jueves, 25 de marzo de 2010

Y mi corazón late…

Lo vi, (como supongo que ya habréis hecho muchos de vosotros), en el blog de Mayayo, y desde entonces no me lo quito de la cabeza. Si tenéis tiempo, vedlo, (y escuchadlo), antes de leer.


Cierto que estoy “blandito” con el tema del GTP, tanto que se me eriza el vello a la que veo a un tipo correteando por el monte, pero pensar que en el primer fin de semana de julio yo pudiera ser protagonista de imágenes parecidas a las del vídeo… 

No me encontraba así desde el año pasado por estas mismas fechas, en que el MAM asomaba en el horizonte y a medida que llegaba el día yo temblaba de miedo ante lo desconocido y ante el temor de haberme embarcado en algo demasiado grande para mí. En aquella ocasión salí airoso a duras penas del empeño, y este año, en un acceso de, ¿locura?, ¿soberbia?, ¿simple desvarío?, me planteo ese mismo MAM, que hace menos de un año casi acaba conmigo, como un mero test. Y lo hago sin entrenar en seis meses y apenas con unas cuantas paletadas de ilusión por todo bagaje.

Y mi corazón late. Lo hace anticipando el dolor de cuádriceps, el cansancio extremo, el sabor salado del sudor en mis labios, el polvo de los senderos, levantado por  los corredores que me preceden, pegado en mi rostro. El escozor de mis ojos. La sed y el hambre. El sueño de casi dos días sin dormir. Los ánimos de mis compañeros, sus caras agotadas, como la mía propia. Las miradas perdidas y las voces lejanas, ¿sentiré de nuevo la lluvia seca?.

“Mi cabeza parece tener ganas de vagar por un sitio distinto de mi cuerpo, y comienza a llover... Pero no hay nubes. La noche se ha abierto mucho y veo la luna y las estrellas, miro hacia arriba y el agua no salpica mi cara. Miro al lago, su imagen en la noche, fantasmagórica, resplandeciente, reflejando a la luz de las farolas la imagen de la vegetación circundante. Nada altera su superficie..., pero llueve. Abro las manos, y durante unos segundos ando con los brazos abiertos en la espera de que mis sentidos se pongan de acuerdo entre ellos y diluciden lo que para mí en ese momento, y por encima de dolores y molestias, es algo fundamental: ¿como es posible una lluvia seca?, ¿la luz de la luna produce arco iris?, ¿sus colores serán los mismos que los producidos por el sol?...”

Mi corazón late anticipando los momentos en que abandonar se convierte en la única opción lógica, late anticipando la visceral rebelión contra la rendición que eso supondría: porque siempre se puede dar un paso más, siquiera uno más, y paso a paso llegarás a meta. Lo hace al ritmo de cada uno esos pasos que daré en la inolvidable noche que me abrazará en las cercanías de Peñalara, bajo el manto estrellado que marcará el camino hacia La Granja. Late al ritmo de mi respiración cuando el amanecer sorprenda mis enrojecidos ojos y los inunde de una increíble y bellísima paleta de naranjas y carmesís recordándome lo hermoso que es vivir, lo afortunado que soy simplemente por estar allí y ser testigo de tanta belleza.

Aún no es más que un sueño, ¿pero qué sería de nosotros sin sueños?

El acertadísimo acompañamiento musical del vídeo es: All The Things That I’ve Done, de The Killers.

P.D. Y pasado mañana marcho para Fresnedillas de la Oliva, a otra pequeña locura. Bendita locura…

10 comentarios:

Miguel dijo...

¡BEndita locura!!

Precioso, Carlos. Precioso el video, la música, el sueño. Preciosa tu crónica. Gracias por llevarnos allí, por hacernos sentir esa lluvia seca.

Lo tengo totalmente decidido. De mayor quiero ser ultramaratoniano. Gracias por alimentar nuevas ilusiones y contagiar ese espíritu.

Animo con esos retos, aunque se nota que de moral e ilusión vas más que sobrado.

Mucha suerte para Fresnedilla. Bendita locura. Gracias por compartir un post tan genial.

un saludo!

Carlos dijo...

Miguel, pues vente a Fresnedillas, total, si es a hacer lo que nos gusta...

Saturnino dijo...

Sigue soñando amigo; tus sueños los harás realidad.
Este fin de semana, con motivo de la media leonesa, visitó mi ciudad Ángel, el amigo del "Nunca correrás solo" que compartió carrera conmigo en Ávila, y como no, estuvimos hablando del gran sueño de julio, y si he de ser sincero para mí es mucho sueño.
Ánimo y a disfrutar en Fresnedilla, por allí verás a Abe, llevará la camiseta naranja.
Un abrazo.

Alfonso dijo...

¿Locura? Di cordura, que viendo el vídeo calzar las zapas y tirarse al monte es más sensato que tumbarse en el sofá, mirar el techo y pasar el rato.

Suerte !!!

Anónimo dijo...

Carlos, mira que a mí me cuesta emocionarme a estas alturas. Pero lo has conseguido.

Espero compartir contigo esas sensaciones, sin palabras que las ensucien, en los primeros días de julio...

Nos vemos mañana.

P.D. En el fondo de mi corazón, sé que he nacido para eso que vemos en el vídeo. Mira las caras de satisfacción de los corredores. Son totalmente felices.

Yo quiero hacer eso el resto de mi vida.

Amig@mi@ dijo...

Aparte de lo bonito que suena, se ve y se lee, tengo que decirte que ME ASUSTAS. Te creo con la cabeza suficiente como para frenar si corres demasiado y parar si pierdes el ritmo, pero pese a eso...
Me asustas.
Suerte y besos
Mejor un abrazo, pero sin sudor
;)

Rafa dijo...

Bendita locura Carlos, ojala todas las locuras en ete mundo fuesen como esta, otro gallo nos cantaría.
Toda la suerte del mundo, pero tu coco con todos tus miedos, está preparado, seguro.
Suerte y a por ello

Carlos dijo...

SATURNINO, los ví, los ví, aunque se me aberroncharon pronto, jajajaja...

ALFONSO, eso les contamos a nuestras chicas/parejas, y evidentemente es el pensamiendo conque nos consolamos, pero qué se yo...

YOKU, somos afortunados si lo hemos entendido a tiempo.

MONTSE, se trata precisamente de eso: de no correr demasiado y de mantener un ritmo..., lento. Para tí, un beso, guapa.

QUIQUE, siempre he presumido de eso: de buena cabeza. De lo demás es de lo que ando escaso... Aunque ahora que lo pienso, ¿buena cabeza?, ¿y hablo de locuras?. ¡Qué incoherente soy por Dios!, jajajaja...

Gracias a tod@s. ;-)

mayayo dijo...

bien pues, fresnedillas ya es historia. Y estamos ya a menos de cuatro meses de esa larga de Navacerrada...porque sí, somos afortunados de haberlo entendido, si.
Aunque intentar explicarlo a "los otros" sea casi un imposible ;-)

Carlos dijo...

¿Casi, Mayayo?. Ni siquiera entre atletas expertos tiene uno predicamento. De hecho o tienes una marca de relumbrón o muchos ni siquiera te toman en serio y a lo más que llegan es a esbozar una sonrisita condescendiente... En fin, allá ellos...

Un abrazo. ;-)