miércoles, 4 de abril de 2007

Un rodaje de recuperación


Ayer salí a hacer un rodajito muy suave, para ir soltando músculos después de la Media Maratón de Madrid. Las sensaciones son horribles: aparte de las agujetas, que la verdad es que molestaron sólo los primeros km., me duele el tendón de aquiles derecho. Llevo unas semanas con esa molestia, que no va a más, pero que no acaba de curarse. Aparte de eso lo peor es que me noto machacado del domingo. Más de lo que pensaba después de lo bien que se me dió la media.

En estas que al menos tengo suerte y hace un día estupendo para correr. Pongo la marcheta a trotlander y los km. me van saliendo a 6'10'' o 6'15'', un ritmo bueno para recuperar.

Al encontrarme algo mejor decido ir algo más lejos y hacer mi circuito de 11km. Craso error. A la vuelta, a varios km. de casa me encuentro con Paco.

Paco es un amiguete del club que tiene en mente, (y en las piernas), darle un buen mordisco a su marca del pasado MAPOMA: 3h30'. Es un tipo afable, de los que cae bien a todo el mundo, de esos con los que puedes hablar, pero que corre un huevo. Me saluda de lejos y veo que se cruza para encontrarse conmigo. Se me encienden todas las alarmas. Paco puede fundirme en diez minutos a su ritmo normal de rodaje con las pésimas sensaciones que tengo hoy y en veinte si me encuentro inspirado.

-¡Coño Paco!, ¿limpiando el organismo después de lo del domingo? -Paco estuvo también en Madrid-

-No, me he recuperado bien y estoy haciendo unas series...

(Ufff..., menos mal, le he pillado en una recuperación. Sólo es cuestión de aguantar un minutito con él y enseguida me pierde...).

-... pero ya he terminado. Te he visto subir antes y he venido a buscarte...

Trago saliva. Lo que era un rodaje regenerativo se va a convertir, al menos hasta que reviente, en un rodaje a ritmo de umbral. Intento recurrir a todos los trucos que un buen paquete que se precie tiene en el bolsillo para que su partenaire no se de cuenta de que lo mal que va, porque uno será paquete, pero tiene su orgullo, e intenta no mostrar sus muchas debilidades:

-¿Qué tal Encarna? -Encarna es la esposa de Paco, y corrió parte de la Media- (¡Bien Carlos, así se hace: preguntas cortas, aprovechando una espiración para no gastar aire y dándole cancha al contertulio para que se explaye abriéndole un tema del que tenga mucho que contar, y mientras tú respiras...!)

-Bien... -y Paco cuenta, habla durante un minuto, sin jadear el mamonazo de él, mientras yo procuro abrir disimuladamente la boca lo más que puedo, para hacer el mínimo ruido posible mientras aspiro angustiado hasta la última bocanada de aire que puedo empujar hacia mis pulmones.

Unos metros más adelante nos cruzamos con gente: pasas tú, paso yo... un par de segundillos de dudas inducidas, un par de segundos en los que puedo respirar algo en un vano intento de recuperar el pulso.

Me toca hablar, uno es paquete, pero educado. Estás corriendo con un amigo y hay que darle conversación.

-Le estáis dando caña, ¿no...? -la falta de aire y de riego cerebral no dan para más...-

-Sí, me encontré muy bien en la Media, no tengo molestias. ¡Y la semana anterior hicimos 30 km. a ritmo de maratón de los que me recuperé perfectamente! -joer, (pienso, porque no es cuestión de hablar más de lo imprescindible), eso es a menos de 5' por km., ¡qué bestias!-

Por las referencias que tengo en el bosquecillo donde estamos, bajamos a 5' pelaos, a veces más rápido, por un terreno irregular. En circunstancias normales para mí eso es casi un ritmo de serie larga. Dos días después de una media que me ha dejado más secuelas de las esperadas, es un suplicio.

Tengo la suerte de que nos cruzamos con otro compañero de club. Con la bajada de ritmo, en ese acuerdo tácito de no parar bajo ningún cocepto que tenemos los corredores cuando nos cruzamos con algún conocido, nos preguntamos lo típico:

-¡Ehhh...!

-¡Venga...!

-¿Qué tal?

-Bien, ¿y vosotros...?

Ya sabéis, lo justito, porque uno estará simplemente rodando, pero su entrenamiento es lo más importante y no va a parar por nada. Los corredores tenemos esas cosas tan absurdas.

Total, que al menos esos segundillos de bajón de ritmo me permiten coger un segundo aire, y encarar el último tramo de mi peculiar calvario.

-Pues me bajaba hasta la entrada del Soto, que tengo allí el coche... -Una buena noticia al fin. Me había hecho a la idea de que íbamos a ir juntos casi hasta mi domicilio, km. y medio más allá, pero sólo nos quedan 500 m...-

-...Pero si eso me bajo un poco más contigo y ya me doy la vuelta después...

¡Joder!

P.D. Paco, si lees esto, de verdad que te aprecio, pero lo nuestro es imposible...

2 comentarios:

Zerolito dijo...

Jajajajajaja!!!! me identifico totalmente contigo. Qué duro es ser tan paquete...

Merak dijo...

lo mismo tienes que descansar un poco más...