jueves, 8 de noviembre de 2007

Relativizando



El haber acabado con tan buenas sensaciones, (anterior entrada), los 50K Villa de Madrid me está haciendo relativizar muchas cosas acerca de cómo me debo de tomar en un futuro esto del atletismo. Como dice mi amigo Yoku, quizá lo que haya hecho ha sido simplemente acabar de abrir una puerta que ya estaba entornada, pero es cierto que los 50K han supuesto un antes y un después en cómo me planteo esto del correr, al igual que lo supuso el primer maratón..., o el último.

La culpa fundamentalmente la tiene el demostrarme que se puede correr MUCHO MAS LARGO con algo tan simple y obvio, pero tan poco practicado, como sencillamete IR MAS DESPACIO. De esta forma, siguiendo el "método Spanjaard" de combinar trote suave, (muuuy suave), andar en algunos tramos y parar en los avituallamientos a comer, beber y estirar, el domingo todos los que nos lo habíamos propuesto conseguimos hacer esos 50K con relativa facilidad. No estamos hablando de atletas de nivel, sino de gente que ronda las cuatro horas en maratón, como Zerolito, Efejota o yo, alguno que ni siquiera ha debutado y lo más largo que ha competido ha sido en una media, como Yoku, o Eva, que lo corre todo, pero que acredita cinco horas en maratón. En ese grupete sólo Aspen "subía" el nivel. Repito que todos lo conseguimos con una cierta comodidad, pero lo mejor fue que disfrutamos desde el principio hasta el final de la prueba, con una última "vuelta de honor" memorable.

Seis horas dan para mucho, para dudas cuando en el km. 25 las plantas de los pies te empiezan a doler y piensas que aún estás en la mitad de la carrera. Para contar y repetir tu escaso repertorio de chistes, para ver una y otra vez ese cartel de "Menú a 10€, 15€ en terraza" en el avituallamiento de los kms. 5, (muchísimas gracias gente por vuestro buen humor y vuestra ayuda, aunque nos escamoteárais los huevos fritos...), para pensar en los amigos blogueros que se batían el cobre en Buenos Aires, (Anita, con su nena Paula aún convaleciente, ¡qué fortaleza la tuya!) o Nueva York, (Merak y Sylvie, a los que no pude seguir por internet, pero que a lo que parece disfrutaron de lo lindo), en aquellos otros que te han apoyado, aconsejado o planteado sus dudas, (grande ese Spanjaard con sus "correos evangelizadores"), para disfrutar de esa última vuelta en la que, por una vez, estás seguro de que no te vas a hundir porque a ese ritmo el tío del mazo no tiene sitio donde esconderse... Y en mi caso concreto para comparar mi último y dolorosísimo encuentro con las distancias largas en el pasado Mapoma con esos 50K que casi se me hicieron cortos.

Quizá se veía venir, y el perspicaz Yoku ya se había dado cuenta. Tanto los que me leeis aquí o en el foro de ElAtleta.com me habréis oído siempre decir que me planteo el atletismo simplemente como otra manera más de disfrutar, de sentir, de vivir. Como lo puede ser jugar con mi hijo o ser testigo de cómo mi hija se convierte en mujer. Sí Yoku, el pasado Mapoma entornó la puerta y el domingo pasado ésta se abrió del todo. A modo de revelación ahora me doy cuenta no sólo de que puedo correr más lejos, sino de que incluso me puedo plantear el reto de correr un maratón tres semanas después de correr un ultra, pero sobre todo, me he dado cuenta de que no me merece la pena sufrir.

En un comentario a mi crónica sobre el último Mapoma, (la carrera más dura que he corrido hasta la fecha y seguramente la más dura que corra nunca), Merak me dijo que dejara transcurrir el tiempo, y que con el paso de éste valoraría las cosas de otra forma. Lo siento Merak, pero no. Aún hoy el sufrimiento extremo de ese día, fruto de una serie de circunstancias que me hicieron exprimirme más de lo que yo nunca pensé que podría, sigue vivo en mi mente, visualizado en la imagen de los toboganes de Arturo Soria, con el sol restallando de frente, parcialmente deshidratado, con un dolor sordo e intenso cada vez que uno de mis talones tocaba el duro y caliente asfalto que reflejaba la luz cual espejo. Con las vaharadas de aire caliente subiendo desde él axfisiándome y privándome del aire fresco que tanto necesitaba. No, no se me ha olvidado, y el haber conseguido mi objetivo de bajar de las cuatro horas ni me satisfizo entonces como creí que lo iba a hacer, ni me compensa aún, después de meses, de haber estado semanas de recuperación sin poder encontrar un mínimo de sensaciones placenteras al correr.

Ahora relativizo. No es cuestión, como me decían mis amigos "ultras" después de la carrera, mientras nos tomábamos unas merecidas cervecitas, de dedicarme a correr kilometradas de escándalo o plantearme retos como hacer un maratón al mes, no, no es eso, se trata de disfrutar de esas carreras que corra. Me planteo preguntas: ¿me merece la pena esforzarme a tope en San Sebastián, (suponiendo que estuviera completamente recuperado del domingo), e intentar arañar unos segundos a mi marca?, o por contra, ¿porqué no pongo una marcheta con la que me sienta cómodo y dedicarme a disfrutar de la ciudad y sus gentes? La diferencia en meta podría ser de un cuarto de hora... ¿y qué?. Sin embargo esa diferencia podría hacer que en tres o cuatro semanas pudiera estar tranquilamente rodando por El Soto sin molestias, disfrutando del comienzo del invierno y con el recuerdo de un maratón en el que he disfrutado y que haga que poco a poco esa visión del último Mapoma se vaya diluyendo.

14 comentarios:

antonio dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo : que mas da correr un 10.000 en 45 o en 48; una media en 1.40 o en 1.50; un maraton en 3.30 o en 4 horas.
Lo importante es terminar disfrutando y que el cuerpo sea capaz de asimilar lo realizado , dandote salud y no quitandola.
No somos profesionales de esto, "solo" populares.

Carlos dijo...

Ahí...

Bienvenido por esta tu casa Antonio. ;-)

anita (la gurisa) dijo...

Que bueno que hayas disfrutado! un amigo mio, sieeempre plantea esto que estas diciendo ahora, si vale la pena el sacrificio por arañar unos segundos menos... Es la eterna disputa que tengo con el.

Por ejemplo, cuando entrenaba para Rosario (la media) me decía: Anita, pero para que vas a entrenar hoy así, voy ya le terminas, la acabas, ¿qué vas a lograr? unos segundos menos? un minuto menos...

Pero cada uno sabe el equilibrio, y hasta donde uno esta dispuesto a seguir, donde empieza el SUFRIR sin sentido... ojalá que puedas encontrar ESE equilibrio para que puedas lograr el objetivo que tengas, cualquiera que sea.

Mi maraton del domingo la disfrute un monton, a pesar de que esos ultimos 10 km los parí feo. Pero supongo, que si me hubiera esforzado de mas al principio, la hubiera pasado mal EN serio.

EN realidad me fui de lo que te queria decir, porque lo que justamente intentaba ponerte, era que cada uno tiene sus propios parametros de placer y disfrute. Y por ello, vos sabrás muy adentro tuyo que eso lo que querés hacer.

SI no entendiste nada, no importa, ya ni me lo pongo a leer y que sea lo que dios quiera, jaja.

Mil gracias por tus palabras de animo y aliento con mis cosillas...

besooo

Carlos dijo...

Jajaja... Claro que te entiendo Anita, y no sólo eso, sino que estoy totalmente de acuerdo contigo.

Yo tengo amigos que disfrutan entrenando de una forma casi salvaje a cambio de mejorar unos segundos en un diez mil. Es su idea del atletismo y la respeto profundamente, pero mi equilibrio, como tú dices, está más allá, lejos de los esfuerzos extenuantes y el sufrimiento extremo. Jajaja... ¿Seré un blandengue?

Un beso Anita.

Anónimo dijo...

Hola amiguete, sin duda yo creo que te pondrás la marcheta y disfrutaras de la ciudad, esta vez no toca sufrir tanto como en mapoma. Además tienes que guardarte un puntito de chispa, que falta te van hacer para los matracos jijijii
Un abrazo amigo.....Lander.

NOTICIAS DE GURB dijo...

El tema que planteas es realmente interesante, casi diría uno de los "meollos" del llamado corredor popular: ¿hay que sufrir o hay que disfrutar? O tal vez: ¿hay que sufrir para disfrutar?
Para mi el tema se encuentra también íntimamente ligado al de la competitividad. Yo he practicado muchos deporte, casi todos ellos muy competitivos (fútbol, tenis, padel), y siempre hay quien disfrutaba jugando sin conceder mayor importancia al resultado, mientras otros (entre los que -confieso- me incluyo) buscábamos siempre no sólo el mejor resultado, sino también la mejora en el juego, los golpes, etc.
En la faceta de corredor popular (apenas llevo un año) creo que se pierde la competitividad contra otros (salvo que seas muy bueno y vayas buscando puestos), y queda la competitividad contra uno mismo, de ahí el placer (tal vez absurdo) que obtienes al mejorar marcas, al recortar segundos ...
Perdón a todos (por este super-tablón que os he metido por la cara en mi estreno como comentarista de blog, aunque ya había firmado en el Libro de Visitas del Corredor Paquete.

SlowPepe dijo...

Me encanta esta entrada, Carlos.
Verás, yo empecé de lento porque no tenía otra, era eso o no correr. Poco a poco fui mejorando pero no tanto mis marcas como mis sensaciones. Es decir, en lugar de mejorar yendo más rápido, mejoré yendo más cómodo (casi igual de lento) y sin darme cuenta. Ese planteamiento tocó techo hace tres semanas en Palma. Salí a por la media, lo juro, pero me la sudaba el tiempo más que nunca. Anduve muy cómodo con los alemanes más veteranos. Luego vi que estaba entero y me la jugué con el maratón. Troté lo más relajado que pude. Aplaudí a quien me jaleaba. Mandé besos a las señoras que animaban sin parar. Cada 10 minutitos caminé 1, y llegé la mar de feliz, habiendo entrenado todo lo poco que sabes (una vez 21km y nada más). El lunes me fui a dar una vueltecita en bici y el miércoles ya trotaba suave. ¿Qué me había pasado? Corrí ese maratón más a disfrutar que nunca, despacito (no sólo por el paisaje, sino también porque tenía mis dudas de que podía con la distancia) y mira lo que salió.

Firmo cada letra de tu entrada. Algún día nos apetecerá bajar alguna marca y lo intentaremos, pero unos minutitos no sé yo si valen el pasarlo mal y no disfrutar.

Añado: tengo una razón para correr algo más deprisa, sólo una: ampliar el número de amigos con los que correr. Eso sí me preocupa. El llegar un poco antes o un poco después es lo de menos, si no disfruto del camino.

Un fuerte abrazo

anita (la gurisa) dijo...

En la faceta de corredor popular (apenas llevo un año) creo que se pierde la competitividad contra otros (salvo que seas muy bueno y vayas buscando puestos), y queda la competitividad contra uno mismo, de ahí el placer (tal vez absurdo) que obtienes al mejorar marcas, al recortar segundos ...

Buena sintesis de SATIM... el placer de ver que podemos ir mejorando!

Alfonso dijo...

Pues eso. Correr para disfrutar. En mi caso, el crono, no tiene mucho sentido. Me conformo con hacer un tiempo discreto y mejorar un poquito. Pero en realidad lo que me gusta es acabar el entreno o la carrera con alegría.

En lo último he tenido mucha suerte, pues mis cuatro carreras han sido así. la primera, la San Silvestre, que corrí sólo, por todo el ambiente que se respiraba y por que era mi primera carrera y arañé, para mi sorpresa, unos segundos a la hora.

Las demás, Intercampus, Orgullo y Cross UPM, por la compañía de otros corredores. Es sorprendente lo bien que sienta charlar y correr con gente que sólo conoces a través de este medio pero con los que se ha creado un vinculo de complicidad y camaradería.

Ah, y felicitarte por esos 50km. Me hubiera gustado acercarme a saludaros, pero estaba fuera de Madrid.

Syl dijo...

Esto va también con la forma de ser de cada uno de nosotros...yo respeto y admiro al competitivo, como también lo hago al que no lo es...o lo es menos (como es mi caso y veo que el tuyo también).
Superar tus límites te puede llenar...hacerte sentir más fuerte, más capaz...pero no por ello, hacerte sentir más feliz...
En la balanza de cada uno está la respuesta...yo opto siempre por mi felicidad y en ella está más el disfrutar que el conseguir marcas.

En NY he vivido muchos kms duros que me llevaron a pensar en esto...te puedo asegurar que sin Merak delante, hubiese aflojado muchísimo antes...¿me arrepiento?...no...también esto me hizo sentir feliz al final.

Enhorabuena por esos 50kms tan felizmente vividos.

Besitos.

Carlos dijo...

LANDER, amigo, de los Matracos fijo me quedo con la barbacoa de después..., ya estoy salivando... Además, como tendré la excusa del maratón de San Sebastián, tu más que probable victoria sobre mí será menos dolorosa...

SANTIM, de tablón nada, si los "atletas", (ojo a las comillas), somos mu pesaos y no encanta hablar de estos temas. Creo que todo es cuestión de equilibrio como apunta WILD RUNNER.

SLOW PEPE, es cuestión de tiempo. Date unos meses y seguro que ya no andas tan solo en las carreras.

ALFONSO, tranquilo, que lo más seguro es que te "demos otra oportunidad". Lo más seguro es que volvamos en marzo.

SYLVIE, de eso se trata. No es tampoco cuestión de radicalizar una postura. Habrá veces en que apetezca probar los límites, y otras, (en mi caso las más), simplemente tener una excusa para juntarse a comer, pero teniendo muy claro que lo primero es disfrutar.

Muchas gracias a tod@s. ;-) :-)

mayayo dijo...

Pues ya ves, Carlos, con ese post partes las aguas del Mar Rojo cual nuevo Moisés :-))

Bromas aparte, creo que está claro para los populares que son dos formas de disfrutar, gran noticia!

para mi, ahora disfruto viendo como mejoran mis marcas pues es el reflejo de que cada vez corro mas tiempo/km o mejor.

igualmente, me tomo algunas carreras como "paseo activo" para trotarlas y disfrutar.

En mi caso, la gracia está ahora en combinar los 2 enfoques.

pero creo q lo bonito, es que (como en la torilla de patatas) cada uno tenemos nuestra receta, y así nos sabe mejor el plato de zancadas :-))

Carlos dijo...

Jajaja... Y si alguien disfruta de esto eres tú MAYAYO. No hay más que seguir tu blog...

Un abrazo. ;-)

Alfonso dijo...

Pues avisa con tiempo, que a lo mejor me apunto y todo.