Foto previa, tomada del Facebook de Pako Izga (con su hijo Unai en brazos) Gracias amigo.
Segunda vez que me acerco a Bustarviejo a correr el Memorial Fernando García Herreros, uno de los grandes de las carreras de montaña fallecido en accidente laboral (era bombero) en dos mil seis y en cuya memoria el Club de Montaña Mondalindo organiza, por quinta vez ya, una preciosa carrera por esos senderos que Fernando tanto recorrió.
Según la cosmogonía de los antiguos griegos, cuatro eran los elementos que facilitaban la comprensión del universo: fuego, aire, agua, y tierra. De todos disfrutamos ayer en Bustarviejo…
El día es luminoso y cálido. Se esperan tormentas para mediodía, pero a las ocho y cuarto, según bajo del coche aparcado a escasos veinte metros de la línea de Salida/Meta (ventajas del madrugón) ya siento calor. El cielo está limpio y brillante. Minutos antes me daba por pensar en que he cometido una de esas paquetadas a las que no encuentras explicación y es que las dudas sobre qué meter en la mochila al no tener claro qué indumentaria llevar durante la carrera, si para frío/agua o para calor/sudadadelasgordas, han conseguido que al final no vaya preparado para nada: no llevo ropa de abrigo (guantes, gorro, buff…), ni chubasquero, ni protección solar, gafas de sol, ni gorra... O sea, salga como salga el día me he equivocado, y tendré que correr, nunca mejor dicho “con lo puesto”, esto es, la camiseta de manga corta y la malla del Tierra Trágame. A rezar porque sea suficiente…
He quedado con unos cuantos amiguetes del foro de ElAtleta.com, habituales y queridos compañeros de correrías, con los que tomo el acostumbrado segundo desayuno. Angelitos de la guarda… Jorge me deja crema solar y Paloma me regala una gorra. Vale, la cosa no empieza mal...
La salida de la carrera es rapidísima. Existe, allá por el kilómetro uno, un embudo en el que sí o sí hay que pasar en fila de a uno. Al salir TODOS ciscados, TODOS perdemos allí el mismo tiempo que si TODOS saliéramos más lentos, peeero…
Perfil de la carrera, tomado de la web oficial de la misma.
En la subida a Cabeza Arcón el Fuego ya se hace notar. Sudamos copiosamente (los viejos lobos esteparios aún más) y decido intentar hidratarme bien desde el primer avituallamiento, en el que sin atisbo aún de sed ya tomo un par de vasos de agua y otro de isotónico. Por supuesto, aunque Jorge no me ha racionado la crema solar, me he dado en la cara pero no en el cuello, que hoy tengo rojo escarlata…
Esta subida no es excesivamente dura, especialmente porque te pilla aún con las fuerzas intactas, pero acaba en una pavorosa bajada por un cortafuegos infernal, con terreno muy suelto, piedras húmedas que resbalan como el hielo y que están ocultas a veces por una pequeña y traicionera capa de tierra o de aguja de pino. Como curiosidad, y para daros una idea de lo duro de la bajada, al igual que en dos mil nueve el pico de pulsaciones DE TODA LA CARRERA lo tengo ahí: ¡ciento ochenta y cinco! He ahí la prueba…
Gráfica de pulsaciones y perfil del recorrido según mi Polar.
Hasta aquí he ido con Nacho, pero en el inicio de la subida al Pico la Braña me voy por delante.
Mis sensaciones no son nada buenas. He pasado una muy mala semana, con mi padre, mi esposa y mi hija con antibióticos, y aunque no ha brotado, algo tengo dentro que me impide emplearme a fondo. Me faltan las fuerzas, y las pulsaciones, aunque estables, son altas. Me imagino como un coche que usa combustible de un octanaje inferior al aconsejado. Muscularmente no tengo ningún problema (nada que ver con la agonía de dos mil nueve en ese mismo estrecho y serpenteante sendero) pero hoy no voy. Y lo peor: me doy cuenta de que o mido bien o la conjunción de sofocante calor y pocas reservas pueden hacer que el pajarón sea monumental. En este tramo engancho con Pako Izga, autor de la foto del encabezado de esta entrada, con el que ya hasta el final iré compartiendo kilómetros con alguna que otra “goma” en función de las miserias de cada uno.
El Aire, bendito aire, comienza a soplar al coronar el Pico de la Braña a la par que el cielo, bruscamente, se encapota. En lontananza se escucha el estampido de un rayo, aún lejano, pero amenazador… El terreno es más favorable y troto siempre que puedo… Queda una última subida, dura pero corta, hacia el Pico del Mondalindo, por donde veo zigzaguear un reguero de corredores que componen una bella postal, recortados con sus ropas de brillantes colores sobre el verde del monte y el gris del cielo… del que empieza a caer Agua ¡Como agradezco entonces esa gorra gentileza de Paloma! Especialmente cuando los gruesos goterones se convierten en granizo que golpetea mi empapada testa.
Llegando al Pico del Mondalindo tengo una de las imágenes del día, quizá el recuerdo más perdurable en un futuro: paralelamente a la carrera “oficial” se celebra la 2ª Prueba Puntuable FEDC ONCE del Circuito Nacional de Carreras por Montaña para Ciegos. Su salida es una hora antes que la nuestra y el recorrido, salvo una pequeña variación al principio, prácticamente el mismo incluidos los pasos técnicamente más complicados, que hoy además están en peores condiciones debido al agua. La mecánica es la siguiente, en una pértiga de unos tres metros se sujetan con una mano tres personas: un guía y dos invidentes. Estos generalmente se acompañan de un bastón en la otra mano. Es IMPRESIONANTE ver como en tramos realmente complicados con las escasas pero precisas instrucciones del guía los invidentes hacen un verdadero derroche de propiocepción y son capaces de traccionar y no resbalar en lugares donde a otros nos cuesta mantener el equilibro. Esta primera pértiga está compuesta de un guía, un invidente y un joven discapacitado psíquico. Han hecho una pequeña parada y al pasar a su lado, evidentemente les animo. Con una sonrisa de oreja a oreja y un gesto de genuina felicidad el joven discapacitado me tiende una mano que estrecho afectuosamente. Es tan clara su mirada, tan sincera su expresión de apoyo y camaradería, tan agradecida y llena de orgullo por estar allí, que me emocionó…
Corono el Mondalindo y no está la cosa para demorarse mucho. Tengo miedo, lo reconozco, de que se desate la tormenta y me pille allí arriba. Si no has sentido el estampido de un trueno en el campo, a pocos metros de ti, no me entenderás… Para hacer más bucólica la bajada, y para rentabilizar la inscripción y no privarnos de nada, del valle sube un espeso banco de niebla que afortunadamente dejamos atrás en unos pocos cientos de metros, pero que de asentarse hubiera ocasionado más de una pérdida pues hubo momentos en que costaba encontrar las balizas que marcaban el circuito.
La bajada, como sospechábamos, está infernal. La Tierra está empapada, las rocas resbaladizas (raro fue el que no tuvo más de un resbalón) y hay mucha piedra suelta. Pierdo algunos minutos adelantando varias pértigas de invidentes, ya que el sendero es tan estrecho, la pendiente por la que discurre tan pronunciada (y ciertamente tengo tan poca prisa) que es casi imposible hacerlo.
En los últimos kilómetros, de forma brusca, vuelve a salir el sol, alzando vaharadas de sofocante humedad del suelo saturado de agua. Siento algo de dificultad para respirar, pero en nada estoy en el pueblo, donde me espera uno de los mejores avituallamientos en meta que conozco. Y si algo faltó (que no fue así), ya nos encargamos los amiguetes y yo de comprarlo en un bar…
Eso sí, como segunda paquetada del día, que me fui a cambiar al coche, como dije antes, a menos de veinte metros de meta justo cuando comenzaba el sorteo de regalos, y mientras intentaba entre las puertas abiertas que los vecinos no vieran el triste espectáculo de un servidor en paños menores, oí por megafonía mi dorsal… Por un momento valoré la posibilidad de salir corriendo descalzo y en calzoncillos. Total eran diez o doce segundos… Suerte que un ramalazo de dignidad lo evitó, pero nunca sabré qué hubiera trincado en ese sorteo…
Enlaces:
11 comentarios:
Qué forma de contarlo, si hasta parece un verdadero relato.
Enhorabuena.
un besote
Buena crónica, y un placer saludarte en persona en el bar. Me alegro de que hayas terminado bien.
Un saludo
Excelente crónica, Carlos. Me has hecho pasar por el Mondalindo y pararme allí arriba un momento con esos valientes, a tu vera.
Y bravo por esa progresión que llevas! Estoy seguro que el día 12jun tendremos fiesta. Derrengados, seguro, pero contentos.
La carrera parece de esas en las que merece la pena estar; la equipación para ese tipo de carrera, ya sabes de "lo de por si acaso" de todo un poco.
Me quedo también con ese bonito recuerdo de un esfuerzo de gente especial.
Como siempre gran crónica.
Un abrazo.
Buena crónica y vaya dureza
genial la crónica...
que envidia! como os lo montáis!!!
Gracias Montse.
Charli, encantado de haberte conocido... dos veces. Lo siento, pero soy un pésimo fisonomista... Nos vemos en otra.
Mayayo, tengo unas ganas locas de que llegue ese día...
Saturnino, efectivamente: merece la pena. Ir y disfrutar.
Trapatroles, guárdame el secreto, pero dureza, la justa...
Rosa, bienvenida por aquí. Pues chica, de verdad que somos gente maja, así que en cuanto quieras, te hacemos hueco...
Gracias a tod@s. ;-)
Muy buena crónica, me ha gustado mucho el hilo conductor, Carlos.
Sentí no saludarte en el Memorial, pero espero hacerlo próximamente.
Muchó ánimo en estos últimos días previos al MAM.
Un besote,
Muy buena crónica, la verdad es que "lo has clavado" creo que todos los que alli estuvimos lo vivimos asi, era la cuarta vez que la corria y creo que es la vez que mas duro se me ha hecho, tuvimos de todo! saludos y enhorabuena por el Blog.
Hola atod@s es unplacer para mi y mi familia ver que disfrutais tanto con el deporte que a mi hermano tenia enamorado. No se como daros las gracias y espero poder leer mas aventuras de esta grupeta tan interesante, un furte abrazo de Andre hermano de Fernando(Tarzan) nos vemos en la siguiente.
Pegasus, te espero en la próxima, y no te irás sin un par de besos...
David, gracias y bienvenido por aquí.
Andre, todo un placer. Aunque no conocí personalmente a tu hermano sí me han hablado de su enorme calidad humana. La atlética ahí queda en sus logros. Un abrazo.
Publicar un comentario