jueves, 22 de octubre de 2009

Castro de la Mesa de Miranda.

Aunque la visita de hoy al Castro de la Mesa de Miranda no puede considerarse una salida de montaña, pues mi esposa y yo apenas hemos salvado desniveles y en total no habremos andado más de tres o cuatro kilómetros con el fin de estar de vuelta temprano, sí se podrían añadir otros cinco o seis desde el pueblo de Chamartín, con lo que quedaría un recorrido apañado para pasar toda una mañana, apto para todos los públicos, muy bonito al discurrir prácticamente todo por un hermosísimo encinar, y con un componente cultural muy alto.

El Castro de la Mesa de Miranda se encuentra en el término municipal de Chamartín, a unos veinticinco kilómetros de Avila, por la AV-110, ¡ojo, no confundir con la N-110 cercana y casi paralela!. Aquí tenéis un enlace al plano de situación de Chamartín, con el acceso desde Avila, y aquí el plano de la zona.

En el antiguo edificio de las escuelas existe un aula de interpretación arqueológica abierta todos los fines de semana y laborables para grupos previa cita por si queremos obtener más información.

Desde el pueblo tenemos la opción de ir por el camino que sale justo al lado del cementerio, (ojo si ha llovido, pues es estrecho y resbaladizo y podemos tener un disgusto), o por el sendero que sale algo a la izquierda de este, más adecuado para senderismo pues cruza un precioso encinar. En cualquier caso tras poco más de dos kilómetros llegaremos a la puerta del Castro.

Justo por encima de la explanada de la entrada al Castro, a unos doscientos metros trepando por el cerro en dirección sur, podemos ver un pequeño mirador al que es aconsejable subir para hacernos una idea del enclave, estratégicamente situado justo entre los ríos Matapeces y Rihondo, cuyas gargantas le sirven de protección en las direcciones Norte, Este y Oeste.

El Castro estuvo habitado entre los Siglos V y II o I a.c. y se organiza en tres recintos, que se fueron añadiendo sucesivamente al primero, que es el situado más al Norte, y están separados por sendas murallas. Extramuros encontraremos una necrópolis conocida como Necrópolis de la Osera, (enlace de la web Territorio Vetton).

OLYMPUS DIGITAL CAMERA Aunque en la foto no se aprecia con detalle debido a la vegetación, a la derecha podemos ver la puerta de acceso al Castro. Algo más a la izquierda el denominado Cuerpo de Guardia, casi en el centro un impresionante torreón de doble parámetro y ya casi en la izquierda las murallas que dan acceso al primer recinto.

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Una vez dentro, de frente y a nuestra izquierda, antes de entrar en el Castro propiamente dicho, veremos la necrópolis.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA Durante los años treinta y cuarenta se excavaron en ella más de dos mil tumbas de incineración. Presuntamente estaba organizada por clanes, y cada uno de ellos tenía marcada su zona con una piedra hincada como la que se ve en la foto. Como curiosidad, en uno de los paneles informativos que nos encontraremos por el recorrido, parece ser que la disposición de esas piedras hincadas coincide con la de la constelación de Ganímedes en aquella época…

Si nos dirigimos hacia el Castro lo primero que nos encontramos es el denominado Cuerpo de Guardia, una estancia de la que se supone que pudo ser esa su función, situado como está, anejo a la puerta sur del Castro:

OLYMPUS DIGITAL CAMERA Los sillares de la muralla de este tercer recinto, (el de más reciente construcción), son, como podéis ver, ciclópeos:

OLYMPUS DIGITAL CAMERA OLYMPUS DIGITAL CAMERA OLYMPUS DIGITAL CAMERA Por detrás de esta construcción podremos ver unos túmulos funerarios.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAVolvemos a la puerta y unas decenas de metros más adelante nos encontramos con un imponente torreón, perteneciente a la segunda muralla, la que separa el segundo recinto del primero, ahora casi derruido, pero en el que podemos observar perfectamente su construcción de doble parámetro, al igual que el de las murallas, y al que se puede acceder desde su parte norte y tener así una vista general de todo el Castro.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAOLYMPUS DIGITAL CAMERA Más adelante encontramos la tercera muralla, también de imponente aspecto. Esta tiene dos puertas y un foso, prácticamente relleno de derrumbes de la propia muralla y sedimentos arrastrados por el agua y el viento, aunque aún se aprecia su forma, pero antes, habrá que cruzar un campo de piedras hincadas, que le sirvió de primera línea defensiva…

OLYMPUS DIGITAL CAMERA OLYMPUS DIGITAL CAMERAOLYMPUS DIGITAL CAMERAOLYMPUS DIGITAL CAMERAOLYMPUS DIGITAL CAMERAOLYMPUS DIGITAL CAMERAOLYMPUS DIGITAL CAMERAOLYMPUS DIGITAL CAMERAFlanqueando esta muralla, por cualquiera de sus puertas, entramos en el primer recinto, el más antiguo.

Aún se trabaja en el Castro, como muestra esta excavación, dentro ya del primer recinto.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA Ignoro si el objetivo de ella es la reconstrucción de la vivienda o palacio que parece ser, pero en cualquier caso creo que eso sería deseable al igual que se ha hecho en otros castros como el de Ulaca o el de El Raso. En mi opinión estas reconstrucciones de viviendas le dan a los enclaves un toque más humano y cercano que el que ofrecen murallas y castillos, y ayudan a comprender y apreciar mejor cómo era la vida cotidiana en la época.

El primer recinto está ahora cubierto por un frondoso y joven encinar, pero aún se pueden ver por doquier restos de las antiguas viviendas, ya que es en este recinto donde se agrupó el grueso de la población.

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En los alrededores del Castro existe una covacha con una presunta pintura rupestre de la que podéis obtener más información en esta página de la web Territorio Vetton, y que junto con otros indicios parece demostrar que la zona estuvo habitada desde mucho antes de la construcción del Castro.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAOLYMPUS DIGITAL CAMERA Como ya he dicho, la visita al Castro de la Mesa de Miranda merece la pena no sólo por su componente cultural, sino también por el paisajístico. Combinada con la visita a algún otro de los castros de la provincia de Avila, como el Castro de Ulaca, el Castro de El Raso o el Castro de Las Cogotas, puede ser la excusa perfecta para un magnífico fin de semana…

Aquí os dejo el habitual álbum Picasa con alguna foto más:

7 comentarios:

Amig@mi@ dijo...

Mañana vuelvo que es muy tarde...
jaja, ¿engañaste a tu mujer o fue ella por voluntad propia?
Dale un abrazo, y otro patiiiii.

Amig@mi@ dijo...

Me encantó Carlos, ya sabes que eso de los pedruscos para mí guarda historias que revivo cuando los visito.
Es un sitio mágico, hasta aquí me llegaron las vibraciones a través de tus fotos. Me encantaría visitarlo.
¿Y dices que hay más y encima reconstruídos?
¿Están muy lejos ´para tí o habrá crónica????
Un besote y ... me encantan esas encinas entre las que yo pasé tantas horas de pequeña :)

Quique dijo...

Hola Carlos, madre mia que de piedras...buf!!

Gracias por este magnifico reportaje, queda apuntado para futuras salidas.

Un saludo
Quique

Santi Palillo dijo...

Es casi como si hubiera estado allí, vaya reportaje más estupendo Carlos.

No sabía ni que hubiera un pueblo abulense llamado Chamartín.

siempreactivo dijo...

hola Carlos: que bonito paseo por los montes de Ávila. muy amenas tus explicaciones de estas vivencias tuyas. Gracias

Rafa dijo...

Hola Carlos no había entrado mucho en tu blog, pero será cuestión de visitarlo más menudo reportaje bonito sobre el lugar y su entorno.
Un saludo
Rafa

Zerolito dijo...

Precioso relato, Carlos. ¿Por qué no pides una subvención al Patronato de Ávila o a Turismo o a Castilla-León es vida o como-sea-que-se-llame? Es imposible promocionar mejor que tú las maravillas que jalonan tu tierra.