viernes, 27 de junio de 2008

II Carrera de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Avila

OLYMPUS DIGITAL CAMERAEl pasado domingo se celebró con gran éxito la II Edición de la Carrera Pedestre de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Avila, de la que ya os hablé en esta anterior entrada. (Sí, ya se que la publico con una semana de retraso, pero creedme, me ha sido imposible hacerlo antes...)
 
Más de ciento cincuenta corredores, (por los poco más de cuarenta del año pasado), abarrotaron la pequeña plaza de Narrillos de San Leonardo, donde se daba la salida. Esa fue la primera alegría del día, ya que conozco de primera mano la ilusión que la Asociación había puesto en mejorar la carrera del año pasado, y se merecían la respuesta del corredor. Al acabar, tanto la organización como los corredores estábamos muy satisfechos de cómo se habían desarrollado las cosas y espero que eso signifique que la carrera se consolide para futuros años, pues con la infraestructura que aún tiene en mi opinión puede crecer aún más.
 
Como el año pasado, los principales protagonistas fueron dos: la orografía y el calor. Si entonces ambos me sacudieron de lo lindo por despreciarlos, este año me presenté a la salida con la debida humildad, habiéndome hidratado a conciencia y provisto de gorra y crema solar suficiente como para el Marathon des Sables. Además mi primo Jesús tampoco estaba por la labor de sufrir en exceso, por lo que habíamos quedado en marcar un ritmo suave que nos permitiera pasar la mañana disfrutando del recorrido. Aún así los últimos kilómetros se hacen duros, y a pesar de ser una carrera de "sólo" poco más de dieciseis kilómetros hubo abandonos, desfallecimientos, (sustos incluídos que por fortuna se quedaron sólo en eso), y corredores muy tocados en meta..., y es que no es lo mismo correr por asfalto que saltando entre piedras, esquivando piornos y "vadeando" arenales a treinta grados a pleno sol y con constantes cuestas y toboganes.
 
Casi de salida hicimos grupo con dos compañeros de club: Jime, (menos de tres horas en maratón), y Yolanda, su esposa y a la postre tercera dama en la clasificación. Una pareja encantadora. Su ritmo y sobre todo su compañía eran reclamos irrechazables para disfrutar de la carrera, así que no nos lo pensamos, y entre cuestas, más arriba que abajo al principio, más abajo que arriba en la segunda parte, veredas, trochas, calzada romana, camino y campo puro y duro, fueron pasando los kilómetros.
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Para no ser excesivamente pesado me voy a detener sólo en algunos momentos de esos que disfrutas especialmente, como el paso por la antigua cantera de la foto, ahora abandonada e inundada, el del alto de Cardeñosa, donde tuve un momento para mirar a mi derecha, hacia Guadarrama y pensar en los valientes que a esa misma hora se batían el cobre con el mismo calor que nosotros pero a dos mil metros de altura, en el Maratón Alpino Madrileño, aún proyecto para el año que viene pero al menos ya más que un sueño para mí, o el paso por las ruinas de Garoza, parte de las cuales podéis ver en la foto que encabeza la entrada, con su no bien conocida, al menos para mí, historia.
 
La organización, con muy buen criterio, aumentó a tres los avituallamientos, cosa que se agradeció mucho, así como la gran cantidad de voluntarios que se aseguraron que nadie enfilara un sendero equivocado. Al final de la carrera, en Gotarrendura, y después de la entrega de trofeos se hizo un sorteo de regalos, incluidos ¡dos sacos de patatas!, (sí, como lo oís), que los afortunados tuvieron que llevarse sobre sus propias costillas, como si hubiéramos tenido poco trajín durante la mañana... Para finalizar, la Asociación tuvo el detalle de prepararnos una degustación en condiciones: grifo de cerveza, refrescos, tortillas, empanadas, embutidos... Como decía el otro: "que no falte de na..."
 
Resumiendo: un recorrido precioso, en el que se unen la belleza estacional de la unión de sierra y llanura por el que discurre, llevándonos de un paisaje donde predomina la jara y la retama a la más dura llanura cerealista. Cultura, deporte y turismo todo en uno. Atención, casi mimo, al corredor. Todo por cinco, oígame Vd. bien, cinco euros. ¿Os la vais a perder al año que viene?
 

martes, 24 de junio de 2008

Hay que ser gilipollas

La noticia, de la que una amiga mía fué privilegiada testigo desde su propia terraza, se puede resumir así: el pasado domingo, en Avila, en la Plaza del Descubrimiento y durante la celebración del triunfo de España sobre Italia, con unas trescientas personas como testigos, a unos infelices de entre dieciocho y veinte años no se les ocurrió otra que lucir una bandera de España en la que el escudo había sido sustituido por una Esvástica nazi. Como todo el mundo sabe, en Avila somos gente con un gran sentido del humor y medianamente civilizada, por lo que la reacción general fue el grito unánime de "tonto, tonto..." A lo que se ve a los chavales les resultó gracioso y por seguir con el espectáculo no sólo se encararon con el público, sino que les arrojaron algún que otro objeto. El respetable, agradecido, correspondió elevando los epítetos a un tono más grueso de lo que estoy dispuesto a asumir en este blog, pero en los que no faltaron las menciones a las madres de tan díscolas criaturas, que a su vez, en un arrebatado éxtasis, (expresión quizá literal a tenor de la conducta exhibida), continuaron retando a los presentes. Cuatro niñatos contra trescientas personas, y todavía habrá quien diga: ¡con un par!. Resultado: si no es por la rápida intervención de la Policía Local los apiolan allí mismo, huída por la Avenida de Juan Pablo II incluida, porque en Avila sabemos hacer las cosas bien, y un linchamiento sin una buena persecución previa, pues como que dice poco.

Por añadir un toque serio en una entrada que si no se va a parecer demasiado a lo que es: una serpiente de verano, durante unos minutos he reflexionado sobre qué concepto tendrán estos imbéciles sobre el nazismo y lo que significó para tantos millones de personas, (pedirles que expliquen su ideología sería exagerado pues a la vista está que las criaturas tienen pocas luces y seguramente han sido atraídas al nazismo, como podrían haberlo sido a una banda juvenil, simplemente por una estética violenta y agresiva y cuatro consignas vacías de contenido real que les identifican con un grupo y les hacen sentirse "alguien" por el hecho de esa pertenencia que paradójicamente, y sin que ellos se den cuenta, les anula toda personalidad).

Y me vais a perdonar, peeero..., aunque evidentemente me alegro infinito de que la Policía cumpliera eficazmente con su misión, no sólo de proteger a los imbéciles sino de evitar que algún infeliz echara a perder su vida, y descontando que el trasfondo de la noticia me parece desolador, yo soy de natural proclive a la risa fácil y no puedo remediarlo: si me imagino el espectáculo de ver a semejantes payasos, corriendo avenida abajo perseguidos por el populacho después de tan gratuita y estúpida provocación, y con la musiquita de Benny Hill de fondo, pues que me hace gracia.

¡Tooontos!.

Aquí la noticia entera, pirateada de la recientemente remozada web del Diario de Avila.

lunes, 23 de junio de 2008

Crónica de un fin de semana: el sábado

DCAM0765El fin de semana ha sido tan completo y tan agradable que no tengo más remedio que partirlo en dos entradas sopena de convertirlo en un ladrillo infumable que echaría para atrás incluso a mis visitantes más fieles. Aquí va la primera parte: El sábado, o de cómo para ganar hay que entrenar.

Tempranito ya estaba en San Agustín del Guadalix, en parte por aquello de llegar con tiempo por los imprevistos que pudieran surgir pero también por tomarme un cafelito con calma en casa de Lander, mirarle a los ojitos y ver en ellos sus verdaderas intenciones para nuestro personal desafío: el matraco a muerte para el que estábamos citados a mediodía. Hasta ese momento cumbre, que va camino de convertirse en uno de los eventos deportivos más importantes de este país, todo sería un contínuo chorreo de buen rollo, risas y amistad. Adelantando acontecimientos, aún con el riesgo de que la mitad me dejéis de leer a partir de aquí, avanzo que Lander conseguiría cuatro horas después, meterme cinco segundos en el mil..., mejor dicho, en su último cien, y eso cuando yo hice marca personal en la distancia... Eso es lo único que le falta a los matracos para asentarse entre la élite de las pruebas de mediofondo español y empezar a tener el reconocimiento internacional que se merecen: un control antidoping, porque la pasada de Lander no tiene explicación sin una ayudita, (o ashuuudita, como diría su argentino entrenador), que te haga levitar sobre la pista sin esfuerzo aparente.

Yo ya tenía la mosca detrás de la oreja. Malagueta, ese oscuro intermediario entre Lander y su Míster había pasado la noche con Lander, o sea, en su casa, no seais mal pensados que su relación no llega a tanto... Tema estrella, a buen seguro: cómo darme un repaso al día siguiente, objetivo cumplido pero que al menos tuvieron el detalle de hacerme tragar envuelto en toda la parafernalia que suele acompañar a un día inolvidable, ya sabéis: reunión con los amiguetes, rodajito por El Mesto, (un lugar idílico para correr), una buena comilona y una sobremesa divertidísima, copichuelas incluídas, que se alargó por mi parte hasta las ocho de la tarde, momentos todos en los que hicimos abdominales a base de bien con tanta risa y que me reafirmó en lo que por otra parte ya sabía: que las cosas se hablan y entienden mejor mirando a los ojos.

Con buen criterio, dado que teníamos algún paquetillo saliendo de la enferemería, se recortó el habitual recorrido por El Mesto e hicimos sólo la parte del camino. Era todo un espectáculo vernos a todos por ese sendero estrecho, por momentos "de montaña", en animada charla, con nuestros dorsales personalizados, disfrutando de la explosión de vida de esta época fecunda a caballo entre la primavera y el verano. Por una vez servidor abría la carrera, hombro con hombro con Nacho, (lo que no dice nada a favor de mi estado de forma actual, no os engañéis, sino de lo tranquilito que nos tomamos el rodaje y fundamentalmente que en esa parte el sendero no da para más y a dos tiarrones como Nacho y yo ahí no se nos puede adelantar), cuando oímos un tropezón, un amago de maldición y un par de gritos: Zerolito se nos ha caído después de un tropezón todito a lo largo él, (y ya mide). Por fortuna sin ninguna consecuencia más que un rozón en un codo. ¿Con este chico quiero yo hacer el MAM del año que viene?, reflexionaré después. Por supuesto: Zerolito yo iré al fin del mundo..., aunque en alguna parte tenga que llevarte de la mano. A la vista del gracejo y salero con el que nos desenvolvíamos por esas veredillas, un enorme buitre apareció "de la nada" y nos vigiló un buen trecho no siendo que alguno se fuera de nuevo al suelo pero esta vez barranco abajo...

Como de costumbre, fotito en la presa, alguna que otra "parada técnica", pequeña charleta y para abajo... Lander sospechosamente se empareja a mí y empieza a "trabajar" su estrategia. No revelaré la totalidad de la conversación, pero parte de ella es oída por otros paquetillos que se escandalizan del "apaño" que me propone. Chico, tienes muy malas influencias. Nunca se ponderará lo suficiente el daño que hizo al atletismo el tristísimo espectáculo de Malagueta y Soy_Maratoniano entrando de la manita en la carrera de la AVT después de estar dándonos la brasa con su reto durante meses... Desgraciadamente parece que han creado escuela, pero ya ves, algunos aún somos unos nostálgicos del "Fuerza y Honor", lema, recuerdo, de nuestra Liga.

Ya en la pista, después de que los corredores rápidos, máquinas, atletas de verdad o como quiera que se llamen, desterrado del diccionario paquetil, al menos de momento, el término makinorri, y a la vista de que no he tragado con la proposición, y que mi idea sigue siendo morir con honor dando el espectáculo que la afición se merece, Lander me estrecha la mano y junto con el resto de la segunda serie de paquetillos, (a nosotros no nos importa que nos llamen cojos, si acaso se tendrían que ofender los cojos), quedamos en batirnos en el tartan cada uno con nuestras armas: yo poniendo un ritmo, (ejem), máximo que intente desfondarle y él aguantando ese ritmo y apretando al sprint, o sea, una versión moderna de los épicos enfrentamientos entre Fiz y Antón. Totalmente fuera de forma como estoy cifraba mi tiempo posible para el mil en cuatro minutos, pero la fortuna quiso que Nacho saliera delante y me hiciera de fantástica liebre llevándome de salida a un ritmo superior al que yo hubiera marcado. La cruz de esa estrategia: que fui yo el que llegó desfondado a los últimos metros, y cuando Nacho cambió, a falta de doscientos, ya no pude seguirle, como no pude seguir al bólido rojo que me adelantó a falta de escasos cien metros para la meta y que consiguió en tan escaso margen clavarme cinco segundazos. Al final 3'55'' para mí, 3'50'' para Lander y dos uno para él en nuestra cuenta particular. Enhorabuena campeón, esas series de 200 metros han dado su fruto... Yo seguiré viviendo de recuerdos en distancias cortas y aún te daré algo de cera en maratón, aunque quizá sólo en San Sebastián, porque tú eres corredor de distancias largas, y en dos días también me vencerás en ellas.

Y luego, lo importante. El resto. Una estupenda comida en la que se entregaron los premios de la II Edición de la Liga Forero Paquetil, una laaarga sobremesa en casa de Lander donde lo pasamos en grande al calor de ese gran grupo humano que se ha formado gracias a la Liga, y ahora a esperar definir las reglas de la III Edición de la misma en las que seguramente no opine porque me da igual quien la gane y el puesto en el que yo quede. Yo sólo quiero estar. En resumen, un día perfecto, y van....

Quiero daros las gracias a tod@s. Sin excepción. Me hicisteis pasar un día muy agradable y volverme a Avila con ganas de volver a encontrarme con vosotros cuanto antes, pero especialmente quiero darles un abrazo muy fuerte a mis amigos Lander y Lola, por ese corazón tan grande que tienen, por ser como son, (Lola, te repito que tu mensaje caló, y muy hondo), y bueno, también para que nos sigan abriendo su casa de par en par para que se la llenemos de niños y se la vaciemos de wiki...

Y quedaba el domingo, así que próximamente, Crónica de un fin de semana: el domingo, o de como deshidratarse bien y a conciencia.

Foto cortesía de Eva2r.

lunes, 16 de junio de 2008

II Carrera Pedestre Amigos del Camino de Santiago de Avila

Explorar

Aquí mismo, a la vuelta de la esquina, pues se celebra este domingo, llega la segunda edición de esta preciosa carrera que intenta hacerse un hueco en el calendario de los corredores abulenses, que este año parece que van a responder en mayor número que el pasado, acompañados de unos cuantos madrileños, atraídos en buena medida por la colaboración, entre otros, de José María González, paisano abulense, atleta de pro, Campeón de España de Maratón, Campeón de Europa de 100 kilómetros y trabajador de Bikila, a un circuito "crossero", de camino y vereda, con sabor a pueblo y mezcla de primera estribación de sierra con llanura cerealista, del que ya di cuenta por su primera edición.

Saldremos de Narrillos de San Leonardo, a cuatro kilómetros de Avila, y cruzando las trochas, senderos, campos, canteras, eriales y caminos polvorientos que nos encontraremos en sus más de dieciséis kilómetros, atravesaremos los pueblos de Cardeñosa, Peñalba de Avila y Gotarrendura, donde termina la prueba. Por el camino quedarán impresas en nuestras retinas la explosión de verdor de la tardía primavera esteparia, ya sea en forma de piornal o de campos de cebada. El agreste paisaje cercano a Cardeñosa, cuna de la mejor tradición cantera de la provincia. El vadeo del río, también en Cardeñosa, y su pequeño oasis de frescor y humedad entre tanto secano. Los campos de girasoles que abrazan Peñalba de Avila, rodeando su ermita. El paisaje final, puramente Morañego, llano, luminoso, donde nada ni nadie puede esconderse al escrutinio del duro sol que en verano castiga inmisericorde el suelo reseco.

No se puede decir que sea una carrera de montaña, aunque por momentos, especialmente en su primera parte, lo parezca por la sucesión constante de cuestas, alguna de ellas bastante dura. Yo diría mejor que es una carrea "de campo", sin concesiones a la comodidad. Una carrera a la que le deseo la mejor de las suertes, pues me consta la ilusión que ha puesto la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Avila en su organización.

Este año espero no repetir los errores del pasado, en que cometí todos los que puede cometer un novato, despreciando lo que no deja de ser una carrera larga por un recorrido duro y quebrado. Para ello tengo de compañero de fatigas a mi primo Jesús, (sí, el de la foto de la anterior entrada, que ya le he perdonado que su equipo nos ganara el pasado domingo, es familia, qué le vamos a hacer...), y que se está dando un tiempo de descanso, ya demasiado largo Jesús, para volver con más fuerza y bajar de una vez de esas cuatro horas en maratón. El plan, salir tranquilos, disfrutando del paisaje sin agobios. Tomar una cervecita en Gotarrendura al acabar y venirnos a casa con la sensación de satisfacción que produce el correr por correr. Tan seguro que lo conseguimos como lo estábamos de que el chikilicuatre no ganaba la Euro...

domingo, 15 de junio de 2008

IV Carrera de "El Vivero"

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Ayer mi club, Ecosport Avila, celebró la IV Edición de la Carrera del Vivero, de la que ya di cuenta el año pasado. Es una carrera divertida, de unos doce kilómetros fundamentalmente de camino, con algo de asfalto y senderos, este año parcialmente embarrado y donde en muchas zonas es difícil marcar un ritmo. El recorrido es durillo, pero sin exagerar, de esos de los que reniegan los pura sangre ruteros pero que no ofrece mayor dificultad a un trotón vocacional como yo.

La mecánica de la competición es sencilla: se hacen dos equipos al azar, este año rojo y azul, (y aprovechando el nombre del club, Eco y Sport), se anotan los puestos de llegada, asignando al corredor el correspondiente número de puntos según ese puesto, y el equipo que menos sume, gana. Como viene siendo habitual servidor quedó incluído en el equipo de los perdedores, por lo que tuvo que soltar sus tres euros, y lo peor: soportar junto con el resto de "rojos" la mofa del equipo azul... El pago es más simbólico que otra cosa, ya que después de la carrera quedamos todos en El Soto para comer con las familias que quieran acompañar y cada asistente paga otros cinco euros. Comida de hermandad en la que no faltaron los hornazos, las empanadas, las tortillas, pasteles, chupitos y algún que otro cigarrito. Risas, partidas de cartas, fútbol y el tiempo acompañando y regalándonos un día de lo más agradable. Un día perfecto.

En lo puramente atlético encontré pronto mi sitio en un grupete de tres rojos y dos azules, a saber: mi primo Jesús, (el de la foto, rival encarnizado como podéis ver en ella por la sonrisa forzada que ambos mantenemos a duras penas), los hermanos Soriano, José y María, ambos rojos, y Rosalina, azul. El ritmo que marcamos, más cerca del de media que del de maratón, me resultaba cómodo. En todo momento me encontré "sobradillo" y un punto, o dos, por debajo de lo que podría haber corrido, sensación que me dejó muy satisfecho de cara a los meses que vienen y al entrenamiento para San Sebastián dado que hasta ahora sigo apenas trotando suave. Por delante veía a Isidoro, un azul al que podría haber intentado "cazar", pero las dudas sobre si a él le hubiera quedado un cambio que a mí me dejara en tierra de nadie, (y eso en caso de haberle alcanzado), unidas al hecho de que el grupete con el que iba era de lo más agradable, y a mi "natural gandul", como dice mi amigo Jesús, hizo que me quedara disfrutando de la compañía y el paisaje. (Por cierto, al paso por El Fresno vimos un espectacular campo de amapolas del que he publicado un par de fotos en mi otro blog, ya que me faltó tiempo para ducharme una vez acabada la carrera, coger el coche y desandar lo corrido por la mañana para, antes de comer, tomar unas cuantas).

La estrategia de equipo estaba clara desde el principio. José, un atleta de mucho más nivel que el resto, haría de liebre de su hermana y la llevaría "en volandas" hasta meta, por lo que mi "trabajo", se limitaba a entrar delante de los dos azules del grupo, así que un par de kilómetros antes de meta aceleramos un poco para probar las fuerzas de cada cual, limar las que les quedaran a los que iban algo más apurados y evitar sorpresas en forma de sprint, especialidad que no es mi fuerte como muy bien sabe mi amigo Lander. Mi primo Jesús se quedó algo descolgado a unos cientos de metros, y ya casi en meta, cuando ví que mis dos compañeros rojos, María y su hermano José, se iban por delante sólo me quedó asegurarme de que Rosalina no me sorprendiera con un último cambio, cosa que valientemente intentó.

En resumen, como casi todas las entradas que escribo últimamente, un día totalmente satisfactorio.

martes, 10 de junio de 2008

Otro buen día

Pues sí. Hoy ha sido un día redondo. El atasco de trabajo acumulado se va diluyendo. Mi rodaje vespertino ha agotado mi colección de epítetos referidos a una salida placentera. He acabado con mi capacidad de expresar lo que disfruto trotando, (ojo, remarco que no hablo de correr, sino que hablo de trotar, con todas sus connotaciones). Soy incapaz de escribir más y mejor, (si es que soy capaz de escribir algo bueno), sobre lo mismo: sobre el aire perfumado con humedad y aroma de flores. Sobre la lluvia fina, suave, refrescando mi rostro, sobre el verde fresco y vibrante de la hierba joven, sobre las magníficas sensaciones que me reportan esos trotes suaves, sin prisas ni objetivos, que me estoy obsequiando en las últimas semanas.

He terminado mis clases de inglés. A la espera de los resultados de los exámenes, que espero buenos, este hecho se añade a la finalización de la jornada partida en el colegio de mis hijos y a la finalización de sus actividades extraescolares. En definitiva, he ganado algo, sólo algo de tiempo libre.

Hoy además mi hija tenía sus exámenes en la Escuela Oficial de Idiomas, (ella estudia Alemán), y mi hijo había ido con mi esposa a visitar a mis padres. A las cinco y cuarto yo estaba corrido, (deliberadamente escrito), estirado y duchado. Feliz y satisfecho, con unas horas libres y dispuesto a disfrutar del debut de "La Roja"..., porque hoy jugaba España.

Entiéndaseme bien. Yo no creo en fronteras artificiales. Uno de mis sueños que creo imposible es ver la Tierra desde el espacio, con su mezcla de colores: verde, azul, marrón y blanca. Se que esa visión me haría llorar, la visión de un lugar común donde el ser humano en su estúpida inconsciencia se empeña en buscar, donde no hay, compartimentaciones y ghettos, inventándose para ello cualquier tipo de excusa religiosa, étnica o cultural.

Pero no puedo evitarlo. Sean vietnamitas, senegaleses o monegascos, cuando es mi bandera la que ondea frente a la suya, un orgullo patrio, proveniente no se muy bien de qué recónditos y escondidos instintos, invade mi corazón, inflama mi ánimo y me hace emocionar. Poco importa la patética letra de nuestro himno, chunda, chunda, tachunda chunda, chunda... Es algo para lo que no tengo explicación lógica, pues fuera de eventos deportivos no tengo ninguna animosidad para esas o cualesquiera otras nacionalidades, habiendo dejado sentado además que el concepto de "nacionalidad" es un artificio estúpido propio en exclusiva de esta nuestra especie, pésimamente clasificada como Sapiens y soberbia e inmerecidamente auto calificada como Sapiens Sapiens.

Divago. Así que a las cinco y veinte, dispuesto a apurar cada minuto por delante, con una ilusión a todas luces irracional, he preparado toda la parafernalia: ropa cómoda, cojín para apoyar los pies, mando de la tele al alcance de la mano y lo más importante: una tableta de chocolate Valor con Almendras, (probadlo, y si encontráis algún chocolate más sabroso me lo decís), y una botella, recién comprada, de Jack Daniels. Con el firme propósito de tomarme un chupito del exquisito licor y una onza del no menos excelso manjar con cada gol de España, (aunque con las inconfesadas reservas que los repetidos fracasos de la selección de fútbol nos provoca), he sentado mis reales en mi recién comprado, (y comodísimo), sofá. Antes del comienzo del partido, y "a cuenta" del desarrollo de éste, ya cayeron un par de chupitos/onzas, siendo estas además, de dos porciones en lugar de la única prevista. Y luego, el éxtasis: después de unos minutos dubitativos, en los que "La Roja" tardó en encontrar su lugar, chupito a la salud de Villa, y de nuevo chupito a la salud de Villa..., y otro chupito a la salud de Villa..., y la tableta de chocolate que mengua a una velocidad infinitamente superior a la botella de Jack Daniels, lo que me afirma en la certeza de que afortunadamente soy mucho más tragaldabas que borrachín, y descanso con el pulso acelerado por el convencimiento de que esta vez sí, esta vez PODEMOS, y dudas al comienzo del segundo tiempo, (mira que a La Roja le gusta hacernos sufrir), pero al poco, juego fácil, insultantemente superior al de Rusia. Chupito para compensar el mal trago del comienzo del segundo tiempo..., y gol de Cesc, al que muchos padres querríamos de novio de nuestras hijas por esa cara de buen chico que tiene... Y al final una sensación, que no se muy bien de dónde sale, de orgullo, de que ahora sí, de que por fín esta vez se pasará de cuartos, de perplejidad por haber vibrado con un deporte que no es el mío, que apenas he practicado, que casi nunca nos ha dado alegrías patrias, que apenas veo, pero que en el fondo es escaparate de mi país, creado no se sabe muy bien a partir de qué principios o fundamentos, pero que existe, que está ahí y en el que me alegro de haber nacido. Qué tontería, ¿no?

PD1. La botella de Jack Daniels me llegará a cuartos, pero la tableta de chocolate ha caído con honores, un enorme placer..., y la ayuda de mi esposa que ha llegado a casa mediada la segunda parte...

PD2. Hay que reconocer que la herejía de la ausencia de Raúl en la Eurocopa ha sido bien suplida con un jugador eléctrico y hambriento de éxito como David Villa.

lunes, 9 de junio de 2008

XXI Marcha por la Discapacidad

Ayer participé, como todos los años, en esta marcha organizada por Pronisa con fines benéficos. No es una carrera, aunque cada uno es libre de hacerla tal, sino, como su propio nombre indica, una marcha de casi veinte kilómetros en la que los andarines buscan patrocinadores que les paguen por la distancia recorrida. Evidentemente eso es lo de menos y la recaudación va íntegra para la Asociación. Podéis consultar el recorrido con más detalle en este enlace y la reseña en la edición digital de El Diario de Avila en este otro. Este año, gracias a la generosidad de mis compañeros de curro he batido mi récord de recaudación fijándolo en 250€, lo cual no está nada mal.

Podéis imaginar que según me estoy tomando las carreras últimamente lo de ayer no podía ser más que un mero rodaje largo. Ayer además había quedado con mi primo Jesús en simplemente disfrutar de una mañana de domingo haciendo algo de lo que más nos gusta: trotar. De entrada la vertiginosa salida, casi un kilómetro a tumba abierta por el eje Norte-Sur del primitivo campamento romano sobre el que posteriormente se levantó la ciudad, adoquinado, estrecho y peligroso por la cantidad de gente, lo hicimos andando. Los siguientes kilómetros son algo más que "picando" hacia arriba, así que no nos tomamos muchas alegrías, y justo al acabar las subidas está el primer avituallamiento: agüita fresca y un par de huesillos para "cargar hidratos", patética imagen deportiva que no fue la única vez que dimos, pues la repetimos en El Fresno, donde comimos algunos deliciosos dulces caseros, y en meta, donde ya sin pudor, nos apretamos un bocata de salchichón a mayor gloria de esa mentalidad de trotón difrutadecadapasoquedés que últimamente me gasto, con lo que rematamos la faena disfrutando de una excelente mañana de ¿atletismo?.

En un ejercicio autorecordatorio de que esto comenzó como blog deportivo, comentar que las sensaciones fueron muy buenas durante todo el recorrido. Las sesiones de gimnasio, (aburridísimas), dan fruto, y aunque las piernas están como agarrotadas, a cambio noto como asimilan perfectamente el poco trabajo que estoy haciendo. Las pulsaciones, aunque todavía altas, ya no se disparan, y me veo preparado para ir "entrenando" siquiera un poco, a partir de julio de cara a las citas otoñales.

A los que tengáis un mínimo interés en mis futuras andanzas, en todo caso posteriores al Maratón de San Sebastián, os recomiendo que leáis esta entrada de mi amigo Jesús, (no, mi primo no, otro Jesús, Zerolito, member of Correpoco), para que os hagáis una idea de por qué absurdos y temerarios terrenos divaga mi desocupada mente a la que le doy un pelín de cuerda. Ya hablaremos de ello con más calma, pero suena bien, ¿no?...

lunes, 2 de junio de 2008

Un rodaje, un récord y una expedición científica

Ayer fue un buen día. Oficialmente el primero de la temporada verano-otoño, (por aquello de ser uno de mes y por esa obsesión que tenemos con fijar inicios y promesas en momentos justos y plazos exactos), con el maratón de San Sebastián al fondo. En realidad ya llevo un par de semanas de pretemporada, haciendo casi nada: un par de días de gimnasio y unos trotes cortos que ni siquiera llegan a la categoría de rodajes lentos. Esas dos semanas después del descanso de los 100+2 han conseguido su objetivo: acabar de regenerar cuerpo y mente de la traca final de la temporada invierno-primavera y dejarme preparados uno y otra para empezar de nuevo. Como ya escribí tengo ganas de batirme el cobre en San Sebastián y darle un buen pellizco a mi marca en maratón, aunque para ser fiel a mis principios tampoco esperéis verme en tres horas y media. No. Con bajar a tres horas cincuenta minutos ya me daría por conforme.

A tal fin ayer hice el primer rodaje "de verdad" de la nueva temporada. Trece kilómetros suaves, por asfalto, (con las dos últimas salidas ya hice el cupo semanal de agua y barro), con buena temperatura y mejores sensaciones. Se notan las primeras sesiones de gimnasio. Las piernas, aunque algo agarrotadas, (normal), pedían algo más de guerra de la que les dí y a pesar de salir a correr casi recién levantado no tardé en encontrar mi habitual ritmo de trotón consumado. Todo el recorrido tuve sensación de ir "sobrado" aunque lógicamente después del descanso de las últimas semanas al final las pulsaciones subieron algo. Disfruté como un enano, (curiosa expresión de la que desconozco el origen, ya que nunca he sabido porqué se supone que un enano disfruta más de lo normal), viendo por esos campas ribereñas verdaderas colonias de cigüeñas, forzadas por su explosión demográfica en los últimos años a una sociedad más gregaria de lo que quizá sea natural, buscando alimento en las llanuras que bordean las orillas del Río Adaja, y levantando el vuelo a mi paso en un espectáculo digno de un documental. Un rodaje perfecto en ritmo y duración para disfrutar con la sensación de "empezar a hacer algo" seguidos de unos reparadores estiramientos y ducha y un buen desayuno.

Sólo hubo un lunar que empañara el delicioso rodaje. Ayer batí un triste récord: el de avistamiento de animales atropellados en un sólo día. Un erizo completamente aplastado en el kilómetro dos, una liebre en el seis, un pequeño gatito en el once y de nuevo una liebre, (o conejo, estaba en la cuneta semitapado por la vegetación), en el doce, justo en la entrada de la ciudad. Una lástima.

Con todo lo mejor del día fue la excursión posterior con mi hijo, el explorador de la foto, con el que disfruté de nuevo como un enano. Mi hijo está tremendamente interesado en todo lo que tenga que ver con la naturaleza, y en algunos campos, como la entomología, (sí, sí, entomología: la parte de la zoología que se dedica al estudio de los insectos), ese interés roza la obsesión. Debido a sus conocimientos casi enciclopédicos en la materia, (hablando de un niño que acaba de cumplir los nueve años), Carlos puede recitar de memoria el nombre común y el científico de varias docenas de insectos, su morfología, hábitos y hábitat. Su modo de reproducción y dimorfismo sexual, caso de existir... Como otros intereses tiene los reptiles, las rapaces, los animales extintos, (no sólo dinosaurios), y fuera del ámbito natural domina con una cierta soltura las mitologías griegas y romanas, pero sobre todo la egipcia. Su habitación tiene toda una panoplia de pósters, publicaciones, colecciones de insectos, (reales), fósiles, (también reales), libros, revistas, juegos educativos... Estos intereses "naturales" han sido egoistamente fomentados y explotados por nosotros comprándole la mayor parte de esa parafernalia, con los que hemos conseguido no sólo satisfacer su natural curiosidad y quien sabe si afianzar una verdadera vocación naturalista, sino fomentar un saludable hábito de lectura que afortunadamente va trasladando a la literatura infantil.

En broma ambos especulamos con un futuro en el que él será un explorador de las más recónditas selvas amazónicas en busca de especies aún desconocidas y en el que yo participaré activamente en forma de "Jefe de Porteadores de Mochila". A veces, como ayer, ensayamos esas "expediciones", y cámara, (yo), y prismáticos, (él), en mano, vamos a la cercana presa de Fuentes Claras, o al Soto, y nos sumergimos en lo más profundo de la jungla, oyendo el ulular de misteriosas aves, siguiendo el rastro de sigilosos felinos, asombrándonos antes el descubrimiento de una nueva especie de arácnido o ante lo que parece una hasta ahora desconocida forma de planta carnívora. Ayer gracias a los prismáticos encontramos explicación al famosísimo misterio del monstruo del Lago Tanganika, (sí, ya se que el la cuenca Amazónica no hay ningún Lago Tanganika, pero ese es el primer nombre que vino a mi mente...) En algunas ocasiones pasamos apuros, como cuando oímos ruidos en la espesura y no logramos identificar si provienen de un depredador o alguna tribu previsiblemente hostil, y tenemos que salir huyendo. O cuando entramos en una zona pantanosa limítrofe al río y ante el esfuerzo de dar marcha atrás por un sendero que de todas formas quizá se haya cerrado, optamos por abrir un nuevo camino que nos lleva a una zona de arenas movedizas donde caigo torpemente y de la cual él me tiene que rescatar. Me encanta compartir con él esas horas de risas, ("papá, estás tonto..."), de esa inocencia infantil que mi hija de catorce años desgraciada pero inevitablemente ya perdió, pasear con él y fantasear con su futuros descubrimientos y ver ese brillo ilusionado en sus enormes y hermosos ojos azules... Decididamente fue una maravillosa mañana.