lunes, 14 de abril de 2008

La leyenda del Castillo de Manqueospese

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Le leyenda se mezcla con la realidad en una intrincada red que muchas veces es difícil desenmarañar. Hechos, opiniones, relatos parciales cuando no directamente sesgados por el escritor, adornos literarios en busca de la belleza o el enaltecimiento de un ideal..., dan muchas veces a las historias pasadas esa pátina de inconcrección, de irrealidad y falta de certeza que las hace tan maravillosamente deliciosas.

Es el caso de la que hoy os traigo aquí: La Leyenda, o mejor, Las Leyendas, del Castillo de Manqueospese, la imponente fortaleza de la foto, (desgraciada y vergonzosamente abandonada), en el término municipal de Mironcillo, a pocos kilómentros de Avila, allí donde las estribaciones de la Sierra del Zapatero se adueñan del Valle Amblés que se derrama a sus pies y del que tendremos unas maravillosas vistas desde el cerro al que el castillo se encarama cual nido de águila. Allí subí hace unos días con mi hijo a pasar la mañana.

No voy a sostener la verdad de las leyendas que rodean el castillo, ya que ni siquiera los orígenes del mismo parecen claros. Yo no soy historiador ni erudito para intentar dar fe de que siquiera una pequeña parte de las historias que aquí relato tengan un viso de realidad, pero los protagonistas están ahí: el castillo, el palacio con su ventanal enfrentado a él a través del valle, los apellidos que dan nombre a calles y plazas de Avila y que aún hoy viven en el nombre de los descendientes de los protagonistas de estas historias... Todo ello perdura aún en una ciudad antigua como Avila..., y en un alto roquedo, allá, en Mironcillo...

Hay quien piensa que la actual fortaleza se asienta sobre los restos de otra anterior de origen musulmán, y de ahí posiblemente surja la primera historia que os traigo, la de Zubeze, hija de Ben Hus Mar, el cual pudo ser el constructor del primitivo castillo. Zubeze cayó rendidamente enamorada de Aldefonso, un cautivo cristiano de su padre. Para evitar tal deshonra, Ben Hus Mar acordó el desposorio de su hija con un príncipe de Jaén, a lo que su hija contestó, según las fuentes: mal que os pese lo querré o aunque os pese, no iré. (Estas frases u otras similares son constantes que vertebran todas las historias relacionadas con el castillo y las que le prestan nombre).

El adorno final de tan hermosa leyenda habla de un túnel desde el castillo hasta Avila, distante en línea recta ¡17kilómetros!, y que los enamorados recorrían de noche para encontrarse furtivamente. Y de cómo Zubeze, viendo su amor imposible, murió despeñada desde la torre del castillo.

castillo_manqueospese (20-03-08) 014Cierta o no la leyenda, no deja de ser curioso como ésta tiene varias versiones "castellanizadas", datadas en época posterior, y que son las que generalmente se transmiten en la zona.

Una nos habla de nuestra particular versión de Romeo y Julieta, encarnados en las figuras de Don Gonzalo de Velada, enamorado de Doña Aldonza Aboín. Por aquellos años Velada y Aboín eran familias enemistadas que no aprobaban los amores de sus vástagos, siendo a la sazón Ximénez de Velada, padre de Aldonza, el corregidor de la ciudad. Este consiguó el destierro para Gonzalo, que fue a parar junto con varios caballeros al Castillo de Manqueospese después de pronunciar la imprescindible frase: mal que os pese, veré a vuestra hija. Hogueras nocturnas en lontananza, una rosa que no se marchita, y en la que Aldonza deposita sus besos de amor, vihuelas que tañen en la oscuridad, mensajes a escondidas..., van aderezando una historia de amor imposible, historia que muere inacabada en el momento en que Gonzalo vuelve a Avila con el ánimo de raptar a Aldonza, al conocer su próxima boda con un descendiente de los Dávila, otra de las familias nobles de la ciudad. Nada se escribió de lo sucedido después.

Con todo, la leyenda más extendida es la que cuenta como a la vuelta de la batalla de las Navas de Tolosa el apuesto Alvar Dávila, Señor de Sotalbo, entraba en Avila a la cabeza de sus hombres. Fue entonces, montado en su corcel, cuando sus ojos se cruzaron por vez primera con los de Doña Guiomar, hija del noble abulense Don Diego de Zúñiga, mientras esta jaleaba las victoriosas huestes. Cuentan que era hermosa Doña Guiomar, y que sus ojos oscuros y su sonrisa angelical consiguieron lo que no habían conseguido los enemigos y la penuria de la batalla: doblegar la voluntad y el corazón del bravo Don Alvar. Un amor súbito y puro surgió entre ambos y muchas veces se vieron a través de ese ventanal, hasta que un día el gallardo capitán solicitó a Don Diego licencia para desposarse con su hija. Don Diego era orgulloso, y no veía con buenos ojos la relación. Además tenía otro destino reservado para su hija, que no era sino entregarla a Dios.
varias (11-04-08) 002 Expulsado fue Alvar del palacio, no sin antes replicar al irascible Don Diego: "aún que os pese, la veré". Puesta le fue guardia a Guiomar, con orden de prender a Alvar tan pronto como por allí apareciera. Entre lágrimas y suspiros ahogaba la doncella su pena, sentada ante el ventanal por el que vió por vez primera a su amado. Este fue obligado a retirarse a su castillo, desde cuya torre adivinaba más que veía a la afligida Guiomar. Atormentados ambos por la separación consumían sus vidas, él a la espera de una nueva campaña militar, ella a la de su desposorio con el Altísimo.

Hasta que un día, cansada de llorar, el alma de Guiomar abandonó con un suspiro su cuerpo y se convirtió en blanca paloma, que ahora libre, voló al encuentro de su amado. Reconociendo este en tan bella ave a su querida Guiomar, la acogió en sus manos con ternura, con la certeza de que ya jamás su amor se vería correspondido.

Esa noche Alvar partió de nuevo a la guerra llevando consigo el recuerdo de su querida Guiomar. En el campo de batalla murió con honor.

13 comentarios:

ELMOREA dijo...

Te voy a contar una completamente cierta:
Sobre los años de la guerra civil en un entorno rural de los campos castellanos, un mozo se prenda de una moza del mismo pueblo.
El padre de la zagala, sabedor de las intenciones mas que aviesas del joven, la encierra durante semanas en su casa, sin dejarla salir ni a misa.
Pero, ay amigo, el amor es ciego, y el deseo, el combustible menos contaminante del mundo y tambien el mas potente, el que mas lejos nos lleva, de tal suerte que el intrepido joven, subio (¡¡a una primera planta¡¡¡) y a traves de la reja, consiguio holgar con la chica dejandola en cinta.
El padre, al saberlo, no pudo por mas que permiter la boda, por ocultar "la deshonra" de su hija.
Esto es talmente cierto y como se suele decir "...el que lo cuenta aun vive"
Y digo yo, ¿como se agarraba aquella criatura a traves de la reja?
¿Seria un mono titi de cola prensil?
uyuyuyuyuy,...

Syl dijo...

Al final todas las historias siempre iban relacionadas con el amor...si es que se enamoraba la peña y se ponían a construir castillos como locos...ya ves tú...y ahora no pueden más que quedarse dentro de los coches!!!!
Cuanta injusticia!!!

Ps: esos que recorrían los 17kms para verse, debían estar de un preparao pa correr maratones, que no veas!!!!!!!!

Carlos dijo...

ELMOREA, ¡me parto!. Igual de ahí viene lo de "atalajacalareja", no siendo que el zagal midiera el suelo con sus huesos llegado el clímax...

SYL, ríete tú del túnel de Guadarrama...

Gracias zagal@s. ;-)

Anónimo dijo...

Amores imposibles...
Amores trágicos...

Y ahora, amores de 17km subterráneos!

El castillo es una pasada. Tengo que visitarlo, manqueospese.

Saluditos!

Anónimo dijo...

Este post es un cebo. Que lo sé yo. Jejeje.

Venga, al trapo. El Castillo de Manqueospese (manque os pese, la veré, según la leyenda de Guiomar) se ve desde cualquier punto del Valle Amblés. O sea, desde el pueblo de los Arribas, también. Y ahí habrán ido a confluir unas decenas de veces mis trotes. Un día contacté con otra palentina residente en Avila y surgió la conversación sobre los caminos de la zona. De caminos pasamos a monte, de monte a castillos y de ahí a meter una reata de ganado entre Solosancho y Avila -dando una pequeña vuelta por el monte.
Salían 50 km entre castillos.

Ahora ya es historia. Otra más.

Carlos dijo...

YOKU, tienes guía. Incluso le propuse una ruta a Lander, bastante durilla, eso es cierto, para este domingo pasado que subía al castillo.

A ver si sale el enlace entero:

http://www.runningahead.com/maps/603150301b5a4ab4af95c71b0fa76513

Si tú o cualquier blogero quiere, la hacemos. Eso sí, a mi ritmo... :-D

SPANJAARD, ¡malpensaaaooo...! :-D

Carlos dijo...

Cagüen..., parto el enlace:

http://www.runningahead.com/maps/
603150301b5a4ab4af95c71b0fa76513

Simplemente unir las dos líneas en la barra de direcciones del navegador...

Jose Ignacio Hita Barraza dijo...

Qué majete tu chaval, sois clavaos!!

Qué pena que quitaran el trail castillos de Ávila, tenía que ser una pasada de carrera...

Anónimo dijo...

Todas esas historias tienen a parte de su encanto propio, el que les da la gente del lugar, que no es nada desdeñable. En Arenas de S. Pedro, el castillo de la Triste Condesa, tambien guarda su leyenda. Un día os la cuento. Besos

Carlos dijo...

HITA, mi hijo es una de las razones, fines y destinos de mi existencia. El otro es mi hija. Y sí, nos parecemos mucho, sólo que él es más guapo...

Amig@ Mi@, ya la estás contando..., que si no lo hago yo.

Gracias a los dos. ;-)

Anónimo dijo...

Jeje, el libro con el que podría refrescar mi memoria está en Talavera de la Reina. De cabeza recuerdo poco,podría inventar pero ... no sería justo. Si tú la sabes te la cedo POR SUPUESTO!.

mayayo dijo...

me ha encantado el post Carlos.

La foto es impresionante, y oirte contar las leyendad da gusto.
Verdad, que vivimos en un pais de leyenda y romancero como ninguno.
:-))

Prometo poner alguna de la Sierra de Guadarrama, que tambien tiene lo suyo.

Y que lastima lastima no poder recorrer nunca ese Trail Castillos de Avila....o quizá si?

Carlos dijo...

No Montse, esa es tuya. ;-)

Wild, bonito día, pero agotador... No veas lo que cansa el niño...

Mayayo, adelante con ello. Lo del Trail está complicado. Ya veremos si Spanjaard se vuelve a animar.

Gracias a los tres. ;-)