A veces uno tiene la necesidad imperiosa de desconectar, de perderse en algún lugar donde no le alcance la tiranía del móvil o el reloj. Yo siento muchos de esos momentos, (no es en vano la elección del nombre de mi dirección de correo), y llevaba tiempo buscando un momento egoísta, un momento para mí solo, para dar rienda suelta a mis pensamientos y mis neuras sin que nada ni nadie los interrumpiera. Para dejar volar mi mente lejos de los problemas, de la toma de decisiones que siempre implican una renuncia a los propios deseos. Para huir del ruido de la ciudad, incluso, sí, aunque sea sólo por unas horas, de los amigos y la familia.
Ayer tuve la ocasión de hacerlo. Era mi último día de descanso con cargo al año recién terminado. Los niños estaban en el colegio y después de acompañar a mi esposa a su trabajo, tomé carretera y manta, y en una hora escasa me planté en El Castañar de El Tiemblo. He visitado El Castañar en varias ocasiones, pero nunca solo. Nunca en invierno, sin gente que moleste con sus gritos, con su sola presencia. Sólo terminando mi escapada sufrí la ominosa presencia de un par de personas en el aparcamiento, pero durante dos horas me sumí en cuerpo y mente en un bosque mágico en el que la realidad y la fantasía dejan de tener sentido por sí solas y se mezclan en un paisaje de cuento en el que uno no se sorprendería de tropezar con un unicornio o un fauno. Soledad y silencio, sólo roto por el rumor del arroyo, el canto de los pájaros, el susurro del viento en las ramas desnudas, mis pasos sobre la hojarasca y mi respiración, agitada por el esfuerzo en las cuestas... Catarsis, rito iniciático, instinto, retorno al origen... Soledad y silencio.
Como en el fondo no soy tan, tan egoísta, prometí dos cosas. Una a mi esposa: que no saldría de la senda marcada, (casi lo conseguí), y dos: compartir con vosotros al menos una de las vueltas que di a esa senda. Aquí tenéis un vídeo, (con poca calidad, es de una cámara de fotos, y no demasiado buena), compuesto de vídeo propiamente dicho y un montaje con las fotos que tomé. Todo ello de la primera vuelta. La segunda, esa sí, fue mía, exclusiva y egoistamente mía.
No es la primera vez que os hablo de El Castañar de El Tiemblo, (sí, así, sin apócopes, aunque suene raro). En esta entrada relaté una excursión con mi familia a tan delicioso paraje. En ella incluyo una presentación de fotos tomadas en verano, mejor época para el fotógrafo que ayer, y en las que podréis apreciar mejor su belleza. Y como en el vídeo no se aprecian bien, os pego este enlace al álbum picasa donde he subido las fotos de ayer.
14 comentarios:
Qué pasada!! La naturaleza y uno mismo. Es un goce. De vez en cuando hay que hacer una escapada como la tuya. La mente lo agradece.
FLIPANTE!!!!!!...quiero correr por el castañar!!!!!!!
Para delicias (como tú le llamas al castañar), oirte contarlo y disfrutarlo así...¡¡¡pero si pareces un reportero de un programa!!!..."corre por la naturaleza conmigo"...lo titularía yo!!!
Y si llegan a aparecerte los elfos, yo ya, me la apunto para ya con urgencia!!!!
Besitos.
Ps: espero que no fuese nada ese percance.
Sana envidia me provocas :D
Grandísima la narración, no sólo del ambiente sino de cómo te hace sentir.
Todos necesitamos momentos así, de vez en cuando.
Un saludo y guárdame unas castañas!! (me las das en Getafe xD)
¿Esto qué es? ¿El Proyecto de la Bruja de Blair?
:-P
Gracias por compartir esto con nosotros, Egoistón.
Bonito entorno y bonito relato, gracias al cual me has trasportado a esos parajes.
Hay ocasiones en que es necesario desconectar del mundanal ruido, aunque solo sea por unas horas.
Un saludo.
Rafa, sí, además he decidido hacerlo más a menudo.
Syl, cuando quieras guapetona. Hazte una de esas escapaditas tuyas y con mucho gusto te hago de guía. (A los demás también, no se me ponga nadie celosón, jejeje...)
Ray, salúdame en Getafe, please, no esperes que un empanao como yo te reconozca.
Yoku, El Tiemblo queda a huevo de los madriles, en una de estas organizamos una Yokulada por ahí...
Saturnino, bienvenido por aquí. Sí, hay veces que hay que desconectar de todo.
Gracias a tod@s. ;-)
Que bueno es tener un sitio para alejarte de todo y de todos, tu solo y la naturaleza, ay que pocos sitios quedan así. Nos vemos en Getafe. Un abrazo.
Muy bonito lugar, sí señor. Y si es corriendo a solas mejor que mejor.
Saludos, Germán.
Con retraso pero como si fuera el primer día. ¡¡¡Qué bonito!!!
Que yo recuerde no he estado nunca allí, aunque he tenido varios intentos frustrados. El último éste mismo otoño. Procede Yokulada o Gebreción en esta primavera.
Y luego... unas patatas revolconas. No sea que nos convirtamos en ninfas o algo así :-P
si, si que conozco bien ese rinconcete. Y es un lujo, tienes toda la razon.
Viendolo ahora en tu blog otra vez, me han dado muchas ganas de darme otra paseo por alli, pues hace tiempo que no voy.
Q te parece un rodaje largo tras descansar de la Marasevi eh?
Vengo de la otra entrada, no sé por qué mi blog no marca las actulizaciones del tuyo y esta se me había colado, No puedo ver el video, pero como vengo de la otra ... Me voy para allá.
besos
A la tercera lo he podido ver, me he quedado sin palabras aún habiendo visto antes los dos reportajes fotográficos de la entrada siguiente.
Carlos, me alegro de saludarte tan de cerca, de oír tu voz ( que me suena muy "fina"- pronuncias un montón las sssss, jeje- yo ya las perdí...), de haber casi compartido una de tus aficciones contigo y... sobre todo de que me hayas mostrado un sitio mágico.
Ahora sí, me voy para el otro post...
Esa vez 1000 besos
¡Salúdame Grimo!, soy un pésimo fisonomista...
Germán, ¡cuanto tiempo!, un saludo campeón.
Mayayo y Zerolito, vuestra respuesta es la siguiente entrada...
Montse, ¿voz "fina"?, qué mal me suena eso... Un beso para tí.
Gracias a tod@s. ;-)
¡Muy bonito, si señor!
Y seguro que, como bien dices, ahora que estamos en primavera aún será mejor. Esperemos disfrutarlo este domingo.
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