Una carrera de pueblo. Sin tono peyorativo sino todo lo contrario: de pueblo en el sentido de sencilla, sin complicaciones, cercana, con sabor. Era lo que esperaba de ella y fue lo que me dio. Hubo sensaciones agridulces, (más dulces que agrias), en cualquier caso achacables únicamente al que suscribe y sus circunstancias, pero nunca a la organización, que sin medios, y con escaso apoyo, sacó adelante una carrera en la que repetiré siempre que pueda.
Fresnedillas de la Oliva es un pequeño pueblo, antigua aldea dependiente de Robledo de Chavela, casi escondido entre las estribaciones más meridionales de la Sierra de Guadarrama, cuya población se ha triplicado en los últimos veinte años, fundamentalmente debido al empuje de la inmigración. Prueba de ello es el contraste, sin solución de continuidad, entre el pequeño y recoleto centro urbano y los chalets que lo rodean, de reciente construcción y que le dan a los “atrases”, como dicen en La Moraña, una cierta sensación de “por terminar”. Un lugar apartado y tranquilo para vivir, donde llegué, según mi costumbre, con mucho tiempo por delante.
En la explanada donde se montó la carpa con la zona de ropero, avituallamiento y control, ya estaban Luis Arribas, (Spanjaard) y Andrés Rapaport organizando a los voluntarios. Uno de los que primero llegó fue Claudio Luna, a la postre vencedor de la prueba, y los dos, junto con Guille, fuimos a reconocer el circuito, (imagen del mismo copiada de la web oficial):
-“Esto no va a ser fácil, Carlos”, pensé en cuanto encaramos la bajada de salida. El recorrido consta de unos quinientos metros cuesta abajo y otros tantos cuesta arriba. Apenas cien se pueden considerar llanos. Durísimo muscularmente y totalmente imposible para intentar mantener un ritmo constante.
Mi objetivo principal es mantenerme en marcha las seis horas sin hacer más paradas que las imprescindibles para beber, de cara a ir curtiéndome en tiradas largas, y el secundario, hacer un maratón, que anticipo, no conseguí, a pesar de haber llegado en un par de ocasiones a hacer cincuenta kilómetros en el mismo tiempo con una cierta comodidad.
Poco a poco llegan los amiguetes. Durante la mañana se me ocurrió la hilarante comparación de este magnífico grupo con un rebaño de ovejas: a la que uno se apunta a cualquier chorrada, como atraídos por un irresistible cencerro, el resto se ve obligado a seguirlo. Lo he dado en llamar “el síndrome de la oveja modorra”. Y es contagioso, aviso.
Parte del rebaño, perdón, de los paquetes que nos juntamos el sábado en Fresnedillas.
Algunos además se han traído a las familias y sin darnos cuenta se junta un buen número de peques correteando y animando el lugar con sus juegos y risas. Algunas esposas tienen la intención de andar, unas durante unas horas, otras durante toda la carrera. Todo ello, unido al trato cercano de la organización, que, recuerdo, no son más que dos personas y un puñado de adolescentes colaboradores, y el natural amable de los ultrafondistas, a muchos de los cuales voy conociendo a fuerza de coincidir en carreras, generalmente de tan solo unas pocas decenas de corredores, conforma una prueba cercana y familiar, que es lo que la organización prometía y todo lo que personalmente yo buscaba en ella.
Por supuesto, antes de empezar, tomamos un segundo desayuno en un bar cercano. Para acabar de despejar dudas acerca de la conveniencia de ello, vemos como mientras la mayoría nos decantamos por un cafelito con tostada o bollería, Claudio se aprieta un bocata de jamón, ¡a menos de una hora de la salida!. Para compensar, diez minutos antes de la misma nosotros damos cuenta de un gran tupper de torreznos que Tutty ha traído del pueblo... Tercer desayuno que nos deja, ahora sí, listos y en condiciones óptimas para echar a trotar.
La zona de avituallamiento, ropero y control, antes de la salida.
Luis nos da una pequeña charla técnica a voz en grito ya que la megafonía le jugó una mala pasada, subido a la pared de la Iglesia y poco después se produce la salida. El paseo previo me marca la estrategia a seguir: trote suave en la pradera y posterior camino de cemento y andando la parte más dura de la cuesta. Tran-tran y ritmo tranquilo. Control de las pulsaciones y frecuente andadura para que los músculos no acumulen fatiga. Me hubiera gustado hacer más cortos los tramos andando, pero en mi estado, saliendo de la lesión y sin kilómetros en las piernas, es lo que hay. Además, el objetivo de hoy no son los kilómetros, sino estar las seis horas en marcha.
Luis encaramado al muro de la Iglesia.
Al ser un circuito relativamente corto los cruces con la gente que va más rápido, (muchos), o más lentos, (pocos), son constantes. Como la mayoría son amiguetes, en ninguno falta una palabra de ánimo. A veces decides hacer unas vueltas con fulanito, luego este para a estirar, (o le has aburrido soberanamente con tus tontás), y te enganchas a otro pobre corredor a quien dar la chapa.
Zona de pradera, justo en la salida. Un relajo para las plantas de los pies…
Unas imágenes del resto de la bajada...
…Y un par de ellas de la subida.
Poco a poco los kilómetros van cayendo…, y el sol levantando… En Avila, a las horas en que salgo a trotar, la temperatura ha sido hasta ahora los suficientemente baja como para llevar como mínimo una sudadera fina, y de golpe me encuentro con un inmisericorde solazo que castiga, (y quema cual escandinavo desprevenido en Benidorm en Agosto), mi cuello y hombros. Poco a poco la sal se acumula en mi cara y aunque procuro beber mucho, sudo más del líquido que puedo reponer. Por ello, a partir de la cuarta hora decido modificar el plan y andar la mayor parte del tiempo, así que de ahí al final de la prueba hago pareja con José, mi partenaire del pasado Mapoma y la reciente Media Maratón de Segovia y de chascarrillo en filosofada pasamos tan ricamente las horas restantes.
No hay más historia de esta carrera. No hubo sufrimiento, épica, marca… Fui a pasarlo bien, a hacer la primera de lo que debiera ser una larga serie de tiradas extra largas de cara al GTP y a recuperar un mínimo de forma, y es lo que conseguí.
Mi cuñado, en el centro, al que engañé junto con su amigo Manuel, a la izquierda. Tan felices a diez minutos dela finalización de la prueba.
Y como en el foro nos trajimos mucha y sana tontería con esta carrera “de pueblo”, a la que llegamos a denominar la Marshall Race, ahí va, con todo mi cariño y agradecimiento, mi pequeño homenaje a los culpables de su perpetración:
Enlaces:
Enlace a las clasificaciones.
Album Picasa con mis fotos.
7 comentarios:
Pedazo de aventura Carlos, muchas veces las cosas sencillas se agradecen y puedes comprobar que con cariño se hacen las mejores carreras.
Bonitas fotos.
Un saludo
Quique
El objetivo era ir pillando forma y lo has conseguido; vas dando pasos cortos pero seguros, y eso es bueno.
Me gusta la carrera y de no coincidir con un evento de mi mujer hubiese ido, pero hay ocasiones en que debemos corresponder.
Por allí andaban dos de mis compañeros, además les he visto en tus fotos.
Un abrazo.
QUIQUE, ni lo dudes: he sido afortunado al darme cuenta a tiempo de dónde merece la pena correr.
SATURNINO, saludé a tus compis del Nunca... Buena gente me parecieron.
Gracias a los dos. ;-)
Un placer saludarte el domingo, Carlos, ¡aunque fuera tan rápido! Ya tendremos tiempo para ir coincidiendo.
no desestimes el poder del síndrome de la oveja modorra, porque llevo todo el fin de semana escuchando ese cencerro...
Que iniciativa tan bonita la de Fresnedillas. La verdad es que así da gusto, y son esas carreras y ese espíritu el que realmente merece la pena. Me ha encantado lo del "Marshall race"!!
Felicidades por la carrera. Poco a poco a coger forma y sin preocuparse por la prisas, que nunca son buenas compañeras. Espero que enseguida desaparezcan del todo esas molestias. Aunque estoy convencido de que llegarás a todo para disfrutar de todo. Así da gusto, repito.
También encomiable la iniciativa de Ecosport (aunque ya se que llevan unos años con el circuito). Avila desde luego necesita gente así e iniciativas así. Fantástico.
Encantado de haberte visto el domingo. Un saludo.
Me alegra saber que la prueba cumplió con las expectativas creadas, y que te lo pasaste bien, que al fin y al cabo era de lo que se trataba:P
Ya vi en las fotos a dos de nuestros compañeros del Nunca, jsjsjs.
Un abrazo!
"Fui a pasarlo bien, a hacer la primera de lo que debiera ser una larga serie de tiradas extra largas de cara al GTP y a recuperar un mínimo de forma, y es lo que conseguí", pues no hay más que decir Carlos, enhorabuena entonces.
¡Qué decir cuando uno lee tanta bobá junta y con tan buen sentido escrita! Chicos y chicas, fue un placer ver como respondíais a la insensata llamada de los organizadores y que me confirma que sois bastante más que unos tipos con los que nos cruzamos en carreras. Sois una buena troupe de amigos.
Estoy hablando con el alcalde para que dinamiten la parte alta del pueblo. A ver si en 2011...
Fdo El (Ir)Responsable de parte del lío.
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