análisis, bravuconadas, apuestas de tiempo final y los desafíos, más jocosos que reales. Cosas de estar sentado con buena gente delante de una jarra de cerveza para regar infinitas raciones de callos, morcilla, croquetas…

Ando puliendo el plan para el MAM. El que elaboré (y clavé casi al minuto) para salir airoso del empeño en dos mil nueve queda obsoleto. Toca publicar su Versión 2.0. Y en ello ando…

 

¡¡¡IMPORTANTE!!!

Las descripciones de rutas de montaña que hago en este blog son tan sólo expresión de mis impresiones y sensaciones de ese día concreto, y por tanto totalmente subjetivas. No tienen porqué coincidir con las de cualquier otra persona, incluso realizándolas en las mismas condiciones. Tampoco son guías exhaustivas. A pesar de que procuro que todos los datos que ofrezco sean correctos, sería recomendable que antes de hacer alguna de ellas te informaras sobre las mismas en publicaciones especializadas. No obstante, si crees que te puedo servir de ayuda, o necesitas alguna aclaración, ponte en contacto conmigo. Por último, tienes que tener en cuenta que la montaña es un entorno potencialmente peligroso. Usa el sentido común y no afrontes recorridos para los que no estés absolutamente seguro de estar suficientemente preparado y equipado. Y ten siempre en cuenta las posibles complicaciones meteorológicas, muchas veces imprevisibles.

8 comentarios:

Amig@mi@ dijo...

¿Qué tendrá que tanto engancha? Entiendo que te guste, pero hasta ese punto...
NO me convencerás.
Un besote y de veras te deseo lo mejor.
;)

Trapatroles dijo...

Una pasada de relato en plena naturaleza ¡que tendrá la montaña!

Anónimo dijo...

La montaña tiene algo, sin duda, pero si la vives con la compañía de seres humanos extraordinarios como Carlos, es una auténtica pasada.

Hiciste un gran entreno y, lo que es más, estás en el final de un camino que emprendiste hace tiempo. Un camino hacia ti mismo. Muchísima suerte con el v2.0, seguro que se cumple ;)

¡ESTE ES TU MOMENTO, CARLOS!
Jesús

Ponte las zapas y a correr dijo...

Al final los Tubos de Cabezas te van a parecer horizontales, de tanto entreno que llevas en ellos.
Buena ruta os hicisteis. El granizo también nos sacudió fuerte en el 3R.
Un abrazo.

Syl dijo...

Mira que nunca he estado en esa zona montañosa, aunque la he visto nevada alguna que otra vez desde Cercedilla...pero la verdad es que leyéndote me he sentido transportada y casi como si hubiese hecho ese entrene con vosotros (pero sin cansarme tanto ni teniendo que parar a estirar cada dos líneas!!!).

Vas a llegar a la MAM fuerte y sobrao...seguro que la disfrutas como nunca.

Besitos.

mayayo dijo...

Bien lo pasamos verdad, carlos? Vale, esforzado, si. Pero ese esfuerzo sabe rico una vez superado, en el bar, disfrutando del recorrido hecho.
Y si, creo que para este 2011 vas a llegar en buena forma. La carrera luego saldrá o no según queremos, pero el camino hasta allí, por sí solo habrá valido la pena.
Larga vida a la compañía del MAMillo, pequeño hobbit ;-)

spanjaard dijo...

Pues está contado con gracia, con el estilo habitual y con un buen saber hacer, desgranado año a año en todas y cada una de las salidas montañeras que llevas. Leido así, a cuatro años vista, parece mentira que estés escribiendo esto.

Me enorgullece, paisano.

SPJ

Carlos dijo...

Montse: libertad, desafío, belleza, autoconocimiento, solidaridad, emoción, amigos... A parte de eso, realmente la montaña no tiene nada de especial...

Trapatroles, me remito a lo que le he contestado a Montse.

Jesús, amigo y compañero, suerte también para tí.

Chusta, coincidimos en parte del recorrido con el Cross, lástima de no haberte visto para darte ánimos.

Sylvie, el día que quieras nos damos una vueltecilla por allí.

Mayayo, mi particular Gandalf, siempre con la palabra certera... Claro que el camino ha valido la pena. El resultado da un poco igual después de recorrido...

Spanjaard, con poco te conformas pues...

Gracias a tod@s. Abrazos, cariños y besos varios. ;-)