Falta Lander, pero salía él o yo. Y yo salgo en pocas fotos…
Arranca, el motor arranca... Aún escupe un humo denso y sucio y hay que tantear el acelerador para que no se cale. Aún hay que cambiar filtros y manguitos, engrasar maquinaria y darle al exterior un repaso de chapa y pintura, pero parece que arranca... Lo realizado en estas últimas semanas es lo más parecido a un entrenamiento que he hecho en los últimos ocho meses: tres días de carrera, (aún muy, muy corta y más que suave), y dos de gimnasio que van dando sus frutos. Apenas veintipocos kilómetros semanales, lejos de lo que debería, sí, pero que no dejan molestias a pesar de que aún miro con recelo las cuestas que podrían sobrecargar mi cada vez menos maltrecho pubis. Y en estas, el domingo llega la Media Maratón de Segovia en la que estoy inscrito. La última vez que hice una tirada larga digna de tal nombre la acabé andando, encogido por el dolor, casi sin poder caminar. Fue el 19 de julio del año pasado. Desde entonces no he cubierto esa distancia ni siquiera en kilometraje semanal, (de hecho he estado más de seis meses sin calzarme las zapatillas), y podría pensarse que es una locura embarcarse en la empresa, pero no es así por dos razones. La primera es que he quedado con José, El Corredor del Cañamares en el foro, en salir al ritmo previsto en el Mapoma: unos estratosféricos seis minutos por kilómetro con el compromiso de hacer un cambio de ritmo mediada la media, (¿en cuartos podríamos decir?), y aflojar... Total, nos dan dos horas y media para acabar, malo será que no lleguemos a tiempo. La segunda razón es que después hemos quedado un buen grupete para devorar unos cuantos cochinillos e intentar de una vez por todas dirimir la antigua cuestión que tiene enfrentadas a Avila y Segovia de qué carne es más deliciosa: si la tierna y mantecosa de la cría del guarro o la más contundente y sabrosa del chuletón de mi tierra, conclusión a la que pienso llegar tarde o temprano por el método del continuo experimento. Y está claro que acabar con esas dudas acerca de una de las grandes incógnitas que nos atormentan en Castilla, es una gran motivación para terminar la carrera a tiempo de dedicarle el idem necesario a disquisiciones y opiniones varias. El sábado el chuletón se apuntó un buen tanto, (ver detalles más abajo), veremos el próximo domingo la respuesta del tostón segoviano...
Dudas existenciales al margen, soy moderadamente optimista respecto a mi futuro atlético. El otro no tiene ya remedio... Los pocos kilómetros que estoy haciendo los asimilo bien. Las pulsaciones evidentemente son altísimas, signo inequívoco de una pésima forma física, pero muscularmente el trabajo de fuerza, a pesar de generar tanto bostezo entre serie y serie, se nota, y la sensación que tengo es de que si cardiovascularmente fuera posible y/o aconsejable forzar la máquina, no serían las piernas las que fallaran. Todo lo que pueda hacer de aquí al primer fin de semana de julio será poco. El GTP absorberá, incluso con la única pretensión de acabarlo sin más, todas mis escasas fuerzas de aquí a entonces.
Cambiando de tercio. El sábado estuve con los amiguetes del foro en Ca Lander, en San Agustín del Guadalix. Nos hicimos un Mesto: un precioso sendero de unos ocho kilómetros bajo el vuelo del buitre, escuchando el rumor del río que discurre a su vera, (y a veces a muchos metros por debajo en caída vertical), entre farallones de roca y bosques de encina. Todo ello para abrir boca, y una vez conseguido esto procedimos a cerrarla embaulándonos unos chuletones de quitar el sentido... Zerolito puso el vino, Lola la tarta de tiramisú, alguien un delicioso pisto, una ensaladilla, una nevera de refrescos…, y todos el buen ambiente.
Ganas especiales tenía de saludar a Pedro, al que no había visto desde "aquello". El alma se me volvió a encoger al ver los dos costurones que luce en el tobillo de resultas de su accidente y al recordar que a pesar de todo ese día fuimos afortunados. Durante la comida, buena parte de la conversación estuvo acaparada por análisis y contra análisis de nuestros actos de aquel día, dándome cuenta, al igual que Pedro, (y supongo que como Yoku y Mayayo, conmigo y con Pedro los otros protagonistas de la aventura), de lo difícil que es comunicar según qué situaciones a quienes no las han vivido. A mi mente venía el recuerdo de la sensación de vacío que sintieron esos bravos hobbits en su añorada Comarca, ya de vuelta de la destrucción del Anillo Único, rodeados por amigos que no acababan de comprender sus aventuras. Y eso está bien, pues a nadie le desearía que lo entendiera exactamente, pero te hace sentir solo.
En la salida del camino del Mesto.
Lander poniéndonos en fila…
Una mención obligada se merecen también los Napoleónicos, capitaneados por Spanjaard, que se presentaron a tomar posesión de la plaza, (y un gin tonic), a la hora de los postres. Noventa y siete kilómetros, que se dice bien, que se metieron entre pecho y espalda para conmemorar el recorrido que el autoproclamado emperador franchute hizo entre Somosierra y los arrabales de Madrid hace ya doscientos años, lo que realmente no fue más que una excusa del Liante para embarcar a un puñado de buena gente en otra de sus locuras. No les salió gratis la expedición, y en San Agustín se quedaron Guille, (el único al que realmente la dimensión cultureta del evento le importaba algo y que últimamente va coleccionando maratones-ultras a razón de uno por mes), y Bandoneón, el argentino, (loco a decir de su hermano Luis), y que no me pareció a mí tal, sino ni más ni menos que argentino, y que sucumbieron al ambiente, al chuletón y a los postres...
Lander, a la espera de hacer brasas para…
…que mi santa esposa le diera a la carne un plus de sabrosura.
Luis Spanjaard, el de negro de depiladas piernas, cumpliendo su promesa de tomarse un gin tonic antes de seguir rumbo a Madrid. Bandoneón, de naranja y blanco alucinando de cómo se las gastan los paquetes…
Vuelvo al principio de la entrada: este domingo empieza la trisca. Después de meses tendré la ya casi olvidada sensación de miedo a pincharme los pezones con los imperdibles de un dorsal. De nuevo, y aunque no tenga intención de sufrir lo más mínimo, cubriré una distancia homologada. Empieza la cuenta atrás... El GTP espera...
10 comentarios:
Hola Carlos, que buena rodada y chuletada... pedazo chuletones tio!!!!
Suerte en la media de Segovia...hay tendrás buenas cuestas.
Un saludo
Quique
No se me cargan las imágenes ( ya sabes la precariedad de mi conexión) y la entrada la leí en dos veces, pero me encantó, de nuevo, compartir con vosotros un ratillo y disfrutarlo como si hubiera estado por allí ( algunos ya sois como de la familia).
Te deseo lo mejor para el domingo, pero no olvides que se trata de dar un paso más, sólo eso, nada de zancada, recuerda, "un paso".
Ya me enteraré de como va todo.
Un abrazo y, una cervecilla como la que lleva Lander en la mano, en una de las fotos que sí se cargó.
Ante festivales como el aquí descrito cobra todo su esplendor esa definición tan particular desde aquí suscrita con la que os referís a esto del correr. Hombre, para cuatro días que dura esto no nos vamos a amargar, supongo. Digo yo, además, que la polémica castellana a la que te refieres no será tal por no ser lo mismo churras que merinas: ¿cochinillo o chuletón? Ambos, por supuesto.
Mucha suerte en ese medio maratón. Creo que era Santa Teresa de Jesús (y disculpa el momento ascético) que se refería a la paciencia como un don divino. Que tal enseñanza os acompañe en el camino. Total, medio maratón para alguien que se zampa el doble de asfalto y se queda con ganas de más.
Abrazos, Carlos, y recuerdos al personal. De mayor quiero ser como vosotros.
Jo que envidia Carlos, pues no estaba el sitio tan lejos de donde vivo (Soto del Real) para haberme apuntado al trote con vosotros por esos parajes tan chulos.
Lo de la chuletada merece mención aparte, mucho tendran que esmerarse con los cochinillos para mejorar eso que se ve en la foto condimentado por tu señora.
Y como te dicen aqui cuidadín con la media del domingo, se prudente.
Un saludo
Hola Carlos..Me alegro mucho de que poco a poco te vayas encontrando bien...Espero verte en Segovia y que terminemos la carrera. Que buena pinta tienen esos chuletones a la brasa...
!MARAVILLOSO¡Me encanta comprobar como disfrutas de la naturaleza
Un saludo
Jo qué bien os lo montáis!! Fantástico! Eso es saber vivir y saber disfrutar. Ah! lo del debate sobre qué carne es mejor yo lo sé sin ningún tipo de dudas: el ternasco de Aragón!! jeje
Joder qué chuletones!!!
Acabo de comer y me muero de hambre!!!
Eso tiene que saber a ambrosía celestial!!! Jajajaja
Todo el mundo ve chuletones dónde yo solo veo el vacío, sin embargo los jugos gástricos se activan por igual.
Volveré y opinaré cuando se haga la luz.
Fernando Alonso no lo habría dicho mejor...ahora a desengrasar, y a tomarse con calma esas disquisiciones y haced cuantas pruebas hagan falta...yo con la foto que casi me inclino por Ávila.
saludos
Saludos, camarada hobbit de la Comarca. Pero ¿que fue del pan de lembas? Claro, donde haya un chuletón... :-)
Volveremos a correr aventuras por ahi seguro, y no será GTP la menor de ellas. Maese gebre, dada vuestra querencia natural a la mesa y la jarra, quedais encargado de los víveres de la compañía en sus próximas aventuras. Una garantía.
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