lunes, 22 de septiembre de 2008

Ni hecho a posta

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Llevo desde ayer dándole vueltas a cómo titular esta entrada. Se me ocurrían varias, como "Crisol de Sensaciones", quizá demasiado ampulosa aunque ciertamente muy apropiada, "En las Fauces del Dragón", en referencia al paso de Claveles que tantas ganas tenía de conocer, o mi preferida, "Las Tribulaciones de Seis Paquetillos en la Montaña", que sintetizaba en pocas palabras la mañana de ayer.

Mis dudas las generaba el hecho de que había pasado una mañana tremendamente intensa en lo deportivo y en lo humano. Había almacenado todo un cúmulo de nuevas sensaciones que habían calado en mí después de subir a y bajar de, los más de dos mil cuatrocientos metros de Peñalara, dejando un poso, una ventana abierta a una nueva visión de este deporte. Tengo mucho que contar, he obtenido un buen número de conclusiones de cara a un futuro, he pasado por nuevas y excitantes experiencias, he fijado imágenes en mi retina que hasta ahora sólo eran nombres evocadores: Collado de Cítores, dos Hermanas, Paso de Claveles, Laguna de los Pájaros... He disfrutado tanto, pensaba ayer tarde, que ni hecho a posta... Pues eso, ya tienes título.

El día amanece prometedor. Aunque al salir de Avila aún era casi de noche, esta era clara y la temperatura agradable, y aunque sé que casi con toda seguridad lloverá a lo largo de la mañana, las condiciones climáticas no nos impedirán disfrutar de nuestro debut en carreras de montaña, pues así nos planteábamos la salida de ayer Zerolito y yo: como debut en nuestra nueva y flamante versión de corredores trotamontes, frustrado nuestro intento de hacerlo en el Cross del Yelmo. Y a fe que me doy por satisfecho, pues no se si hubiera disfrutado y aprendido tanto en el Cross.

Después de una hora y veinte de viaje en el que pensé que salía de la civilización, como en esas películas americanas de serie B en la que el prota se pierde en una carretera solitaria alejada del mundo, llego a la Venta Marcelino. Zerolito, Carlos Darth Vader, Jorge Pardillete, y un plato de churros, (qué buena pinta, oiga), esperan... Al poco llegan Nacho Silvestre y Lander. Ya estamos todos.

Para qué mentir, me siento, (y creo que mis amigos también), un poco "novato". Vemos bastante gente que prepara sus ascensiones, muchos de ellos militares, pero todos, o al menos así me parece, avezados montañeros, rostros curtidos por el sol y el viento, bien equipados y aspecto seguro. A su lado media docena de pardillos decidiendo si subir con manga corta o larga, si llevar o no chubasquero... Optamos por la prudencia, ya que nos habíamos conjurado previamente de que era esta la que iba a presidir nuestras acciones y decisiones esa mañana y nos echamos encima todo lo que tenemos. Bien hecho.

Zerolito, como líder espiritual de la expedición para en el kiosco de información a preguntar sobre nuestra ruta. Oigo a la joven que le atiende decirle que no tenemos pérdida..., no nos conoce bien... Por alguna extraña razón se me dice que me ponga en cabeza y abra la marcha, bien, pues allá vamos...

-¡Carlos, por ahí no, por el otro sitio!

Y con esa hábil maniobra, disfrazada de despiste por mi parte, me pongo de nuevo en mi sitio: en cola de pelotón.

El trote dura unos pocos cientos de metros. Pronto ascendemos en fila por un bello pero estrechísimo sendero a través de un denso pinar, casi impracticable y con un desnivel muy acusado que impide la carrera. Como dato, que al paso al que ascendíamos andando mis pulsaciones eran las de un rodaje normal. Era absurdo intentar correr allí. Pronto la lluvia deja de ser una amenaza, y después de admirar un hermoso arco iris comienza a llover. Personalmente la lluvia no me molesta en absoluto. Al contrario. Siempre he dicho que la lluvia me resulta estimulante y vivificante. Hace aparecer colores vibrantes y saturados y si el paisaje por el que nos movemos ya es de por sí hermoso la lluvia lo magnifica.

Es en este tramo donde Lander, Zerolito y yo nos damos cuenta de nuestro único error de planificación: llevamos patalones cortos y los arbustos nos arañan las piernas. Suerte que sólo es en este tramo, si no, hubieran acabado en carne viva.

Después de zigzaguear y ascender llegamos al Collado de Cítores. Allí, como buenos paquetes que somos, nos perdemos. Vale, realmente no estamos perdidos: vemos la Bola del Mundo, Siete Picos y no sé cuantos accidentes geográficos más... Realmente lo que no sabemos es para donde seguir, ¿izquierda?, ¿derecha?. Pues izquierda, siguiendo los mojones, "Carlos, tú siempre sigue los mojones...", lo que nos lleva a un alto desde el que presuntamente divisamos San Rafael, los Pinares de Valsaín... Lo que es seguro es que es la vertiente Segoviana de la Sierra. Hay una construcción derruída donde aprovechamos para hacernos una foto con el móvil de Darth, (¡cuantas veces eché de menos haberle cogido prestada la cámara a mi esposa!), y volvemos sobre nuestros pasos, siguiendo los mojones.

-¿Veis los mojones?, hay que seguir los mojones. Peñalara está por allí, siguiendo los mojones...

Nota mental. Seguir los mojones impedirá que te pierdas..., aunque te lleven en dirección contraria a la que deseas...

El caso es que lo estamos pasando bien. Todos, excepto Jorge, que está un punto, o dos, por encima de nosotros, tenemos un nivel parecido, y lo mejor, nos entendemos bien. Para mí ha sido un verdadero placer y una suerte haber conocido gente como ellos. Divertida, sensata, poco dada a piques y mucho al goce del trotar por trotar..., que en definitiva entiende esto de una forma tan parecida a la mía. Los comentarios, graciejas y chascarrillos son constantes y hace que disfrute aún más el momento.

Campo a través, por un sendero apenas insinuado, seguimos ganando altura, aunque la pendiente es menor. Ha dejado de llover y el terreno se ha abierto mucho. Estamos a más de dos mil metros y ni la más dura conífera se atreve a crecer allí. A lo lejos vemos un sendero, (me resisto a llamarlo camino), más ancho y mejor marcado, y hacia él nos dirigimos con la seguridad de que esta vez sí, vamos en la buena dirección. Aún así, cuando nos cruzamos con algún excursionista les preguntamos si vamos bien para Peñalara. Estoy seguro de que la pregunta y nuestro aspecto arrancó más de una sonrisa...

Allí está. Aquello del fondo es el alto de Peñalara. El tiempo vuelve a empeorar. La temperatura ha bajado bastante y el viento sopla con fuerza. Lo peor es que una tenue neblina empieza a cubrirlo todo... Durante un segundo de duda nos planteamos qué hacer a continuación, pero visto que la vuelta parece bien marcada y estamos a un paso de nuestro primer objetivo decidimos llegar a él y analizar allí de nuevo la situación.

Sin mayores incidencias llegamos al alto de Peñalara, momento de la foto que encabeza la entrada, gentileza de Darth Vader que encima no sale en ella. Lo siento amigo, eras tú o yo... El tiempo parece que se ha aclarado algo y decidimos seguir adelante con lo previsto. Y lo que viene a continuación es el paso de Claveles: el monstruo, el dragón dormido por cuyas fauces hay que transitar sin que este se despierte...

Pero releyendo lo escrito, veo que, o hago una entrada insufriblemente larga o le dedico a Claveles menos tiempo del que quisiera. Claveles era mi particular fantasma, el objetivo principal de la salida de ayer, la parte más dura de ese excitante proyecto que es el MAM 2009. Su paso, con el piso húmedo y viento, fue un chorreo increíble de adrenalina. Y se merece que le dedique el tiempo necesario...

Mañana, más...

15 comentarios:

Syl dijo...

Qué bonito estrene montañero Carlitos!!!...sabes lo muchísimo que me alegro por ti (y por los demás, por supuesto)...
Se lee lo mucho que lo disfrutaste y sentiste...con lluvia, frío y niebla...daba igual...simplemente porque ibas feliz.

A la espera quedo para que cuentes con detalle esa sensación adrenalínica por tu fantasma conquistado.

Besitos.

Ps: a la otra, castigao si olvidas la cámara. HE DICHO!!

Anónimo dijo...

Clavelitos, Clavelitos, paquetillos de mi corazón...

O sea, que desde el collado fuisteis a Peña Citores, en vez de torcer a Dos Hermanas...

También se puede hacer, así que no os perdísteis.

Enhorabuena, panda... qué envidia!

Anónimo dijo...

"Sin mayores incidencias llegamos al alto de Peñalara, momento de la foto que encabeza la entrada, gentileza de Darth Vader que encima no sale en ella. Lo siento amigo, eras tú o yo... "

No seas chorra, es tu blog, faltaría. ;-)

Soy yo quien os da las gracias a tí y a Zerolito por esta magnífica idea, por cierto ya me he apuntado al de la Pedriza :-)


Darth

Anónimo dijo...

Sabes?
Creo que es la primera vez en la vida que me he sentido agusto haciendo deporte...
Has logrado lo impensabel.
Besos

Carlos dijo...

SYLVIE, gracias guapa, tengo apuntada también una MIM contigo siempre que te parezca bien.

WILD, por ser la primera vez tendremos que darle un poco de emoción... Sí repetiremos, sí...

YOKU, me gustaría darte la razón, pero creo que no, que nos perdimos, (o desorientamos), puesto que tuvimos que desandar lo andado...

DARTH, me acabas de dar la alegría de un día que no ha traído muchas...

MONTSE, muchas gracias guapa, pero por respeto tengo que relativizar: era importante para nosotros, que somos unos paquetillos, pero hay gente como Wild que se merienda esas rutas en la mitad de tiempo que nosotros.

Gracias a tod@s. ;-)

mayayo dijo...

bravo por ese debut, carlos.
Como abulense de hoy, y aficionado a las leyendas de tu tierra...sabías que el Peñalara era la montaña sagrada de la tribu celtíbera de los Arévacos?

Una estirpe indomable, señores de las mesetas castellanas y famosos como indomables guerreros. Ya habrás adivinado cual fue su ciudad-icono: Numancia, claro.

Podría ser que algo de sangre arévaca fluya aún por Avila? :-DD

Y cuenta, cuenta, que yo adoro esa cresta clavelera desde que la conocí. Que no daría por poder "descubrirla" de nuevo, como tu has hecho este Domingo!

Carlos dijo...

Gracias Mayayo. No lo sabía, pero buscaré información.

Wild. Paquete, paquete, créeme, pero gracias. ;-)

Zerolito dijo...

Cuanto me alegro de haber compartido este anhelo contigo, Carlos, y con los demás paquetillos. Ha sido un pasote.

Y decirte que no nos perdimos. Nos desorientamos ya que, como dice Yoku, yo creía que el final del sendero nos llevaría a Dos Hermanas y no a rodear Peñalara "por detrás" como hicimos. Pero bueno, tuvo su puntito paquetil, ¿no? ;-)

Ay La Pedriza ...a ver si puede ser...

Peques Silvestre dijo...

¡¡Que bueno!! pero sigue contando que uno tiene ganicas de que narres tu gran experiencia en Claveles.

Como ya he dicho donde el correpoco liante me habeis obligado a pensarme lo del MAN, pero antes debo ver como evoluciona la temporada.

Un abrazote esperando con ansias continuar leyendo. ;-)

Santi Palillo dijo...

¿Qué estará ocurriendo en la blogosfera que por donde voy solo veo montañas y más montañas?.

Ahora leeré más despacito todo para ver si me animo (si la cosa no es muy difícil) y me decido también a correr por los montes ala vuelta del maratón, si a tanta gente os gusta algo deben tener además de cuestas y más cuestas, ¿no? ;-)

anita (la gurisa) dijo...

hermoso hermoso hermoso!

quiero mas! (como los pekes)

que lindo lo que contás, espero el segundo capitulo...

(santi: la montaña llama)

Anónimo dijo...

...please where can I buy a unicorn?

Anónimo dijo...

Did you downloaded Wikileaks docs? Give me link plz
By the way, anybody home?!

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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