Valladolid 2.0

Valladolid era, y seguramente sea durante muchos años, una carrera que no me perderé: bien organizada, poco masificada, llana, con una excelente bolsa del corredor, (muy superior en valor a la inscripción), con un recorrido bonito que incluye el espectacular final en la Plaza Mayor... Por sus fechas generalmente se corre con buena temperatura y con bastante más animación que otras que he corrido. Ofrece muchas atenciones en meta: muy buen avituallamiento líquido y sólido, masajes, duchas...

A pesar de ello pocas veces, quizá ninguna, me he presentado en la salida de una carrera con tan pocas expectativas y tan pocas ganas.

Mucho atrás quedó la conjura con mi primo Jesús, a primeros de año, para intentar bajar a 1h 45' en esta carrera, un poco al estilo de aquellas juveniles promesas a principio de curso, siempre incumplidas, de estudiar, "este año sí".

Después del empacho del pasado MAPOMA me tomé los entrenamientos con muchísima calma como para afrontar ese objetivo, que pasó al más modesto de revalidar la marca de la Media Maratón de Madrid y hacer 1h 50'. Incluso esto se reveló demasiado ambicioso con el paso de las semanas de calma, de rodajes suaves y de remolonear en la cama.

Al menos había un buen plan: mi amigo Lander había reservado restaurante y la idea era comer un buen cordero en Pucela en mejor compañía. (Este tipo de cosas cada vez se van convirtiendo en más y más importantes a la hora de confeccionar mi calendario, y así me va...)

Pues incluso eso falló. Debido a la enfermedad de su padre, felizmente ya superada, Lander se cayó de la partida, así que Valladolid se quedaba en tierra de nadie: sin ser objetivo por si mismo, ni test aprovechable para Donosti, ni tan siquiera con una buena comilona que lo hiciera olvidar todo. A mayores, llegaba sin entrenar lo suficiente como para hacer un papel "digno"..., y sin dormir, porque llevo dos semanas sin apenas pegar ojo.

Con estos antecedentes a las seis de la mañana estaba bajo la ducha maldiciendo la hora en que me apunté a esta media. Durante el viaje, niebla, que al menos nos ha procurado cerca del amanecer, algunas imágenes de postal.

Afortunadamente hemos llegado con tiempo de sobra, aparcando en las inmediaciones de la Plaza Mayor, donde hemos recogido el dorsal y nos hemos tomado un buen cafelito para despejarnos.

Pese a los augurios, Valladolid se ha comportado. La temperatura ha sido buena, 14º en salida, subiendo a unos 20º al acabar la carrera, y un cielo encapotado que ha perdurado hasta el final de la misma, lo cual se ha agradecido. En resumen: un buen día para correr.

El ritmo acordado con mi primo era de unos 5'30'' por kilómetro. Yo no estaba por la labor de castigarme mucho más y él tiene problemas en una rodilla. Una hora cincuenta y cinco minutos, nos decimos, y con esa intención hemos salido.

La carrera en sí no tiene más historia salvo por la posibilidad real de asfixia por ahogamiento que he padecido al atragantarme con el agua en un avituallamiento, (por ansioso), por comprobar, una vez más, que somos los más paquetes de nuestro club, (hemos sido los últimos de la nutrida presencia de corredores del Ecosport Avila), pero felizmente también porque me he encontrado mucho mejor de lo que pensaba, falto de kilómetros, sí, pero con las pulsaciones bastante contenidas y sin apenas molestias musculares. Al final 1h 54'04'' reales, 1h 54'53'' oficiales según la organización que me dejan de lo más satisfecho vistos los antecedentes. Valladolid, te debo una por dudar de tí.