De izquierda a derecha: Pedro, Noelia, yo y Alakan en el alto de La Maliciosa.
-Te lo juro Pedro: si yo pudiera hacer esto dos o tres veces por semana, no volvía a correr.
Ni maratones, ni tiempos, ni marcas, ni ultras, ni leches. Lo que le decía ayer a Pedro, Jordan en el foro, es radicalmente cierto: si yo pudiera darme el placer de poder hacer salidas como la de ayer unas cuantas veces por semana, no volvía a correr nunca. ¿Para qué?. Ayer disfruté de un estupendo día en compañía del propio Pedro, Alakan y Noelia, (a estos dos últimos no los conocía previamente).
Hoy no puedo documentar con fotos la salida, pues apenas hice. Tampoco os puedo ofrecer el track de la ruta que seguimos, novedad que quería incorporar al blog, ya que mi recién comprado GPS no cogió satélites durante buena parte del recorrido… No obstante la idea era seguir más o menos la primera etapa del Gran Trail de Peñalara, e ir haciéndonos una idea de lo que nos esperaría ese día, si es que no entramos en razón. El track del recorido del trail sí lo podéis descargar de su web oficial desde este enlace.
Hay que matizar que Alakan es un romántico de la montaña, un integrista de lo auténtico, y con él no va eso de subir a la montaña por pista, por lo que prácticamente todo el recorrido lo hicimos por senderos cercanos al oficial, aunque los tramos fundamentales, aquellos donde no hay pista y realmente los que necesitamos conocer, los calcamos, y con las precisas y constantes referencias de Alakan, nos pudimos hacer buena idea de lo que nos espera ese día.
Salimos del Restaurante la Fonda Real, en los alrededores de Navacerrada a eso de las diez de la mañana, con algo de viento y fresco. El cielo amenazó lluvia y niebla durante todo el día, aunque afortunadamente nos libramos de ambos. Con buen ánimo encaramos en dirección al embalse del Puerto de Navacerrada, por cuyo estrecho muro cruzamos andando, al menos los valientes imprudentes, para dar a un precioso sendero que atraviesa un denso pinar. Al poco llegamos a la Fuente de la Campanilla, así llamada por encerrar en una pequeña hornacina una pequeña campana metálica, donde hacemos un breve descanso sin percatarnos de un montañero que en los últimos metros nos ha recortado un buen trecho: Mayayo, casi recién llegado del Maratón Alpino de Jarapalos justo hace una semana y que se ha venido a “soltar” músculos con algo suavecito, (para él), como subir a La Maliciosa trotando por sitios y pendientes donde algunos casi echamos las manos. Un crack, y al igual que Alakan,una fuente de sabiduría montañera que no desaprovechamos los kilómetros que compartimos juntos.
Los cinco encaramos el Valle de la Barranca, por el que discurre el Arroyo de la Maliciosa, en dirección al Collado del Piornal, primer paso del día por encima de los dos mil metros. Al abandonar la protección de la vegetación y haber ganado ya bastante altura, el frío se empieza a hacer notar, e incluso este caluroso abulense, que hasta ahora llevaba tan sólo una camiseta tiene que abrigarse. El terreno aquí ya es bastante duro, y Mayayo, que iba vestido para un ritmo más heavy, nos abandona a buen paso. Nosotros nos quedamos por detrás, jadeando por el esfuerzo. En el Collado de Piornal el terreno se suaviza algo, y la última subida al alto de La Maliciosa es más suave que lo que ya hemos hecho, aunque más pedregosa. Es aquí, donde nos volvemos a cruzar con Mayayo, que baja como un rayo brincando sobre las piedras por donde algunos casi no nos atreveríamos a andar.
Como ya nos había advertido Alakan, el alto de La Maliciosa está atestado de gente y casi hay que pedir vez para hacerse una foto junto al punto geodésico que marca los dos mil veintinueve metros de altura de La Maliciosa. Las vistas desde allí, incluso con la intermitente aparición de nubes es espectacular. Vemos las vistosas antenas pintadas de blanco y rojo del Alto de Las Guarramillas, (o de La Bola del Mundo), aparecer fantasmagóricamente entre ellas, para ocultarse de nuevo al poco. Hacia la derecha, Cuerda Larga: el Cerro de Valdemartín, Cabezas de Hierro... Escenario hace ya unos meses del MAM, la carrera más dura que he corrido nunca, pero que palidece ante el reto del Gran Trail de Peñalara. Recuerdos de dudas, de retos de dudoso vencimiento, de inmensa alegría al superarlos... Pero cuando la perspectiva y las nubes lo permiten, intento encontrar, aún más allá la cumbre de Peñalara, testigo también del paso del MAM, pero que hoy tiene para mi un significado añadido: mi hijo ha salido de excursión con el colegio, con el grupo de montañeros, y a estas horas estará camino de las Cinco Lagunas, al pie del gigante. Casi todas las salidas montañeras que he hecho han sido con él, y le echo de menos. Hacia el sureste de la cumbre de La Maliciosa la caída es casi vertical, y al noreste, entre retazo y retazo nuboso, Alakan nos va enseñando los distintos pasos de la ruta del trail, en direción al Collado de los Pastores, y más allá, Canto Cochino, fin de la primera etapa del trail.
Por de pronto, nosotros bajamos hacia el Collado de las Vacas por un sendero a veces poco marcado, muy irregular y pendiente. Difícil de bajar, pero intuimos que durísimo de subir. Es aquí donde vemos unos espectaculares buitres volando sobre nuestras cabezas, aprovechando las térmicas que se producen debido a lo escarpado de la cara sur de La Maliciosa. Al cruzar el collado, Alakan nos enseña uno de sus parajes preferidos, La Maliciosa Baja, un paraje agreste, casi salvaje, donde confiesa que tiene la intención de dormir algún día. Allí paramos para comer y descansar unos minutos y para trastear algo entre sus roquedos. A partir de ahí, y una vez que recuperamos el cordal de la Sierra de los Porrones el descenso es constante y tendido. De nuevo aparece la vegetación, en forma de frondoso pinar que en tramos de repoblación, con sus artificiales líneas regulares, salpicado de jaras, arizónicas, multitud de otros arbustos que no identifico y setas, muchas setas.
Entramos en La Pedriza, dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, un hermosísimo y laberíntico paraje granítico donde Alakan nos advierte del peligro de perderse. Una última parada, en un merendero que recordaba un decorado de película, rodeado de piedras surgidas cuando los dinosaurios dominaban la tierra, y que no acabo de situar en el mapa, y media hora más tarde, al coche de Alakan, que nos devolvió al resto al principio de la ruta.
Ha sido un día pleno. He conocido parajes de ensueño. Los he compartido con Pedro, un buen amigo. He conocido a Alakan y a Noelia, dos personas que merecen la pena, y con las que espero compartir otras muchas salidas. He intuido el comienzo de la que puede ser la gran aventura del año que viene.
El único punto negro ha surgido hoy: durante los últimos kilómetros de ayer mi adductor molestó bastante, y hoy duele. Temo más a eso que a collados y cordales.
12 comentarios:
¿Sabes? Yo considero el senderismo como una magnífica afición. Y además un magnífico complemento del atletismo. En especial del de fondo.
No prescindiría de una cosa por la otra. Ambas son igualmente importantes y satisfactorias para mí.
Celebro que pasaráis tan estupenda jornada en la Pedra. Sobre todo para envidia de este pedricero que cuenta los días que faltan para volver a ella semana tras semana.
Un abrazo.
Creo que como la gripe A estás en periodo de mutación. La naturaleza es sabia, dejala rodar...
Precioso día, como tú bien dices.
Me voy a andar a ver si dejos los virus al lado del mar.
Un abrazo achuchaoooo
;)
Me alegro que pasarais tan buena mañana. A ver si puedo acompañaros en alguna salida "facil"
ah, y una cosa no quita la otra amiguete, tenemos días p'a tó.
Un abrazo.
Que envidia sana me das Carlos, me encanta pasar por este blog y ver como te lo pasas.....
Seguro que tus pulmones te agradecen estas salidas y de malo, nada de nada.
Cuida ese aduptor.
Un saludo
Quique
hola carlos.te sigo con mucho cariño tus salidas de fin de semana y me gusta mucho como disfrutas con esos recorridos y que bien lo comunicas.
PEPEMILLAS, tienes razón, no sólo son compatibles sino complementarias.
MONTSE, ¿mutar?, a estas alturas de mi vida espero quedarme como estoy, jejeje...
LANDER, avisa lechón, que sabes que siempre es un placer compartir lo que sea con vos.
QUIQUE, a falta de pan, buenas son salidas por la montaña, ¿o no era así?, jejeje...
SIEMPREACTIVO, pues gracias por ello.
Gracias a tod@s. ;-)
un gran día en el monte, si señor.
¡vaya sorpresa me llevé al encontrarme con maese hobbit triscando por las campanillas! Un placer poder trepar un rato juntos por ahí, y conocer a Jordan, Alakan y Noelia. Lastima de no poder ir juntos hasta cima, pero con lo que llevaba encima me hubiera congelado, jaja.
Envidia me da esa bajada hasta Canto Cochino por la cuerda. No la hice nunca y me quedo con las ganas al ver fotos y crónica.
Ahora, a seguir dando vueltas todos por este Guadarrama que el 3jul tenemos fiesta grande, pero bien grande ;-)
Carlos cada vez que entro en tu blog me llevo una sorpresa....agradable por supuesto, tío da gusto leerte, y mucha envidia tambien jajajaja.
Me alegro de que lo pasaseís bien, algo de la Cuenca alta del Manzanares conozco, vivo en Soto del real y escapadas de vez en cuando hago.
Cuidate y sigue deleitando con tus post.
Rafa
Simplemente vine a decirte que DESCANSES
Besos
MAYAYO, grande sí. La pregunta es: ¿demasiado?. Un placer encontrarte.
RAFA, pues muchas gracias. Mi vanidad sale muy alimentada con comentarios como el tuyo.
IVAN, no. No me gusta tu blog, y me jode que alguien entre en el mío sólo con la intención de hacer spam sin molestarse siquiera en leer nada, así que borro tu mensaje.
MONTSE, gracias guapa.
Me adhiero a tu primera frase de la entrada...
Pero es complicado disponer de tantas horas al día (así como pasta simplemente para la gasolina) para usarlas en la montaña.
Nos tendremos que conformar con una o dos salidas al mes y, mientras tanto, corretear como podamos.
Bonita salida. Y la Maliciosa tiene su negro historial también. No lo olvidemos.
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