martes, 26 de mayo de 2009

El Señor de los Maratones Alpinos. La Comunidad del Maratón Alpino.

Breve historia de las andanzas y desventuras de un par paquetillos en su asalto al MAM.

“Un Maratón Alpino para gobernarlos a todos. Un Maratón Alpino para encontrarlos, Un Maratón Alpino para atraerlos a todos y atarlos en las Tinieblas” J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos.

"Largo es el camino a Mordor-Lindo" Zerolo Bolsón, Príncipe de La Paquetería, a Barrigón Vel-Ayos, su humilde siervo.

Los paquetillos tienen una vida apacible, apenas perturbada por los sucesos que rodean el idílico paraje donde habitan: La Paquetería. Allí han morado desde hace años, dedicados a sus propios menesteres, sin importarles mucho los asuntos del mundo exterior. Los paquetillos son amantes de las cosas sencillas: la tortilla de patata, la cervecita fresca después de una carrera, la empanada de Lola y los barullitos varios. Y así transcurría su apacible existencia, ajena a los importantes cambios a su alrededor. Pero el Señor Oscuro, usando desconocidas y traidoras artes, envenenó la mente de tan bonachones seres, eligiendo entre ellos a dos, uno especialmente tan débil de carácter como ávido devorador de chuletones, haciéndoles creer que podrían estar elegidos para la gloria de ser Supervivientes de su más diabólica creación: El Maratón Alpino Madrileño.

Como a pesar de disponer de escasas fuerzas comparados con los aguerridos Príncipes Elfos del Pueblo de las Cumbres, (entre los que se cuentan Ser Giomay-Ayo, y Pedr O Wildrunn-er), los paquetillos tienen una gran presencia de ánimo, el veneno del Señor Oscuro germinó en sus sencillas mentes, haciéndoles creer capaces de domeñar a su más cruel engendro: El Maratón Alpino Madrileño.

Con un asomo de cordura, a todas luces insuficiente, los paquetillos tuvieron que hacer un par de salidas fuera de sus cómodos circuitos campestres para enfrentarse a las duras condiciones que se iban a encontrar. Esta es la historia de una de ellas, contada en primera persona por Barrigón Vel-Ayos, que se decidió a dejar testimonio escrito de sus aventuras, por lo que pudiera pasar. He aquí su crónica:

Capítulo I. La Comunidad del Maratón Alpino.

Bustarviejo es un pueblo casi escondido en la sierra, rodeado de pinares, robledales y granito. Lleva tiempo llegar a él, pero lo hago temprano y sin problemas. Allí se celebró el pasado domingo el III Memorial Fernando García Herreros, al que acudo a modo de test de cara al MAM.

Mientras espero a recoger el dorsal aparece Mayayo nuestro "padrino" en esto de las carreras de montaña, al que siempre es un placer saludar, acompañado de Andreas, su cuñado y corredor reserva del equipo Ultraoxígeno, entre cuyos objetivos se encuentra el próximo Maraton des Sables. Wild Runner, otro ultraoxigenado, nos viene a saludar en bici, ya que uno de sus tobillos tuvo a bien doblarse más de lo aconsejable hace unos días y le ha recomendado no forzarlo hoy. También conozco a Juan Carlos, un paisano dedicado en exclusiva al tema montañil y del que he tomado sin pedirlo el perfil de la carrera. Un placer conocerte. Angel aparece por sorpresa, acompañado de Angela y sus niñas. La carrera les pilla cerca de su casa en La Pinilla y ha decidido correrla. Algo después aparece Zerolito, mi sufrido compañero al que desde ayer quiero todavía un poco más.

Mayayo me hace una completa descripción del recorrido, ya que lo han entrenado unos días antes, y mientras yo sigo su dedo señalando cumbres, y él me habla de collados, cortafuegos y pedregales, yo creo hacerme una idea de lo que nos espera. Infeliz de mí.

Unas fotos en la zona de salida y cada cual a prepararse para el pistoletazo. Zerolito y yo tomamos un café nos despojamos de ropa pues el día es incluso algo caluroso y decidimos que se nos nota de lejos que somos unos pardillos en esto de las carreras de montaña. Los auténticos trepariscos tienen la mirada fiera, ropa con menos colorines que los asfalteros y un bluff o pañuelo en la cabeza. Y piernorras como columnas dóricas. Además casi todos son más jóvenes, mucho más jóvenes que nosotros… A su lado nosotros somos eso: unos viejunos pardillos. Eso sí, se respira un ambiente sutilmente distinto del que hay en otro tipo de carreras e intuyo más camaradería, quizá porque aún son pocos y se conocen todos o porque en este tipo de carreras el enemigo no es el otro corredor, sino el desnivel pavoroso de las subidas y el propio miedo a las no menos pavorosas bajadas.

Los primeros minutos ya me dejan entrever que Angel y Zerolito son una inmejorable compañía para todo, menos para correr con ellos. Su nivel, especialmente el de Angel, es superior al mío, pero un poco por propio pundonor, y un mucho porque son buena gente y se amoldan a mi paso, los primeros kilómetros los hacemos juntos. La primera subida, hacia Cabeza Arcón, preciosa, por un denso pinar y por un terreno húmedo por las recientes lluvias deja paso a una zona cómoda de correr pero que desemboca en una bajada muy técnica donde Angel tiene un par de resbalones sin consecuencias y que acaba en un vertiginoso descenso por un cortafuegos. Tan es así, que la cinta del pulsómetro se me desliza hacia abajo por el traqueteo aunque sigue con su función. En un vistazo entre dos apoyos llego a ver mis pulsaciones: iii185!!!, en ese momento las máximas de lo que llevamos de carrera. Llegamos abajo sin más novedad, y tenemos un breve respiro, pero esto no ha hecho más que comenzar. Hasta entonces, y aunque soy consciente de que he ido un punto por encima de lo aconsejable, las sensaciones han sido buenas. Insisto a mis compañeros para que sigan a su ritmo, pero como me ocurre en casa, ninguno me hace caso... No obstante Angel al final se despega, trotando tranquilamente por donde Zerolito y yo nos vemos obligados a andar. El camino se vuelve a empinar, poco a poco al principio, brutalmente más adelante, y Zerolito suelta una frase que me llenó la cabeza desde entonces, y hasta el final de la carrera, de referencias Tolkinianas: "largo es el camino a Mordor". Mordor... Mordor-Lindo... Zerolito habla con algunos corredores con los que compartimos algún trecho, pero a mí las imágenes se me acumulan en la cabeza, fruto quizá ya del cansancio acumulado: dos pequeños paquetes-hobbits desafiando al Señor Oscuro de las montañas...Sí, mi amo, la carga es pesada, amo... Llegamos a una zona en la que no se puede seguir de frente y el apenas insinuado sendero zigzaguea de izquierda a derecha. Aún así hay pasos en los que salvamos más de medio metro de desnivel y las manos en las rodillas ayudan poco. Es la subida a Cabeza de la Braña, ¿o quizá es la subida a El Sagrario?, quizá allí, arriba del todo, habiten los espíritus de los muertos que traicionaron a Isildur, Rey de Arnor y a los que Aragorn, como su legítimo heredero invocó en la batalla por Minas Tirith... "El Sendero Está Cerrado", reza en las puertas de su morada, ¿nos permitirán el paso a nosotros?.. Lo hacen, no sin un tributo en forma de sudor y dolor, pero pasamos.

El terreno que sigue es más agreste. El bosque se convierte en pradera, blanda y sin dificultades técnicas, pero la subida constante se torna en un sube y baja constante que merma las ya escasas fuerzas, exigiendo un gran conocimiento de sí mismo para saber dosificarlas. Voy muy cansado. La subida a Cabeza de la Braña me ha dejado las piernas como de chicle y las pulsaciones están disparadas. Le he insistido a Zerolito varias veces para que siga a su ritmo, pero sigue a mi lado, iqué buena escolta llevo!. Después de coronar un nuevo alto del que desconozco el nombre, aparece la cumbre del Mondalindo... Lejos, terriblemente lejos... y arriba, muy arriba... Un rosario de corredores nos marca el camino, completamente despejado. El sendero trepa, y trepa, y nunca acaba, cada vez más empinado y cuajado de piedras. Los últimos centenares de metros no puedo seguir el paso de Zerolito y me quedo algo atrás. Decido no mirar arriba y concentrarme en los pocos apoyos que tengo un par de metros por delante de mí. Mi coronar es penoso, y cuando lo hago me tomo un par de minutos para recuperar resuello. Vemos la placa conmemorativa en homenaje de Fernando García Herreros, en cuya memoria se corre esta carrera. Las vistas son espectaculares, y Zerolito me explica qué es lo que veo desde allí. Recuerdo el perfil y se que de ahí a meta hay unos kilómetros de descenso, peligroso en algunos tramos según la descripción de Mayayo, y no estoy seguro de que mis piernas respondan con seguridad. Me planto ante Zerolito y casi le empujo cuesta abajo ya que su estado es mejor que el mío y a él le viene bien practicar la técnica de los descensos rápidos, que por otra parte parece traer incorporada de serie, pues pronto se me pierde de vista. Yo bajo andando los doscientos primeros metros, y me animo a correr, aunque sin demasiadas "alegrías", cuando veo que mi corazón sorprendentemente, tiene aún algo de capacidad de recuperación.

No obstante de ahí al final decido no sufrir lo más mínimo y disfrutar, e incluso pierdo unos minutos yendo detrás de un par de corredores más lentos que yo, pero a los que es imposible adelantar pues el descenso es ahora un estrechísimo sendero, excavado en algunos tramos por el agua de lluvia, y del que no puedes salir.

En determinado momento, a unos cien metros por delante, vemos un corredor que cae de bruces. Tiene suerte y no le pasa nada, pero de haber caído algo más a su izquierda podría haber rodado unos metros barranco abajo. Un dragón comienza a volar en círculos a nuestro alrededor, como buscando intrusos a las puertas de Mordor. Aparece y desaparece, rojo, con siete estrellas blancas en su lomo y un ruido infernal al batir sus alas. Pero nuestra vista nos engaña y no es un dragón, sino Thorondor, una de las Grandes Aguilas, al rescate de un corredor que desciende penosamente ayudado por un compañero que lo lleva casi en brazos, y al que tuvo que albergar en sus entrañas levantando estruendosamente el vuelo en busca de mejor asistencia de la que nosotros podíamos prestarle.

Estamos casi a la entrada del pueblo. El camino ha perdido pendiente y es cómodo. Troto relajado y sin prisa al saber que la carrera ya es mía, veo las primeras casas y mis pies casi agradecen pisar de nuevo el duro cemento. En meta cantan mi nombre, cosa que siempre hace ilusión. Allí esperan Mayayo, Zerolito, Andreas, Angel y Angela. Mi cara debe ser todo un poema y el bueno de Zerolito me acerca agua y un bocadillo que engullo ávidamente. Cambiamos impresiones y anécdotas, poco a poco la gente se despide y nos quedamos Zerolito y yo. Nos sentamos en una terraza, comentamos la carrera, opinamos sobre nuestras posibilidades de cara al MAM, extraemos nuestras primeras conclusiones… Pero eso ya lo contaré. Por hoy ya es suficiente.

Enlaces:

Resultados, (gracias a Mayayo). Fotos de Juan Carlos Sanz. Fotos de Pietri, y track de la carrera, de Gpalacios, publicadas en este hilo del foro de ElAtleta.com.

23 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Buena cronica. Ten cuidado que esto de las carreras por montaña engancha mucho más que las de asfalto.Que recuperes bien y nos vemos en otra próxima.Saludos

Zerolito dijo...

Jajaja... me parto, GebreTolkien 8-D

Fue un placer hacer esta prueba contigo. Con pájara o sin ella hiciste casi 19km a casi 6km/h en montaña. Eso es mucho, chavalote.

Nadie apostaría por las cualidades de dos hobbits para tamaña hazaña. Pero la determinación de ambos les llevará a la misma Puerta Negra. Traviesamente golpearán en la entrada y se irán corriendo, triscando, hacia el Monte del Destino, donde culminarán la hazaña que les había sido encomendada. Y brindarán con la mejor cerveza de Bree, no lo dudes.

Porque, aunque parezca todo perdido, Arwen, la Estrella de la Tarde, tenía razón. Siempre hay esperanza ;-)

Carlos dijo...

JUAN CARLOS, no se, no se... Pocos viejunos vi yo por allí. Yo creo que a partir de determinada edad la mezcla de artrosis y sensatez hacen que nos refugiemos en carreritas cómodas. Aprovecharemos entretanto.

ZEROLITO, vengan esas pintas...

Lander dijo...

áninmo Carlos preciosa crónica como siempre....
ainsss, que no parais de darme disgustos con las montañitas, paso miedo hasta viendo las fotos y los videos a esa gente bajando por ahí como locos...

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Lo mejor, los picheles de cerveza en El Pony Pisador...

Sois grandes, medianos...

Un par de supervivientes :-)

Rafa González dijo...

Muy buena crónica, he disfrutado leyendola. Y como dicen por ahi, cuidado que la montaña engancha...
Felicidades.

Anónimo dijo...

Jua jua, qué capacidad tienes, paisano. Bueno, y qué de tiempo libre.

Saludos mientras miro de reojo una barbaridad para 2010. También montañesa.

Salú. SPJ.

mayayo dijo...

¡Bravo Carlos!

Por pelear la carrera hasta el final, soportando el peso del anillo.
Y por una crónica brillante, de lo mejor que he visto en mucho tiempo.

Ahora, descansa un poco en hobbiton y recupera fuerzas. A lo lejos ya se ven las Cabezas de Hierro...nuestro "Monte del Destino" ;-)

La Compañía del Alpino sigue adelante.

Quique dijo...

Impresionante entrada Carlos, eres un carck....mi mujer me mira pensando, de que cojones se rie este...

En ese tipo de carreras se respira otro ambiente, más que nada por la cercanía de la sierra, algún día probaré una carrera de montaña...

Nos vemos crack y suerte en el MAM!!!

Un saludo
Quique

Amig@mi@ dijo...

Carlos, te puedes creer que hasta el final del cuento, no me percaté de que hablabas de tí???
Barrigón Vel-Ayos, jaja, me partooooooo...
¡¡Tú barrigón???
De la crónica mejor no hablar, me canso sólo de imaginarmelo...
En tí se hace realidad el dicho de "sarna con gusto..."
Besos

Loken dijo...

Decididamente,dentro de ese runner lo que realmente se encuentra es un fantastico escritor;tu relato de hoy es una pasada,felicidades...
Espero con impaciencia tu cronica del MAM,y por supuesto que disfrutes a tope de esa carrera.
Un abrazo.

Jordan dijo...

Fantastica cronica Carlos y muy buena experiencia la que habeis adquirido este domingo,seguro que os viene de maravilla para el MAM,cada dias os admiro mas y valoro mas la proeza que vais a intentar.

Saludos

Saturnino dijo...

Mientras te leía me he sujetado las rodillas para ascender mejor esas cumbres; me ha encantado tu relato, enhorabuena.
El MAM lo tienes me dio chupado, con bajar con cuidado lo tienes hecho.
Un abrazo.

Carlos dijo...

JUAN CARLOS, ya veremos. Hasta ahora lo he pasado bien, pero le sigo viendo un riesgo que precisamente fue el que me apartó de la bici de montaña. Nos vemos.

ZEROLITO, claro que es mucho. Para un hobbipack como yo incluso demasiado... Y el placer fue mío campeón.

Juer, cómo ando, ahora me doy cuenta de que ya os había contestado, jejejeje...

LANDER, ni idea, créeme. Los vídeos y fotos no reflejan fielmente la realidad. Hay que estar ahí, en lo alto y preguntarse, ¿de verdad se puede bajar por ahí?...

YOKU, es lo bueno que tiene nuestra pequeña raza: es difícil acabar con nosotros. ¿Supervivientes?, ufff..., el 21J te cuento.

RAFA, aún le queda algo para engancharme, al menos como corredor.

SPANJAARD, ¿capacidad?, más que de sobra. Alguna apuesta burra de esas de "no eres capaz de comerte esa bandeja de revolconas entera", he ganado.

MAYAYO, más que pelear me concentré en sobrevivir, que no me veía yo solo por esas alturas. ¿El peso era del anillo?, ¡y yo pensando que era la tripa!, coño, para la próxima me lo quito...

QUIQUE, si es que hay cosas que mejor se hacen a solas... Explicarle esto a nuestras santas es difícil, y me atrevería a decir que poco conveniente. Si la mía ve el vídeo oficial o las fotos del descenso del Mordor-Lindo, o se entera de que a un chaval lo tuvieron que evacuar en helicóptero me esconde las zapas.

MONTSE, un respeto para mi panza guapa.

LOKEN, no te pases..., pero gracias. Yo también espero con impaciencia, (e incertidumbre), mi crónica del MAM.

JORDAN, de maravilla, sí. Para reflexionar y jartarme a reír cada vez que pienso en la majadería que estoy intentando.

SATURNINO, ¿medio chupado?, parte del recorrido del domingo quedó así, tales eran mi estado de fatiga, lengua fuera cual perrillo agotado y el desnivel de algunas zonas. Que se me llenó la lengua de tomillo oye...

Muchas y sinceras gracias a tod@s.

Anónimo dijo...

je, je, je, je.

Que buena crónica Carlos, creo que es la mejor que te he leido, que yo sea un forofo de las peripecias de Bilbo Bolson con Smaug, desde hace mas de 30 años no ha influido.

darth

mayayo dijo...

Ojo, Carlos: Si la edad media de los maratonianos es de 40 años, la de los corremontes va incluso mas allá. (El campeonato de Madrid no era representativo, mucho jovencito)

Verás que la Comunidad del Alpino venera a "San Marco Olmo", que alcanzó la iluminación como vencedor del UTMB y dragones similares a la venerable edad de 60 años. No es broma, Marco acaba de hacer podio en los 250km del Desierto Namibio esta semana.
(Y porque corría nuestro Salvador Calvo, que sino igual hace 1ª)

Moraleja: Un corremontes cuarentón va sobrado. Hasta cumplir los 59 en el monte no das todo lo que llevas dentro. Palabra de "San Marco" :-)

Carlos dijo...

DARTH, ando leyendo un .pdf de preguntas y respuestas sobre la cosmogonía de Tolkien, que... Bueno, mejor te lo mando...

MAYAYO, pero si lo que yo busco son excusas... Gracias por los ánimos Elfo de las Cumbres.

WILD, pues no, no me la puedo imaginar, porque mi expresión se tornó en mueca al primer cuestorro... Gracias por estar por allí dando ánimos.

Anónimo dijo...

Jodo petaca Carlos, no tengo mucha idea del señor de los paquetillos pero la descripción de la carrera es suficiente para animarme seguir en la más absoluta inopia montañera.

Dios, tengo agujetas en las piernas solo de leer tantas calamidades físicas.

¡Ah! y enhorabuena.

German Alonso dijo...

¡Genial! Me lo he pasado en grande leyendo vuestras aventuras correriles. Con mi piedra de Palantir os puedo ver ya en la ladera del Monte del Destino. Ahora sólo queda echarle cojones porque el camino está hecho. ¿Podrás librarte del peso del MAM cuando llegue el momento?... ¡No me hagas como Frodo porque tendríamos que moderte un dedo!, jajaja. Enhorabuena y suerte en ese maratón alpino.

Syl dijo...

Mira el tío barrigón como subetea y bajatea montañas!!!...qué de risas!!!. Buenísima crónica, para variar.
Enhorabuena, Carlitos...el MAM ya te está entrando en vena a paso ligero, que noto lo mucho que has disfrutado de la montaña esta vez.

Besitos, campeón.

Ps: la montaña es un vicio. Déjate enganchar.

Carlos dijo...

SANTI, mis agujetas, hoy jueves, aún duran. Bendita inopia y maldito el día en que le dije a Zerolito: venga, va...

GERMAN, igual el 21J un dedo es un precio negociable a cambio de acabar...

SYL, ¿disfrutar?, en qué parte de la entrada he dado esa sensación... El MAM en vena. Eso es cierto, y por eso estoy tan malito, ayyysss...

Alfonso dijo...

¡Enhorabuena! Menuda carrera. Me ha sorprendido lo de las máximas pulsaciones cuando ibas en caída libre, debe ser una sensación próxima al vértigo. Y deja ya de hacer esta clase de crónicas o el Señor Oscuro nos va a envenenar a todos.

anita (la gurisa) dijo...

jaja, que hermosa crónica!

y esta parte: "porque en este tipo de carreras el enemigo no es el otro corredor, sino el desnivel pavoroso de las subidas y el propio miedo a las no menos pavorosas bajadas es tal cual!

felicitaciones por tu hermosa carrera!