Ni balance, ni plan, ni nada de nada...

La Navidad me ha pasado por encima como La Gran Ola a un surfista. Llegó de improviso y sin avisar. Me ha zarandeado, dado un par de revolcones, arrastrado mi cuerpo y mente por afilados arrecifes, y sólo al final he conseguido salir a flote, no si algún rasguño.

Ni siquiera me dio tiempo a hacer el tradicional balance del año que terminaba ni he acabado de perfilar los objetivos para este, que se antojan difusos. El Cross Ciudad de Avila que organiza mi club, la Media de Getafe y el Maratón de Sevilla están entre ellos, pero más allá nada está claro. Podríais pensar que para los dos primeros meses del año ya está bien, y quizá sea cierto, pero los dos primeros no son objetivos "per se", y el tercero no consigue arrancar como tal. En un principio mi idea era hacer marca en Sevilla y acercarme a las tres horas cincuenta minutos, pero la rodilla no acaba de curarse del todo y sigue con una pequeña molestia residual que no termina de desaparecer, por lo que no fuerzo en los entrenamientos. Por otro lado, estas semanas han sido demoledoras en lo físico: he cogido peso y he entrenado la mitad, (o menos), de lo que debía. Creo que todavía estoy a tiempo de conseguir esas tres horas cincuenta, pero va a ser más difícil de lo que tenía planeado.

Así que, en función de cómo vaya todo en estas próximas semanas, Sevilla será objetivo o simplemente etapa, al estilo del pasado Mapoma. Esto último quizá fuera incluso mejor de cara a todas esas ideas que bullen en mi cabeza sin acabar de cristalizar: que si 24 Horas de Torrejón, que si MAM... Objetivos, estos sí, con mayúsculas, cuya preparación se vería beneficiada de tan sólo rodar en Sevilla, (e incluso de nuevo el Mapoma, que Lander ya me anda liando para volver a hacerlo en plan festivo con su amigo Javier)...

Total, que siguiendo mi habitual y cruel destino, y para no variar, a falta de nada tengo pocas cosas claras. Al menos, como siempre, ante las dudas opto por lo fácil y es mi natural gandul el que toma las decisiones, con lo que me suelo garantizar escasas dosis de sufrimiento centrándome en lo verdaderamente importante: disfrutar.

PD. Lo del "Natural Gandul" es una afortunada expresión de mi amigo Zerolito para referirse a nuestra manera de enterder este asunto del correr: tranquilo y sin presión, sin el agobio de planes exigentes y rechazando de plano la tiranía de ritmos y marcas. A él le queda bien, pero modestamente, y quizá sea en lo único en que supere a Jesús, creo que tal definición a mí me viene como un guante.